Pese a la amenaza nazi han hecho su fiesta de bienvenida a refugiados
La ciudad alemana de Heidenau, escenario el fin de semana pasado de protestas por parte de neonazis contra un centro de acogida de refugiados, había prohibido ejercer el derecho de reunión a partir de la tarde de este viernes y hasta el lunes por la mañana ante la imposibilidad de poder garantizar la seguridad de sus vecinos. De momento, de nada ha servido.
Grupos de izquierdas han celebrado, como tenían previsto, una fiesta de bienvenida en Heidenau para los refugiados alojados en un gran almacén de bricolaje con barbacoa, partidos de fútbol y otras actividades, así como distribuir entre los solicitantes de asilo artículos donados.
Paralelamente, grupos de ultraderecha han participado en una manifestación para protestar nuevamente contra el albergue de refugiados. La canciller Angela Merkel fue abucheada e insultada por estos grupos y ciudadanos de Heidenau este miércoles cuando acudió a visitar el centro atacado.
Los organizadores de la fiesta de bienvenida se habían mostrado firmes en su intención de celebrar con los refugiados, pues cualquier otra opción sería "una señal fatal", según declaró el jueves Silvio Lang, portavoz de la organización Dresde Nazifrei (Dresde sin nazis).
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MIEDO A VIOLENCIA POR FALTA DE POLICÍA
No obstante, la administración del distrito al que pertenece Heidenau prohibió poco después y el mismo jueves cualquier tipo de reunión pública ante la "imposibilidad de los agentes disponibles de hacer frente a la situación".
El copresidente de Los Verdes, Cem Özdemir, declaró su intención de ignorar la prohibición que entraba en vigor a las 14.00 horas (12.00 GMT) y salir a la calle en Heidenau.
"No puedo aceptar que existan en Alemania espacios al margen de la ley, en el estado federado de Sajonia, que cede ante la presión de los ultraderechistas", dijo en declaraciones al programa matinal de la televisión pública ARD.
Calificó de inaceptable que el Gobierno regional sajón argumente no tener suficientes policías y se mostró convencido de que otros estados federados estarían dispuestos a ayudar. No es posible que la democracia quede invalidada durante cuatro días, agregó, al tiempo que confirmó su intención de desplazarse a Heidenau e invitó a la gente a sumarse. "Les demostraremos que este Estado de derecho no está indefenso", dijo.
MANIFESTACIÓN CONTRA LOS NAZIS
En tanto, en la capital sajona, Dresde Nazifrei convocó una manifestación para este sábado para protestar contra los responsables políticos que permitieron, según la organización, los enfrentamientos provocados por ultraderechistas el fin de semana pasado en Heidenau y que dejaron más de 30 policías heridos.
Dresde es un punto en el que confluyen ultraderechistas y xenófobos, señaló Henning Obens, de la Izquierda intervencionista, asociación que había coorganizado la fiesta de bienvenida para los refugiados.
"Esto tiene mucho que ver con Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) y con una tolerancia mal entendida hacia este movimiento racista", agregó. Pegida, surgido en Dresde, llegó a convocar en las calles en su momento de mayor apogeo a cerca de 20.000 personas.