Andrés Kudacki: Así hizo el fotógrafo de AP las fotos del desahucio de Carmen
Carmen, de 85 años, sentada en una silla junto a su cama. Con una mano sostiene su bastón. Con la otra se seca las lágrimas. Al fondo, en una pared blanca, hay dos cuadros. En uno se intuye un escudo del Real Madrid, recuerdo quizá de un tiempo en el que el fútbol importaba algo.
Ahora ya no. Carmen va a ser desahuciada y Andrés Kudacki, fotógrafo de la agencia AP, está allí, acompañándola y, sobre todo, apretando el botón de su cámara. Suyas son las fotografías más comentadas y difundidas de este fin de semana. Muestran la brutal realidad de una anciana a punto de perder su casa de Vallecas, en Madrid. Todo sucedió este viernes.
El hijo de Carmen había solicitado 70.000 euros a un prestamista particular, cuyo aval era la vivienda de su madre. Como no pudo devolver esta cantidad, el prestamista se quedó con la casa y la subastó. Entonces, el nuevo propietario quiso disponer de la misma y por ello acudió a la Justicia.
Kudacki, que lleva retratando desahucios desde hace dos años y medio, acudió a la casa el viernes muy temprano. Eran las seis de la mañana y, ya en ese momento, una patrulla de la Policía vigilaba la casa de Carmen, que estaba acompañada por su hijo y por dos personas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). "Después llegaron ocho lecheras (furgones policiales) y cerraron todas las calles con antidisturbios", relata Kudacki a El Huffington Post.
"EL MOMENTO ERA TERRIBLE"
El fotógrafo explica que luego llegó más gente para protestar por el desahucio y que empezó a haber tensión con la Policía: "Yo estaba dentro de la casa, con Carmen, y se escuchaba todo". Fue justo entonces cuando, en diferentes momentos, Kudacki hizo las fotos de la mujer, desolada en su casa. Tomó muchas imágenes, aunque finalmente únicamente difundió las que puedes ver más abajo: "El momento era terrible, muy dramático."
"Carmen no paraba de repetir que había trabajado toda su vida en el campo, que había perdido ya a su marido, que les había dicho a las amigas que fueran a misa y rezaran por ella, que nadie podía hacer ya nada para salvarla. Es una persona que ha trabajado toda su vida y que ahora llega al final perdiéndolo todo o no teniendo nada casi", lamenta el fotógrafo, quien asegura que Carmen pedía que le diesen un tiempo o vivir allí hasta que falleciera y luego que ya cogieran la casa.
El hijo, explica Kudacki, había empezado a trabajar recientemente como teleoperador tras estar en el paro. "Ella cogió lo que pudo, no todo. Cargó lo que pudo, y el hijo también, y la casa quedó bastante intacta".
"SOMOS TESTIGOS, NO ENEMIGOS"
El fotógrafo subraya que, al salir del piso, él mismo vivió momentos de tensión con la Policía. "El jefe de comando vino y me dio dos golpes en la cámara y me amagó con pegarme una trompada en la cara. Le pedí explicaciones y me dijo: 'Si quieres haz la denuncia, pero a mí no me vas a hacer ninguna foto".
En la calle, la tensión subió de grados. Kudacki asegura que varios activistas intentaron acercarse al lugar donde estaba Carmen y él aprovechó para subir al piso de un vecino y siguió haciendo fotos. Desde ahí captó el momento en que la Policía se llevaba esposado al coche policial a un activista. "Los agentes estaban en actitud muy violenta", afirma.
Kudacki subraya que, en muchas ocasiones, ni el Gobierno ni la Policía entienden su trabajo y, simplemente, ve a los fotógrafos como "enemigos": "Nosotros estamos ahí sólo para ser testigos, no para hacer activismo ni para tomar parte. Y ellos nos ven como enemigos. Sólo mostramos que hay una problemática, tratamos de reflejar lo que pasó y la Policía nos pone trabas".
El fotógrafo insiste en que una foto potente "hace pensar mucho más y tener una continuidad imaginaria de lo que está pasando". Algo innegable viendo estas imágenes: