Sor Lucía Caram, la monja "enamorada" de Mas
Amor divino. Sor Lucía Caram, la religiosa dominica en el centro de la polémica por sus hábitos soberanistas, se ha colado en la campaña electoral de CiU como una "monja cojonera" que reivindica medidas contra la pobreza y que se declara "enamorada" del president Artur Mas.
Mas y la religiosa argentina afincada en Cataluña se han lanzado este miércoles piropos mutuos en un acto de la campaña municipal en Barcelona con el alcaldable por CiU, Xavier Trias, como espectador de lujo de las muestras de amor verbal y los gestos de complicidad entre el president y la religiosa dominica contemplativa.
Lucía Caram (Tucumán, Argentina, 1966) rompe los tópicos de una monja de clausura porque, a parte de su tarea benéfica en la fundación Rosa Oriol, es también fuera de los muros del convento una activista política crítica con otra activista y candidata a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau, además de colaboradora en diversos medios de comunicación, cocinera en programas de televisión e incluso ayer se le vio practicando el pádel en un torneo benéfico.
La dominica, que reside en un convento de Manresa (Barcelona), ha querido dejar muy claro hoy que ella "ni es política ni hace política", sino que se dedica al "trabajo social", y que estaba en el acto de CiU para ejercer su "condición de monja cojonera".
EL GOBIERNO: "UTILIZAR MONJAS NO ES NORMAL"
Al Gobierno no le ha sentado muy bien este acto. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho que utilizar "monjas para hacer política en el siglo XXI no es normal".
El ministro ha negado presiones contra esta religiosa para que se aleje de la política, en unas declaraciones a los medios en la plaza de Teresa Miquel de Reus (Tarragona), en la que ha irrumpido un grupo de personas que le han increpado.
"Coger monjas para hacer política es curioso, no es normal en el siglo XXI" y, a quien lo hace (en referencia a las formaciones nacionalistas) no le deben ir muy bien las cosas", ha subrayado el ministro del Interior.
Fernández Díaz ha señalado que "la separación Iglesia-Estado se remonta al Concilio Vaticano II" y ha insistido en que "monjas dedicándose a la política y políticos que utilizan a las monjas para hacer política" es de "muchos siglos anteriores al cesaropapismo".