El autor del vídeo del asesinato de Ahmed: "Fue un error"

El autor del vídeo del asesinato de Ahmed: "Fue un error"

Fue una decisión de la que se arrepintió a los pocos minutos.

El ingeniero Jordi Mir, de unos 50 años e hijo de exiliados republicanos españoles, grabó con su teléfono móvil la ejecución a sangre fría del policía Ahmed Merabet el pasado miércoles en París, minutos después de que los terroristas atacasen el semanario Charlie Hebdo. Lo subió a su cuenta en Facebook, en la que contaba ese día con 2.500 amigos.

“Tenía que hablar con alguien. Estaba solo en mi apartamento. Colgué el video en Facebook. Ese fue mi error”, asume en una entrevista a la agencia AP.

Mir reconoce que subir las imágenes en la red social fue un “acto reflejo” fruto del uso habitual que hace de este tipo de herramientas. “Cuando hago una foto a un gato la pongo en Facebook. Fue el mismo estúpido acto reflejo”, lamenta.

El vídeo, de 42 segundos de duración, estuvo visible en su cuenta apenas unos 15 minutos, tiempo en el que el ingeniero tomó la decisión de retirarlo.

Demasiado tarde: las imágenes ya se estaban replicando por todos lados y varios usuarios se encargaron de descargar el vídeo de la cuenta de Jordi Mir y subirlo a otra distinta —y que, por tanto, él ya no podía controlar— en canales como YouTube.

Una hora más tarde muchas de las principales cadenas del mundo ya estaban emitiendo en sus informativos las crudísimas imágenes.

ROBO A UN BANCO

Mir asegura que en un primer momento no sabía ni lo que estaba grabando. De hecho, al escuchar los disparos pensó que se trataba del robo a un banco, e incluso dedujo que los hombres armados y vestidos de negro eran policías que acudían a ayudar al colega herido. “Y, horror, no lo eran”, evoca. Mir grabó el vídeo en su ordenador y en un disco duro, que entregó a la policía.

En la entrevista, pide disculpas a la familia del policía muerto, Ahmed Merabet, y argumenta que rechazó todas las ofertas que recibió para comprar el material que había grabado. De hecho, señala, intentó que los medios de comunicación difuminasen la cara de Merabet antes de ser ejecutado. Muchos, sin embargo, emitieron las imágenes sin editar y sin pedir permiso previo al autor.

Si volviera a estar en la misma situación, asegura, no volvería a subir ese vídeo a Facebook.

“En Facebook no hay confidencialidad”, concluye. “Es una lección que he aprendido”.

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