Ecologistas en Acción: "El 95,2% de la población española respira aire contaminado"
Los datos siguen siendo alarmantes: el 95,2% de la población española, es decir, 44,85 millones de personas, respira aire contaminado, según Ecologistas en Acción.
Una vez más, esta organización ha elaborado un Informe sobre la calidad del aire en España durante el pasado año. En el documento se recopilan datos de todas las Comunidades Autónomas y se evalúan en base a los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a los establecidos por la Unión Europea, que son mucho más laxos, explican los autores del informe, Mariano González y Miguel Ángel Ceballos.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES PROBLEMAS?
El documento determina que las sustancias contaminantes que más afectan a la sociedad española son las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de azufre (SO2).
Pero si hay que quedarse con una, los autores señalan el ozono como principal problema de salud pública en relación con la contaminación atmosférica. Ceballos precisa que se trata de un gas bastante complejo que “no se produce directamente”, sino que procede de la subida de temperaturas generalizada y de las olas de calor provocadas por el cambio climático, en combinación con los gases de los tubos de escape y de las chimeneas de las fábricas.
Como muestra el siguiente mapa, el ozono afecta a la práctica totalidad de la población española y sus emisiones van en aumento. Pero a pesar de todo, “ninguno de los Planes de Mejora de la Calidad del Aire -que sólo se presentan de cara a la galería- incluye este gas”, denuncia González.
¿Y LAS CONSECUENCIAS?
Las repercusiones se observan en varios ámbitos, desde el sanitario hasta el económico. Los problemas de salud derivados de la contaminación pueden parecer evidentes, como en casos de alergias y asma. Pero lo que se suele ignorar es que en nuestro país cada año fallecen 20.000 personas de forma prematura por la mala calidad del aire, o lo que es lo mismo, 12 veces más que por accidentes de tráfico, según datos de la ONG.
Por otro lado, está el coste económico, del que tampoco se habla demasiado. El precio de la contaminación atmosférica supone entre un 1,7% y un 4,7% del PIB español. Y, si bien los detractores de las energías renovables se escudan en las elevadas inversiones que éstas requieren, Ecologistas en Acción estima que los beneficios superan entre 1,4 y 4,5 veces a los costes.
¿SE PUEDE HACER ALGO PARA EVITARLO?
Paradójicamente, la crisis nos ha mostrado en parte el camino. Desde 2007, se aprecia un descenso en el consumo de combustible y en la producción energética de las fábricas, lo cual se ha traducido en una reducción ligera y paulatina de la cantidad de algunas sustancias contaminantes en el aire, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2). Con todo, González lamenta que esta disminución haya tenido que producirse “a costa del sufrimiento de las personas”.
“La lección que sacamos de todo esto es que sabemos por dónde pasan las soluciones, así que sólo falta aplicar las medidas necesarias. Es imprescindible que haya una apuesta política, un compromiso institucional, y que dejen de elaborar documentos vacíos de contenido y comiencen a tomárselo en serio”, apunta el coautor del informe.
González se queja de que los datos no llegan a los ciudadanos españoles, que, según el documento, son los peores informados en Europa. Y sugiere que los políticos tomen ejemplo de otras ciudades europeas, como Tallin, la capital de Estonia, donde el transporte público es gratuito para todos los habitantes, o Hamburgo (con una población de 4,7 millones de personas -la misma que entre Madrid y Barcelona-), que tiene el objetivo de prohibir todos los coches en su centro para 2034.