Raf Simons, el gran acierto de Dior, y su colección marítima para el próximo otoño-invierno
Hace unas semanas tuve oportunidad de disfrutar de la película Dior y yo. Se trata de un documental maravillosamente dirigido por Frédéric Tcheng en el que se describen las primeras semanas de Raf Simons al frente de una de las Casas de Alta Costura más icónicas de Paris y del mundo: Christian Dior.
El fichaje de Raf Simons por parte del mayor grupo mundial del sector de lujo, LVMH, fue una apuesta personal de su presidente, Bernard Arnault, que decidió de una forma absolutamente sorpresiva para todos reinventar el espíritu de Dior en las manos y la cabeza creadora de Simons. Raf era conocido en el mundo de la moda como el maestro del minimalismo de nuestro tiempo gracias a su trabajo en la casa de Prêt-à-porter de Jil Sander. Antes este diseñador industrial belga había llamado la atención en las pasarelas por su nuevo concepto de la moda masculina, incluyendo lo que se llegó a llamar el estilo baggy, es decir grandes cortes, anchos y de máxima comodidad que revolucionaron la moda masculina en los 90.
En Jil Sander, la firma más minimalista y neofuturista del Grupo Prada, Simons había apostado por el mismo concepto que tenía en sus líneas masculinas: grandes tallas, tejidos suaves y voluminosos que no escondían cortes perfectamente estructurados en formas geométricas, normalmente inspirados en la naturaleza. Simons colocó a Jil Sander como una de las firmas de Prêt-à-porter más rentables del panorama europeo. Ssu concepto ecofriendly, en una sociedad cada vez más mentalizada en el cuidado del medio ambiente, unido a su inspiración en las grandes ciudades y a la adaptación de los tonos — de granitos, arenas y colores tierras— fueron toda una revelación. La editora de Vogue Suzy Menkes llegó a decir que era "una inspiración para toda la industria" mucho antes de que nadie pensara que podía terminar en la Avenue Montaige.
Por eso su llegada a la Maison Dior dos meses antes de su estreno en la Alta Costura con un desfile histórico en 2012 supuso un reto para él, para la firma, para el grupo de lujo y para todos los expertos en moda.
Hasta ese momento Simons no había tenido nada que ver con la Haute Couture y mucho menos con la forma de trabajar de una Maison Centenaria con cuatro desfiles al año que, además atiende a clientas multimillonarias en todo el mundo de forma personalizada. Sustituir al genio de Galliano no era materia sencilla...
Christian Dior reinventó a la mujer el siglo pasado, junto a otros grandes maestros de la moda francesa fuente de inspiración de generaciones, Coco Chanel, Balmain, YSL... Dior fue el maestro de las líneas inspiradas en la naturaleza, los vestidos tulipán, los nuevos escotes palabra de honor, las faldas por la rodilla, los rosas, las flores del jardín de su casa de la infancia en Granville...
Dior fue el padre y la madre del denominado new look... Y Raf Simons supo desde el primer momento beber de toda la inspiración de Dior, de su atellier, y de sus primeras costureras, las incansables Florence Chehet y Monique Bailly.
Este otoño/invierno… Raf Simons regresa con una colección inspirada en el mar. En las olas rompiendo contra el acantilado normando. Villa Les Rhums, que es como se llama La casa de Granville (Francia) donde pasó su niñez el diseñador Christian Dior y que hoy alberga su museo, "es una fuente inagotable de inspiración", aseguraba Simons. De hecho, son "los cuatro vientos" los que inspiran esta colección Gown with the Wind. Prendas superpuestas, chiflones, pieles salvajes, tonos malvas, verdes musgo, plata… Simons reinventa a Dior con sus cortes amplios para una mujer minimalista, con un aire felino y sensual.
Un tono futurista para una empresa que "además tiene que ganar dinero" como asegura en la película su Director de Finanzas. "Tenemos clientas que se gastan 300.000 euros al año en nuestros modelos, si nos llaman para una prueba en su casa, cogemos el primer avión y las probamos directamente". Este negocio de la Alta Costura es lo que Simons asegura no entiende muy bien, aunque quizá sea porque sea uno de los modistos mas intelectuales del sector. Sin embargo, es consciente de que sin vender vestidos, no hay magia posible.
Dior, cuya mayoría del capital está en manos de LVMH, tiene una parte del capital cotizando en la bolsa de París. El precio de la acción está en torno a los 182 euros, y una capitalización bursátil de 32.000 millones de euros. La empresa cerró el 2014 con unos ingresos netos de 2.300 millones de euros. Desde la llegada de Simons, la acción se ha disparado en su cotización.
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