El filósofo Bernard-Henri Lèvy aboga por un debate a fondo sobre el islam en el siglo XXI
"Creo que hay que preguntarse sobre el islam. No podemos decir, mecánicamente, que lo que pasa cuando un yihadista decide matar no tiene nada que ver con el islam". Este es uno de los tres grandes debates que el filósofo Bernard-Henri Lèvy esperar ver en Francia en las próximas semanas cuando pase la conmoción por los atentados terroristas que mataron a 17 personas la semana pasada en París.
En su intervención en un homenaje a las víctimas organizado en la sede de El País, el intelectual francés ha analizado los acontecimientos de los últimos días y ha adelantado los grandes temas que, como filósofo, cree que van a ocupar a la opinión pública en los próximos meses.
"No podemos continuar como si no hubiese nada en el islam que permita la yihad. Hay que hacer una reflexión a fondo sobre el islam en el siglo XXI", ha defendido Lèvy, que cree que hay que cuestionar "lo que permite la existencia de torquemadas, inquisidores, guerreros desbocados", y "lo que impide la luz, los valores de libertad y la filosofía". No es un tema sencillo, y aunque ha reconocido que "les corresponde a ellos hacer un debate dentro del islam, entre islam moderado/democrático y el extremista/violento", de cierta forma aboga por conducirlo desde la perspectiva de occidente cuando afirma: "Hay que llevar al islam al camino de la luz".
El intelectual francés dejó esta reflexión, la más polémica, para el final de su intervención ante una audiencia entre la que no había ninguna presencia musulmana. Antes advirtió contra las voces que van a mezclar el islamismo con el islam, y señaló a quien ya lo hace, como los movimientos antiislamistas alemanes o el partido de extrema derecha francés de Marine Le Pen. "Hace falta, rápidamente, parar a la extrema derecha xenófoba, cortarles el camino y estar alertas contra toda forma de amalgama [entre islam e islamismo] y deseos de venganza ciega que solo pueden añadir odio al odio", ha señalado. Este debate, ha subrayado, complementa al otro.
Bernard-Henri Lèvy se ha adelantado a las voces que "van a reclamar una legislación de excepción" para responder a "una situación excepcional" y ha pedido a los medios de comunicación que faciliten el debate en sus páginas de opinión sobre "cómo hacer que la ley sea implacable sin amenazar la libertad". Él personalmente, se inclina por un "no al estado de excepción, y sí a una intolerancia al yihadismo", pero aprovechando las lecciones aprendidas del Patriot Act de EEUU, sobre todo, de las medidas que "fueron inútiles e incluso, contraproducentes".
QUÉ SIGNIFICAN LOS ATENTADOS DE PARÍS
En su diagnóstico de la situación hay fundamentalmente tres ideas. La primera es que "hemos descubierto que, en efecto, podemos ser asesinados y ejecutados por un dibujo" en Europa. "Lo que ocurrió en la sede de Charlie Hebdo no fue solo un atentado, sino una ejecución", porque llamaron a cada uno de los muertos por su nombre antes de dispararles. Las víctimas, cree Lèvy, "eran los Robert Capa de otra guerra", porque en su opinión, son "reporteros de guerra, de otra clase de guerra, pero guerra".
La segunda "cosa" que ha quedado patente tras el atentado ha sido "la solidaridad prodigiosa, milagrosa", que de forma inmediata se ha expresado en las calles de París. Más que la ausencia del presidente estadounidense Barack Obama a la marcha de este domingo, a este francés le han impactado las palabras del secretario de Estado John Kerry, que dijo en francés: "Je suis Charlie". "La última vez que eso había pasado fue con Roosevelt el 8 de noviembre de 1942, en Radio Londres", ha señalado.
El tercer hecho es que "Charlie no ha muerto". "La redacción se ha puesto de pie, se ha secado las lágrimas y se ha puesto a trabajar, es decir, a dibujar y a hacer reír". Y los terroristas, que pretendían callarles, no lo han conseguido.
LOS VIÑETISTAS DE 'EL PAÍS', CON 'CHARLIE HEBDO'
Peridis, Forges y El Roto han tomado la palabra para defender la libertad de expresión en un acto que El Roto ha descrito como "casi religioso, con algunos compañeros de cuerpo presente".
Peridis, el más cauto, se ha preguntado sobre los límites que deben tener las caricaturas, que son "siempre una agresión", y ha invitado a abrir un debate "cuando pase esta oleada". Desde su punto de vista, la cuestión es "no ofender", y en este caso, respetar a una sociedad anicónica como la musulmana.
Forges ha recordado que estamos en el año 1436 de la era musulmana, y que cuando corría el año 1436 de la cristiana, existía la inquisición... "Dos formas de concebir el mundo, con 579 años de diferencia". Como ha señalado el viñetista, las amenazas forman parte de su profesión, como cuando él recibía anónimos intimidándole con hacer daño a sus hijos.
El Roto ha defendido que ellos, como dibujantes, deben: "Intentar trabajar con la misma valentía y libertad con que ellos lo hicieron, intentando que nuestro trabajo sea útil". Y por útil se refiere a que "debe clarificar, reforzar algunas líneas de pensamiento y de alguna forma, hacernos más libres".
CÓMO VA A RESPONDER FRANCIA
El embajador de Francia, Jérôme Bonnafont, ha recordado lo que ya ha explicado el presidente francés, François Hollande, y es que el Gobierno de su país "va a asegurar la seguridad de todos", según ha dicho, "con medidas excepcionales, pero no con un Estado de excepción. Con las armas del "Estado de derecho, de la libertad".
Bonnafont ha prometido que Francia va a "asegurar la protección de esta libertad", porque "no fue solo un ataque contra Charlie Hebdo, fue contra el corazón de la democracia".
El Gobierno de Hollande, ha señalado en tercer lugar, va a "asegurar una convivencia pacífica dentro del país" entre las distintas religiones y corrientes políticas, en un momento en el que, opina, están en "guerra contra el terrorismo".
Tras la intervención del embajador de Francia, Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del Grupo Prisa y de El País, ha señalado que los atentados son "un ataque a los valores de la ilustración". El directivo ha reivindicado el espíritu de tolerancia de la Córdoba de Ibn Hazm, Averroes y Maimónides, frente a los ataques de la jerarquía católica de hoy a la Mezquita de Córdoba, cuya denominación intenta eliminar del emblemático monumento, y que en su opinión "abonan el odio, la intolerancia y el extremismo".