Corobesis Pericles votará 'sí': "Si gana el 'no', pasaremos hambre como perros" (VÍDEO)
ATENAS - "Votaré 'sí' con las ocho manos y si mis dedos meñiques dudan, me los cortaré", asegura Corobesis Pericles mientras toma un café en la terraza del McDonalds de la Plaza Syntagma de Atenas el cuarto día de corralito griego. Los bancos llevan cerrados desde el lunes y crece la incertidumbre entre la población. Más aún después de que este miércoles el primer ministro, Alexis Tsipras, enviase una carta a los socios europeos en la que aceptaba la mayoría de las propuestas de Bruselas, aunque con algunos cambios.
No es la primera persona que utiliza la expresión "con 'x' manos" para referirse al voto. El cocinero ateniense Manuel Tyrakis explica el porqué de esta expresión: "Significa que todas las partes de nuestro cuerpo están dispuestas a ello. Que lo sentimos de corazón, no dudamos".
Corobesis va vestido con camisa y lleva su escaso pelo canoso engominado hacia atrás. Tiene 82 años, aunque le cuesta decirlo: "Las mujeres, los actores y los empresarios nunca dicen su edad", dice coqueto. Desde que tenía 33 es dueño de la cafetería Pero's en Kolonakis, el barrio más elegante y rico de la ciudad. Presume de que por su negocio han pasado miembros de todos los gobiernos a comer, entre otros famosos del mundo de la cultura. "Quiero mucho a España. He estado allí muchas veces. Estáis como nosotros", dice. Tiene claro su voto este domingo: un sí rotundo. "El referéndum para Grecia es un suicidio", asegura. "He vivido la época del hambre. El cierre de los bancos no lo he visto ni durante la ocupación alemana. Muchos jóvenes están desinformados, no saben lo que va a significar esto".
Mientras habla, sus manos arrugadas se mueven al compás de todo lo que dice. Lo vive apasionadamente. En la mesa de al lado, un amigo suyo sigue con interés la charla, asintiendo cada cinco minutos a los argumentos de su compañero. "Los que gobiernan son unos vagos, no saben hacer su trabajo, y estoy seguro de que, salga 'sí' o 'no', no van a saber gestionarlo. No saben ni hacer souvlaki [plato tradicional griego]. Y los anteriores eran más de lo mismo", continúa Corobesis. Cree que Grecia no ha tenido suerte con sus gobiernos desde Constantinos Karamanlís, el primer ministro griego que supervisó la entrada del país en la Comunidad Europea (ahora UE).
CON PAPANDRÉU EMPEZÓ LA "CATÁSTROFE"
Asegura que con Papandréu empezó la "catástrofe". "El pueblo le decía que tenía hambre, pero no hizo caso. La mayoría de las empresas cerraron con él", asevera. "Debo hacerle una estatua, ya que gracias a él me quedé sin trabajo como empleado y empecé a manejarme solo. Así fue como monté la empresa que dirijo ahora". Comenzó a crear su imperio trabajando sin Seguridad Social de 7 de la mañana a 11 de la noche. Recuerda que, como él, muchos empezaron vendiendo "cosas insignificantes, como los gitanos" y así acabaron haciendose ricos, "aunque también hay muchos empresarios que lo son por herencia", recalca.
Tiene los ojos azules y la tez pálida. Al preguntarle por sus orígenes y decirle que no parece griego, bromea: "¡Puede que mi madre se fuese con algún turista alemán o ingles!". No baraja la posibilidad de que gane el OXI ('no' en griego) al final de la semana: "Solo sé que sería malísimo para Grecia, para la economía, el turismo y para todo". Todos los griegos dan por hecho que si gana el NAI ('sí'), Tsipras dimitirá y se convocarán elecciones, pero pocos tienen claro quién llegaría después.
El empresario tiene su apuesta: "Yo querría que volviese Samarás. Siempre he votado a Nueva Democracia, pero creo que necesitamos algo nuevo". Es entonces cuando menciona el nombre de Dimitris Avramópulos, un diplomático perteneciente a este mismo partido que actualmente es comisario europeo de Migración en la Comisión Juncker. "Es él quien puede tranquilizar a Grecia y hacer resurgir a Nueva Democracia", afirma Corobesis sobre el miembro del partido conservador.
"NOS DEJAMOS LLEVAR POR PALABRAS BONITAS"
Sabe que los griegos también han cometido errores. El primero y más importante, "elegir mal a los gobiernos que nos han llevado a esta situación. Somos muy sentimentales y nos dejamos llevar por palabras bonitas". Asegura que esto no sólo pasa en Grecia, sino en todo el mundo. "No me gustaba Franco, porque soy demócrata y no creo en las dictaduras. Pero aún se me ponen los pelos de punta cuando voy a España y visito el Valle de los Caídos", rememora, "aunque comparado con el portugués Salazar, prefiero mil y una veces a Franco".
No tiene miedo. "No lo tengo porque a mí no me pagan nada, he pagado yo toda la vida". Se queja de que en cinco años de crisis, él se ha dejado dos millones y medio de euros en impuestos, mientras que no ha recibido "ni un centavo".
Al mismo tiempo que Corobesis está terminando de contar su historia y su amigo sigue atento la conversación, un señor que ronda la misma edad se sienta en la mesa de al lado con los cascos puestos, escuchando la radio. "¡OXI!", grita. Y nos informa de que en ese momento las encuestas van con el 55% para el OXI (no) y el 35 % para el NAI (sí).
Según termina la charla, aparece Triandófilos, un viejo amigo del empresario que votará 'no' el domingo. Se saludan y bromean el uno con el otro. Triandófilos tuvo un negocio que fracasó y ahora está arruinado, debe mucho dinero "y encima vota a Tsipras", bromea Corobesis. "Somos muy amigos, pero creo que va a hacer una tonteria. Si vota OXI os lo podéis llevar a España, a ver si allí amuebla la cabeza. Pero, aunque no estemos de acuerdo, es un buen griego", señala sobre su colega dándole una palmadita en la espalda y riendo.
El otro sonríe pero no parece con muchas ganas de hablar. Corobesis continúa bromeando: "Los mismos errores que ha cometido Grecia en una vida, este los ha cometido en cinco años. Encima vota 'no', se merece su fracaso", dice entre risas mientras pasa su brazo por el hombro del parado.
Antes de despedirse, al cruzar el semáforo hacia la Plaza de Syntagma a las 11.30 de la mañana, para ir a ver cómo está yendo su cafetería, Corobesis Pericles se da la vuelta y concluye: "Si gana el 'no' vamos a pasar hambre como perros". Se marcha, no sin antes dar las gracias por "dejarme decir lo que pienso".
