Conmoción en el fútbol portugués por la agresión policial a un padre con su hijo delante
La ministra portuguesa de Interior, Anabela Rodrigues, esperará al resultado de las investigaciones abiertas sobre la agresión de un policía a un aficionado del Benfica en presencia de sus hijos menores antes de emitir ningún juicio de valor.
Las imágenes, que han dado la vuelta al mundo, causaron indignación en Portugal y en ellas se observa cómo un agente de la Policía de Seguridad Pública (PSP) agrede el pasado domingo a un padre y a un anciano en las inmediaciones del estadio del Vitória Guimarães, con los dos niños que estaban con ellos por testigos.
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"Sobre los acontecimientos que se verificaron -antes del partido-, es necesario depurar responsabilidades y para eso ordené la apertura de dos investigaciones", subrayó la ministra hoy, en su primer comentario acerca del caso.
La titular de Interior subrayó, en declaraciones a los periodistas, que "no puede ni debe haber juicios en la plaza pública" e insistió en la necesidad de aguardar a conocer los detalles de lo ocurrido, además de recordar el papel clave que desempeñan las fuerzas de seguridad.
EL POLICÍA DICE QUE LE ESCUPIÓ
Según medios lusos, el agente autor de la agresión es subcomisario y alega haber recibido un escupitajo, extremo que el aficionado del Benfica desmiente.
En el vídeo, se ve cómo los cuatro miembros de la familia están hablando con el agente, y cuando el padre le dice algo a éste, el policía lo aborda y lo tira al suelo, llevándose por delante también al niño más pequeño.
El abuelo intenta entonces detener al agente, que se vuelve contra él y le propina varios golpes, mientras otros miembros del cuerpo de seguridad acuden al lugar y los dos niños observan lo ocurrido.
Uno de los agentes aleja al más pequeño entre gritos y lágrimas, mientras el padre es finalmente detenido.
El Benfica se coronó campeón de Liga el pasado domingo pese a empatar en Guimaraes, y durante los festejos se registraron altercados violentos con la policía tanto en esta ciudad como en Lisboa, donde los jugadores ofrecieron el título a la afición.