Lo que los surfistas nos pueden enseñar sobre el bienestar (FOTOS)

Lo que los surfistas nos pueden enseñar sobre el bienestar (FOTOS)

Los surfistas parecen tener algo que los demás no tienen. Al fin y al cabo, su pelo parece un poco más ondeado y sus sonrisas parecen un poco más anchas. Quizás todo se debe al tiempo que pasan en el mar o a las altas dosis de vitamina D, pero creemos que los surfistas -en su conjunto- tienen algo, una chispa de alegría o un estilo relajado, que los identifica. Aquí tenéis seis razones que lo justifican:

Saben cómo vivir el momento.

El océano es impredecible. Puede mecerte durante un instante y revolverse violentamente un segundo después. Los surfistas están constantemente leyendo y adaptándose a estos cambios, ya sea para coger una ola excitante o para estar a salvo en caso de caída sorpresa.

Una vez, la surfista profesional Keala Kennelly dijo que el surf también tiene mucho que ver con el estado zen. "Lo único que queda es la concentración extrema en la tarea que tienes entre manos," explicó a la revista Surfer. "Cuando sobrepaso una ola y miro aquellas montañas, mi corazón se expande ante tanta belleza".

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Se aprovechan del miedo y aprenden a ser humildes.

Independientemente de si es su primera clase o de si han ganado un campeonato mundial, los surfistas de todos los niveles rompen y se enfrentan a la furia del océano una y otra vez. El surf es una lucha continua contra una fuerza natural poderosa e impredecible, y el mar sabe bien cómo poner tu ego en jaque.

Esto es lo que hace al surf tan excitante, pero también desarrolla la humildad de los surfistas, que entienden sus límites y escuchan su miedo. Cuando Bethany Hamilton perdió su brazo a los 14 años por culpa de un tiburón, sólo esperó tres semanas antes de volver al agua. "Mi amor por el surf me ayudó a superar mi miedo a los tiburones," contó a The New York Times. "Me siento realmente afortunada de haber sido capaz de curarme después de esa experiencia". La perseverancia también la ayudó a recuperarse. "Siempre hay días de lucha", explicaba en Surfline TV, "pero me alegro de no haberlo dejado".

Sacan tiempo para lo que les gusta.

Para la mayoría de los surfistas, el mar forma parte de su rutina diaria, aunque suponga levantarse antes del amanecer o coger el camino a la costa justo después del trabajo para aprovechar una ola o dos. En definitiva, el sur no es sólo un deporte o un régimen de ejercicio. Es un estilo de vida.

Existe un dicho entre la comunidad surfera: "Un mal día de surf sigue siendo mejor que un buen día en el trabajo". Éste es el motivo por el que los surfistas buscan la sensación que les proporcionan las olas. Además, conviene saber que el surf quema 100 calorías cada 30 minutos, que las maravillosas vistas reducen el estrés, y que el océano te deja impresionado.

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Valoran la camaradería.

Aunque el surf parezca una tarea solitaria, en la costa se produce una camaradería que no requiere de palabras, especialmente cuando las olas son grandes y las condiciones, peligrosas. La prestigiosa competición Quiksilver in Memory of Eddie Aikau ilustra perfectamente este espíritu. Lleva el nombre de heroico y legendario hawaiano que sacrificó su vida para salvar la de otros. El "Eddie", como se conoce popularmente, sólo tiene lugar cuando las olas son lo suficientemente grandes, y los competidores se votan entre sí en base a los valores mostrados, no sólo a las habilidades.

"Ganar el Eddie Aikau es un tremendo honor," afirmó Clyde Aikau, el hermano de Eddie. "Pero creo que lo más impresionante es la sensación de estar todos juntos, de entrar al agua, coger las olas más grandes del mundo y saber que si algo va mal, tu compañero va a estar ahí para ayudarte, porque en eso consiste el Eddie".

Protegen lo que aman.

No es ninguna casualidad el hecho de que muchos surfistas se consideren ecologistas. Pasan la mayor parte del tiempo dentro o cerca del mar, por lo que ven de primera mano el impacto de los humanos en la Tierra.

Muchos de ellos han utilizado su fama para ayudar a limpiar las aguas. La Surfrider Foundation, creada por tres surferos de Malibú, ya acumula un buen número de logros ambientales, como salvar 930 acres (unas 376 hectáreas) de humedal en California y contribuir a la prohibición de fumar en las playas de la isla hawaiana de Oahu.

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Tienen resiliencia.

Los surfistas saben lo que es caerse y volver a levantarse. Es parte de la satisfacción del surf. La brasileña Maya Gabeira, que casi se ahogó surfeando en Nazaré (Portugal), dice que usó la experiencia de haberse acercado a la muerte para mejorar en el deporte: "Podemos aprender mucho de aquella experiencia. Ésa es mi prioridad ahora. Porque no se me pasa por la cabeza el dejar de coger grandes olas", explicaba a Surfline.

Hay muchas formas de describir el compromiso firme de un surfero para volver a levantarse. Danny Ritz, redactor en la web de surf The Inertia, piensa que se trata de algo primario, inherente, mientras que algunos surferos lo comparan con una religión. Ya sea espiritualidad o instinto lo que mueve la determinación surfera, lo que es seguro es que los surfistas pueden caerse nueve veces de seguido, pero volverán al pie del cañón a la décima. Que no te quepa la menor duda.

Traducción de Marina Velasco Serrano