Ikea empieza a fabricar tiendas para refugiados de la ONU
Todo es como de costumbre: paneles desmontados, agujeros sencillos, un par de llaves incorporadas, cajitas de cartón con barras desmontables, bien ordenadas, y nada más. Marca Ikea. La diferencia es que lo que desde ahora también se podrá montar no son sólo camas ni sofás ni estanterías, sino tiendas-casa para los 53,3 millones de refugiados que hay en el mundo, que han escapado de sus hogares por la guerra, la miseria, las catástrofes naturales o la persecución política o religiosa, básicamente.
El gigante sueco del mueble ha anunciado que ya ha recibido su primer pedido de refugios temporales por parte del ACNUR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. En un primer momento van a fabricar 10.000 viviendas, de las 30.000 que esperan producir en los próximos tres años. Un acuerdo entre la Ikea Foundation, destinada a encauzar la labor solidaria de la empresa, y el ACNUR hará que antes del verano estén disponibles estas semicasas esenciales para estabilizar a la población. Las primeras llegarán a Irak y a Etiopía, donde ya se habían instalado algunos prototipos que han dado buen resultado, además de en Líbano.
"Tenemos alrededor de 53,5 millones de refugiados internos y externos en el mundo, por lo que esta iniciativa es sólo una gota en el océano", reconoce Ikea. Las estructuras de la firma son pocas pero suponen una mejora considerable: en ellas caben cinco personas -alguna más si son niños y no adultos- y su coste es de unos mil euros. El invento incluye un panel solar en la azotea, que alimenta una lámpara y lleva un USB incorporado. Luz supone poder estudiar o cocinar. Se tarda unas cuatro horas en montar, según los expertos de la marca. Su vida media es de tres años, cuando las lonas convencionales no pasan de seis meses.
Eso es importante teniendo en cuenta las crisis de refugiados prolongadas que se desarrollan, por ejemplo, en todo Oriente Medio. La guerra en Siria ha llevado a que cerca de cuatro millones de personas abandonen sus hogares, según cifras de la ONU, y cuando el conflicto entra es quinto año, todavía no hay final a la vista. Muchos han buscado refugio en los países vecinos, mientras que otros han tratado de cruzar a Europa.