Huérfanos de Gaza: cientos de niños han perdido a sus padres por los bombardeos de Israel
Amir Hamad, de 11 años, abraza fuerte a su hermana de cuatro meses y lanza convencido: "Me llamará papá y mamá". Como cientos de niños de Gaza, Amir y sus cuatro hermanos y hermanas se han quedado huérfanos por los bombardeos de Israel.
"Preferiría estar muerto antes que haberme quedado solo sin mi madre y mi padre", continúa el chaval. No "olvidará" jamás, según dice, el día de ramadán del 9 de julio. "Mis padres se estaban tomando un café después de la ruptura del ayuno cuando una bomba cayó sobre nuestra casa. Los vi a los dos en el suelo y comprendí que estaban muertos", recuerda.
Un poco más lejos, su hermano Nour, de seis años, yacía también, "con la cara ensangrentada". "Lo cogieron dos socorristas", prosigue Amir mirando al niño, que después de se recuperó.
"Yo me voy a ocupar de mis hermanos y hermanas", promete antes de decir: "Pero tengo miedo ahora que mis padres no van a volver nunca más a mi lado". El bombardeo israelí que destruyó su casa en el norte de la Franja de Gaza también mató a otros cuatro miembros de la familia Hamad.
Desde la muerte de los padres, los hermanos viven con su abuela materna, Afaf, de 60 años, también desplazada de su casa por la guerra. "No voy a abandonar nunca a mis nietos, los criaré como crié a mi hija", dice. Aunque, tanto ella como su marido de 70 años no ven claro cómo van a poder cubrir todas sus necesidades: "¿Cómo vamos a pagar su educación?", dice entre lágrimas.
MÁS DE 2.000 MUERTOS, LA MAYORÍA CIVILES
Más de 2.000 palestinos, la mayoría civiles, han muerto en los 50 días de enfrentamiento armado con Israel. Desde este martes por la noche está en vigor un alto el fuego permanente.
Bissane Daher perdió a sus padres y a sus hermanos en un bombardeo. "Estábamos todos en casa. No teníamos ni bombas ni cosas de esas, pero bombardearon nuestra casa mientras estábamos dentro: ahora mamá, papá y mis hermanos están en el paraíso", dice. Tiene la cabeza vendada, la huella de aquel ataque a la casa familiar del norte de la ciudad de Gaza.
"Me desperté con los ojos llenos de arena (...). Me gustaría tanto volver a ver a papá y a mamá", añade la niña de ocho años, que estuvo seis horas bajo los escombros hasta que la encontraron los trabajadores de emergencias.
Su hermana mayor, una mujer de 28 años casada que ha acogido a la niña cuenta que esta "sigue atormentada por aquellos momentos". Por la noche "no consigue dormir: llora y llama a nuestra madre y nuestro padre".
"Nos han dicho que tiene que ver sin falta a un psicólogo, pero hasta ahora no hemos podido llevarla por los bombardeos", explica.
373.000 NECESITAN APOYO PSICOLÓGICO
Según la ONU, al menos 373.000 niños deberían tener un seguimiento psicológico después de este conflicto, el tercero en Gaza en seis años.
El orfanato de al-Amal, el único de la Franja, ha recibido entre 250 y 300 nuevos huérfanos, según ha explicado a AFP su director, Ayad al-Masri. Antes de los bombardeos acogía a 120 niños. Cuando empezaron los choques armados algunos de ellos se fueron con sus parientes lejanos. Uno de ellos, como cuenta al-Masri, murió en un bombardeo. Ali, de 10 años, se resguardaba en una escuela de la ONU que acogía refugiados.
Ahora mismo el orfanato solo tiene 31 habitaciones, pero al-Masri promete: "Vamos a construir un edificio suplementario para acoger a los nuevos huérfanos". Serán al menos 1.500, según la ONU.
Una promesa que queda en suspenso hasta que el bloqueo de Israel que asfixia a 1,8 millones de gazatíes desde 2006 sea más ligero y permita la entrada, sobre todo, de materiales de construcción.