Pánico en la panadería a la 'traición' de Tsipras

Pánico en la panadería a la 'traición' de Tsipras

EFE

ATENAS - Arístides tiene una moderna panadería-pastelería en la calle Papanastasiou del barrio El Pireo, un vecindario de clase media venido a menos. El olor del pan caliente te hace salivar nada más entrar, pero peor aún es ver las pastas bañadas de chocolate recién hechas.

María discute cuál probar cuando salta la alarma del teléfono con una noticia urgente: Tsipras ha claudicado y acepta en un 90% las propuestas de Bruselas, salvo por unas mínimas modificaciones. Todos los medios internacionales citan al Financial Times. María traduce a Aris la noticia, que jura en griego algo que prefiere no traducir. La caja que Aris está montando para poner las pastas del café se queda sin acabar, mientras se inicia una charla apasionada entre ambos griegos. Los dos son partidarios de votar OXI (NO en griego) en el referéndum de este domingo. "Si Tsipras ha cedido, los griegos habremos perdido nuestra dignidad", traduce Maria mientras Aris sigue hablando sobre su negocio: "Desde que empezó la crisis he perdido el 50% de los beneficios, desde que se anunció el referéndum mis ventas han caído un 5%, pero aguanto. Prefiero salir del euro porque nosotros ya no somos de la Unión Europea, no nos han tratado como a europeos”.

Mientras Aris habla, los usuarios de Twitter siguen discutiendo sobre la bajada de pantalones o no de Tsipras. Pero la radio de Syriza que María lleva conectada casi a todas horas al oído asegura que únicamente han hecho otra oferta. "Es una partida de dados, tranquilos, los alemanes no van a aceptar tampoco esta propuesta. Nadie quiere levantarse de la mesa, pero cuanto más nos humillen, más potente será el ‘No’ el domingo", asegura un amigo militante de Syriza.

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Cerca de la panadería de Aris, que se queda a la espera de un mensaje por televisión de Tsipras a la nación, hay un cajero automático con la acostumbrada cola -media docena de personas- que se forma estos días. Todos tranquilos. La señora que trata de sacar su dinero no sabe si hay que poner la cantidad exacta o sólo la clave, y el cajero escupe los ya famosos 60 euros por día que casi les hacen sentirse ricos. Un señor mayor que espera, espeta: "Si os quejáis no tendréis tiempo de ser felices". Nadie en la paciente cola le entiende, así que se rinde ante la muerte del latín antiguo y se digna a traducirlo al griego. Por fin le toca meter su tarjeta y marcar, con calma: "Tengo que ver cuánto dinero me queda". Minutos después se vuelve: “Se ha acabado el dinero de esta máquina". Y efectivamente, la pantalla del cajero anuncia que se ha quedado fuera de servicio. La gente se disuelve sin murmurar una palabra.

Todo lo contrario de lo que ha pasado a primera hora de la mañana en la oficina del Alpha Bank en la calle de Stadiou, donde los jubilados han acudido desde las ocho de la mañana a cobrar los 120 euros que forman parte de su pensión. Cien bancos han abierto hoy en Grecia para que los pensionistas puedan hacerse con ellos. Acudirán a lo largo de la semana por orden alfabético, así que a los primeros que les ha tocado hoy se les considera unos afortunados.

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A la puerta de la entidad, una empleada trata de ordenar a los mayores que van llegando y hacen preguntas. Cunde el miedo a que la imposición del orden alfabético lleve a una situación que haga que a los que les toque el viernes, por ejemplo, lleguen cuando ya no quede un euro en los bancos. Es la primera vez, en seis días que vemos a un anciano empujar con malos modales a una cámara que le sigue y a otro perder los nervios con una señora en la fila.

Es la oficina más cercana a la plaza Syntagma - barrio de clase alta- y hay ratos que las cámaras y los periodistas son un agobio para ellos. Un griego pasa andando y amonesta a los compañeros de las teles, aunque no tiene que sacar dinero, mientras otro, alto, bien vestido y con un aceptable inglés decide pararse al abordarle este diario y explicarle que se trata de un medio español: "Claro que tengo miedo, si nos vamos del euro nos convertiremos en África, o en Somalia, por eso el domingo votaré sí. Después de catorce años en la Unión Europea ¿qué vamos a hacer? desde luego que votaré sí".

El argumento de que salir del euro es convertirse en un país africano es el mismo que daban muchos de los manifestantes del martes por la noche en la Plaza Syntagma, apoyando el NAI (Sí), incluidos jóvenes de entre 18 y 20 años, que insistían en que la salida del euro significaba convertirse en Somalia. Siempre citan al mismo país.

"QUIEREN METERNOS MIEDO"

Pero de vuelta a Papanastasiou, esa zona de El Pireo con unas vistas sobre el puerto de donde salieron las naves que vencieron a los persas en la batalla de Salamina -"salvando Europa", recuerdan siempre los habitantes de Atenas- Alexandros, de 29 años, músico que ayuda a su madre en la frutería del barrio y tiene a sus pies dos bolsas repletas de verduras para el reparto a domicilio, rechaza los argumentos de los que votan el ‘Sí’. "Si gana el ´Sí´ o Tsipras cede me voy a sentir traicionado, los jóvenes nos tendremos que ir de Grecia y eso va para los españoles también.Todo lo que está pasando esta mañana, el ruido sobre las negociaciones, si Tsipras ha claudicado o no, si nos ha vendido o no, forma parte del juego. Quieren meternos más miedo para el referéndum del domingo, eso es todo", remata Alexandros.

De camino al metro hasta Monasterakis -los transportes públicos son gratis esta semana- y de regreso a Syntagma por Ermou, la calle peatonal para las compras sigue llena de turistas y varias personas compran en el mercadillo al pie del Acrópolis. Tryfon, dueño de una agencia de viajes, confirma por teléfono que no ha tenido cancelaciones y que, desde España, las principales agencias que trabajan con él le han ofrecido enviarle liquidez sin ningún problema. "¿Véis lo que os decía el otro día? Están sujetando las bolsas, gastando miles de millones de euros para que no caigan y demostrar que aunque Grecia salga del euro no pasa nada, que no pintamos nada. La diferencia entre Bruselas y Tsipras para llegar a un acuerdo era una cantidad de 500 millones de euros, pipas comparado con lo que a los manipuladores de los mercados les está costando sujetar el euro arriba", denuncia.

Poco después, Tsipras comparece en la televisión. Habrá referéndum y pide a los ciudadanos que voten ‘No’. Arístides puede dormir tranquilo. No le han ‘traicionado’.

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