¿Por qué Internet cada vez va más lento?
No, no es culpa de tu router. Da igual que tengas 4G en el móvil o que en casa disfrutemos de 300 megas gracias a la fibra óptica. Internet cada vez va más lento, y nosotros, los usuarios, poco tenemos que ver en ello.
Según un informe publicado por HTTP Archive —una organización que tiene como objetivo "registrar el rendimiento de Internet y cómo está estructurada la web"—, las páginas cada vez son más pesadas y complejas. Y, por tanto, tardan más en cargar.
Según sus datos, en la actualidad el tamaño medio de una web es de 2.1 megas, un 100% más que hace tan solo tres años. Para HTTP Archive, las razones de este engorde hay que buscarlas en las imágenes de alta resolución, los vídeos, las animaciones, la publicidad y los plug-ins sociales, que permiten comentar utilizando nuestro perfil de Facebook o Google Plus. Este tipo de contenidos suponen el 75% del peso de una web, por lo que solo disfrutaremos de una conexión rápida y eficiente en las que tengan un diseño sencillo o en las que no cuenten con vídeo.
Pero no todo es culpa de las imágenes o del vídeo. Detalles más nimios —como el tipo de letra— también son decisivos. Los diseñadores web, que persiguen diferenciarse de la competencia, cada vez utilizan tipografías más complejas y más pesadas. HTTP Archive señala que hace tres años este aspecto solo representaba el 1% del total del peso de una web, pero hoy en día esa cifra se ha elevado hasta el 5%.
Para los autores del trabajo, otra de las causas de la lentitud está en los sistemas que utilizan las páginas web para conseguir información de los hábitos de navegación de los usuarios. Estas herramientas aportan una valiosa información a las empresas para crear perfiles que luego pueden ser utilizados con fines publicitarios —por ejemplo, para saber lo que compran, en qué enlaces pulsan o cuánto tiempo pasan en la página— o para mejorar la experiencia de uso.
Además, la tendencia actual de diseñar páginas que sean compatibles no solo con navegadores de ordenadores de sobremesa, sino también con móviles y tabletas, hace que las web sean más complejas, y por lo tanto tarden en cargar.
El último factor que hace que las páginas se visualicen al completo en nuestro navegador es el de la seguridad. Los protocolos que previenen de ataques añaden una capa de complejidad que se traduce en más tiempo de espera.
Parece que este es el precio a pagar por disfrutar de páginas web con vídeo, imágenes en alta resolución, seguras y que además sepan quiénes somos. Con lo fácil y sencillo que era todo en 1996...