Trifulca vecinal en Vigo por la colocación de un barco histórico en una rotonda
De "del barco de Chanquete no nos moverán" al "el barco Bernardo Alfageme no se moverá". La colocación de ese histórico pesquero de 70 años de antigüedad en medio de una rotonda en el barrio de Coia de Vigo ha generado un enorme revuelo en la ciudad. Tanto que lleva camino de convertirse en el elemento central del debate político con vistas a las elecciones municipales del próximo mes de mayo.
La polémica se escenificó hace dos días, cuando el traslado del barco desde el puerto hasta la rotonda se convirtió casi en una operación militar, rodeado de un impresionante despliegue policial y en medio de la airada protesta de decenas de vecinos.
Los bandos de la trifulca están bien definidos. A un lado está el gobierno local del PSOE, liderado por el alcalde Abel Caballero, un defensor a ultranza de la ubicación del Bernardo Alfageme, de 27 metros de eslora, en medio de la avenida de Castelao, una de las principales arterias de la ciudad, como homenaje a la gente del mar.
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Enfrente, todos los demás partidos: PP y BNG, cuya suma de votos supera a los del PSOE, y AGE y Podemos, que también han manifestado su oposición a la nueva ubicación del barco.
Según informa la agencia EFE, tanto PP como BNG aprobaron una moción que pedía que el Alfageme fuera expuesto en el Museo del Mar y no en la calle. Una iniciativa que contó con el apoyo del resto de formaciones sin representación en el consistorio y una multitud de movimientos sociales y vecinales. Todos los partidos, incluidos el PP, han prometido que si ganan las elecciones de mayo retirarán al barco de la rotonda.
El barco, que data de 1944, tiene un valor especial porque fue el último en ser fabricado sin remaches. La Voz de Galicia explica que la nave surcó los mares durante cinco décadas y trabajó para diferentes firmas pesqueras de la ciudad. Antonio Alfageme del Busto, presidente en su día del consejo de administración de la empresa conservera, fue quien lo mandó construir.
"ESTO ES UN DERROCHE"
"En esta ciudad hay 33.000 parados, gente que no tiene ni para comer, y colocar ahí el barco es un derroche", explica a El Huffington Post María Pérez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos Eduardo Chao, quien critica que desde el Ayuntamiento se está "criminalizando" a los vecinos que protestan y anuncia más movilizaciones. "No somos 50 violentos", subraya.
"Este es un barrio que está muy tocado por la crisis y en esta situación se debería priorizar a las personas. Además, el barco ahí no va a acabar bien y dificulta la visibilidad. Creemos que debería estar en un Museo", zanja. La oposición ha llegado a calcular el coste en más de 300.000 euros, frente a los 100.000 de los que ha llegado a hablar el gobierno local. Algunos vecinos van más allá y afirman que la idea ha costado 700.000 euros a las arcas públicas.
El argumento y el reproche más recurrente del alcalde hacia PP y BNG es que en su día dieron su visto bueno a que el barco, que había sido cedido al Ayuntamiento casi en estado ruinoso, se expusiera en tierra como testigo de la industria pesquera y naval de la primera mitad del siglo pasado, según informa EFE.
El alcalde afirma que que durante muchos años se dejó "pudrir" en el mar, lo que propició que nada se pudiera salvar de su interior, con lo que no hay nada que mostrar más allá de la estructura exterior.
La tensión ha ido en aumento conforme avanzaban los preparativos para la colocación del barco en la rotonda, con varias paralizaciones por parte de los opositores y desalojos policiales.
Uno de ellos derivó en la detención e imputación de un vecino por un presunto delito de atentado a un agente de la autoridad y otro de lesiones por el que ya fue juzgado. Hay otro detractor pendiente de juicio por hechos similares. Y mientras esto sucedía en la calle, en la esfera política el intercambio de reproches ha sido constante.
LA CIUDAD "PASARÁ POR ENCIMA"
EFE destaca que el alcalde ya amenazó en su día con que "la ciudad pasaría por encima" de los opositores, a los que acusa de comportamientos violentos y los considera politizados, habida cuenta de que suelen secundar sus propuestas dirigentes locales de Anova, BNG, IU y Podemos.
Una vez instalado el Bernardo Alfageme en la rotonda, Caballero ha asegurado que la ciudad está "unánimemente encantada" porque el barco "es precioso" y "quedó precioso" en su nueva ubicación, "en el corazón de la ciudad", y ha indicado que está recibiendo felicitaciones "por cientos y cientos".
María Pérez, de la Federación de Vecinos, reta al alcalde a realizar una consulta entre todos los vecinos para comprobar si, como dice, toda la ciudad está a favor de la ubicación del barco. "Eso sería verdadera democracia y lo que se debería hacer", destaca.
El portavoz local del PP, José Manuel Figueroa, ha vaticinado, por su parte, que "las actitudes y comportamientos" mostrados por el alcalde le pasarán factura en las elecciones locales, y ha dejado entrever que si su partido se hace con el gobierno local, llevará el barco al Museo del Mar.
EL PSOE Y LA POLÉMICA DE LA CRUZ FRANQUISTA
La del barco no es la primera polémica en la que se ve envuelto en los últimos meses el alcalde socialista de Vigo, que se niega a retirar una cruz franquista de la ciudad, recurriendo incluso una sentencia judicial que le obliga a derribar la Cruz de O Castro, construida en 1961 en homenaje a los caídos en el bando nacional.
Abel Caballero argumenta en su defensa que, desde que fue reformada en 1981, ya no es un símbolo de connotación franquista. Hace diez días, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) dio la razón al alcalde de Vigo en su defensa de la cruz de O Castro, al considerar que ya no tiene un significado de exaltación de la guerra civil y la dictadura.