Nuevo fracaso en las negociaciones de Grecia con el Eurogrupo: ¿Y ahora qué?
Segundo Eurogrupo con el Gobierno de Tsipras y segundo fracaso, tan sonoro como el primero. El ultimátum de anoche emplaza a Atenas a pedir la prórroga del rescate en menos de 72 horas, en cuyo caso un Eurogrupo del viernes negociaría los términos. Sobre el plan B no hay noticias. ¿Qué espera a la zona euro?
¿Cuál es el problema?
Principalmente, que Grecia se niega a pedir una prórroga del actual rescate, tal y como exige el Eurogrupo, para quien la prórroga es imprescindible para ganar tiempo y poder renegociar las condiciones. Aunque ayer la Comisión Europea había trabajado en un plan alternativo con Atenas, la insistencia del Eurogrupo en que Grecia firme y cumpla una prórroga de seis meses no es aceptable para Tsipras y Varoufakis. La opinión pública griega desconfía de una prórroga que podría prolongar las políticas que han provocado la pérdida de un 25% de PIB en los últimos años. En cualquier caso, Grecia está sola. El resto del Eurogrupo está dispuesto a negociar los términos, pero exige la prórroga.
¿Cuál es el plan?
El no convocar un nuevo Eurogrupo deja la pelota en el tejado de Grecia. Si no piden la prórroga, no habrá reunión y, por lo tanto, no habrá nada que negociar. Este ultimátum, de todos modos, tiene un cierto margen, dado que hasta el día 28 no expira el rescate actual. No obstante, la presión sobre Grecia aumenta a medida que pasan los días, por más que la postura oficial del Gobierno, sea que “se puede llegar a un acuerdo en menos de 48 horas”. El mensaje, sin embargo, no parece tanto una apuesta realista como un intento de calmar a sus compatriotas y a los mercados.
¿Se acercaron posturas?
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, edulcoró su propuesta de ayer introduciendo pequeños matices en la propuesta principal, esto es, la prórroga del rescate por seis meses. Así, admite la opción de relajar los objetivos de consolidación exigidos y que Atenas disponga de 11.000 millones del fondo de rescate reservados para la capitalización de la banca y que no han sido utilizados. Pero insiste en la firma del rescate y en la necesidad de que sea completado, es decir, que las reformas o ajustes exigidos se cumplan. Y ahí es donde se planta Atenas. Algunos borradores han sido filtrados a la prensa.
¿Qué papel juega la Comisión Europea?
El presidente Jean Claude Juncker y el comisario de Economía, Pierre Mosocovici, estuvieron ayer en contacto con Tsipras para buscar soluciones,y de hecho Varufakis aseguró ayer estar "encantado" con el borrador negociado con Bruselas. Pero el papel de la Comisión se limita a hacer propuestas a las partes. Las decisiones están en manos de los ministros, y éstos son los que, a través de Dijsselbloem, exigen la petición de prórroga.
¿Y el BCE?
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aiste a la reunión de los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo en Bruselas.
Tiene otra carta sobre la mesa, que podría jugar mañana en función del desarrollo de los acontecimientos. El banco se reúne y decidirá sobre el acceso de la banca griega a los préstamos de emergencia del BCE, la llamada ELA. Actualmente los bancos tienen una disponibilidad de 65.000 millones, pero el BCE tiene la última palabra sobre estos préstamos. Para retirar la liquidez a la banca griega hace falta una mayoría de dos terceras partes del consejo de gobierno. En Barclays, en todo caso, prevén que mientras haya opciones de acuerdo el BCE no cerrará el grifo.
¿Puede haber una fuga de depósitos?
Si el BCE cierra este grifo, el sistema financiero heleno podría colapsar rápidamente, con los ahorradores sacando euros del banco y los bancos sin nadie a quién pedir dinero. El corralito (congelación parcial de las cuentas bancarias) estaría a la vuelta de la esquina para evitar el colapso. Pero los problemas pueden llegar antes; en los casos de pánico bancario la todo depende de si la gente empieza a hacer cola en los bancos. De hecho, la fuga de capitales es el principal riesgo, al menos de aquí al día 28. Según JP Morgan, los bancos griegos están perdiendo un volumen de 2.000 millones de depósitos por semana, un ritmo que de mantenerse agotaría los colaterales que sí puede utilizar el sector para financiarse ante el BCE en un plazo de 14 semanas.
¿Y si Grecia no pide prórroga?
Dejando aparte el riesgo de crisis bancaria, Grecia no puede aguantar sin apoyo externo, dado que al perder este apoyo se quedaría, también, sin acceso a los mercados. El tiempo que podría aguantar es una incógnita, pero seguramente no mucho más de uno o dos meses. En marzo Grecia debe pagar 1.500 millones al FMI; otros 1.500 en junio. Además, en julio vencen bonos en poder del BCE por 3.500 millones, más otros 3.200 en agoto. Eso, sin contar las letras de corto plazo que vencen y que la banca no puede descontar en el BCE. No hay información de cuánto dinero tiene el Tesoro griego en sus reservas, pero no cabe esperar que sea demasiado. En otras palabras, sin acuerdo, o Atenas consigue dinero de otros prestamistas o debe incurrir en impago, lo que expulsaría el país de la zona euro. Deutsche Bank calcula que el país podría aguantar hasta finales de marzo.
¿Cómo se lo toman los mercados?
Las Bolsas europeas han abierto con pérdidas, que rondan el 1,5% en el caso del Ibex 35, algo menos en otros mercados. La Bolsa de Atenas, que ya bajó el lunes, retrocede hoy casi el 5%, con fuertes caídas en la banca. Los tipos de interés de la deuda griega han abierto con fuertes subidas, pero todavía están por debajo de los niveles de la semana pasada: el bono a tres años cotiza en el niveles críticos del 18,4% y el de 10 en el 10%.
¿Qué esperan los expertos?
El consenso es que Grecia no saldrá del euro, y se conseguirá algún tipo de solución para evitar la ruptura. Pero el riesgo de que ésta llegue es cada vez mayor. Commerzbank cifra la probabilidad de que Grecia deje el euro en un 25%, tras la reunión de ayer. “Consideramos que solucionar el problema griego y hacerlo en tan poco tiempo cuando las posturas están tan distantes es como lograr la cuadratura del círculo. Lo más probable es que se alcance un acuerdo de mínimos que evite la salida inmediata”, explicaban ayer en Link Securities.
¿Habrá contagio a España?
De entrada, las complicaciones de estas semanas apenas han impactado en la Bolsa o la deuda españolas. El bono a 10 años, en todo caso, sí está experimentando un paulatino repunte: está en el 1,6% cuando antes de la victoria de Syriza estaba en el 1,375%. “El contagio sobre el conjunto de la deuda soberana europea ha estado relativamente limitado dado que el BCE activará sus compras de deuda en marzo, esperamos que esta dinámica continúe”, explicaban ayer desde Citi. No obstante, el escenario cambiaría si se confirma la ruptura del euro, y es difícil extrapolar lo sucedido hasta ahora.