Parados invisibles que se borran de las listas: "Sólo sirve para pasarme una mañana en la cola"
Ruth Nobajas, riojana de 33 años, no trabaja y busca empleo. Sin embargo, no está apuntada a las listas del paro, así que no figura como desempleada ni en la Encuesta de Población Activa (que refleja 5.622.900 parados) ni en los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (4.449.701). Está convencida de que, ya sin derecho a prestación, no le sirve de nada registrarse. Es, por tanto, invisible para las estadísticas de desempleo.
Ruth es maestra y dice que ha trabajado "de casi todo": de dependienta, dando clases extraescolares, de guía turística, cuidando a una enferma de Alzheimer, haciendo encuestas... "Lo único que me supone apuntarme al antiguo INEM es perder una mañana haciendo cola. Nunca me han llamado ni para trabajos ni para cursos", se lamenta. Por eso, ahora sólo busca trabajo por otros medios: "Llevando el currículum a todas partes, en LinkedIn, a través de anuncios en los periódicos..."
Expertos y sindicatos advierten de que el de Ruth no es un caso aislado y que "cada vez son más" los parados que están en esa situación. "Estamos celebrando mucho que tenemos una lista de desempleados cada vez menor, pero lo que está pasando es que la gente no trabaja pero consta como inactiva. Esto es muy grave porque no sabemos cuántas personas hay en esa situación", advierte Ana Viñas, economista del gabinete técnico de UGT.
"GESTIONAN MUY POCAS OFERTAS"
Viñas incide en la imposibilidad de conocer cuántas personas buscan trabajo sin estar inscritas en los Servicios Públicos de Empleo: "En la última EPA vimos muchas personas activas menos [en el último año se han reducido en 232.000 personas] y sólo podemos intuir que de esa cifra muchos lo serán por este efecto desánimo".
En su opinión, el principal problema es que desde 2010 se ha reducido en un 50% las partidas destinadas a las políticas activas de empleo mientras que el número de parados ha subido un 15%, por lo que "las cuentas no salen". "Los servicios públicos de empleo gestionan muy pocas ofertas de las empresas y los intentos de crear una especie de portal único, tipo Infojobs, van muy lentos. Es evidente que una persona que está en desempleo prefiere otro tipo de portales que manejan muchas más ofertas", reconoce.
Ruth insiste en que ese es el motivo principal que la lleva a no inscribirse en el paro. "Cuando he ido a apuntarme otras veces me he sentido como una estadística con patas. No creo que nadie haya vuelto a mirar mi ficha una vez que yo salí de allí", critica.
Pilar-Àfrica Estévez, catalana de 52 años que vive la Pobla de Vallbona (Valencia), es de esa misma opinión. Lleva tres años y medio sin trabajar, pero tampoco figura como parada debido a su "desencanto" con este sistema. "A pesar de no recibir ningún tipo de prestación, el servicio público de empleo me enviaba a localidades bastante alejadas de mi lugar de residencia para hacer cursos o para trabajar, con el consiguiente gasto en desplazamientos que en muchos casos superaban los 40€", recuerda.
Asegura que "mataría" por tener un sueldo que le permitiera pagar los gastos de alquiler, agua, luz y gas, pero cree que apuntarse al paro no le serviría de nada: "Sería útil, sobre todo, si sirviera para sentirse arropado por las instituciones. Debería servir para encontrar trabajo, para recibir asesoramiento laboral, para realizar cursos útiles. En estos momentos sólo sirve para engrosar las estadísticas", zanja.
Ana Viñas, de UGT, insiste en que quien busca trabajo debe apuntarse al paro a pesar de todos los fallos del sistema: "Si no se apuntan, desaparecen de la política, ya no son objetivo de la política económica porque no están contabilizados en ningún sitio y eso es un problema muy grave. Si están descontentos con los servicios que reciben, hay unos indicadores de quejas".
Pero ese argumento no convence a Mari Luz Cádiz, que tampoco ve utilidad en apuntarse al paro. "Si de verdad piensan que el dato del paro es tan necesario de cara a la galería, deberían saber que el dato de los dados de alta en la Seguridad Social es mucho más fiable. Pero como no les viene bien a los políticos pocas veces se menciona", subraya.
LOS "PARADOS DESANIMADOS"
Aunque es muy difícil conocer el número de desempleados que se borran de las listas del paro, el INE sí hizo pública en mayo su estimación de los "parados desanimados", aquellos que sí están inscritos en el paro pero que no buscan trabajo ante sus malas expectativas: 483.600, un 21% más que en 2011.
Pedro es uno de ellos. No quiere decir su verdadero nombre ni la localidad en la que vive por miedo a que sus vecinos le consideren un "vago". Pero admite que ya no busca trabajo. Tiene 56 años y trabajó como transportista toda su vida. Ahora lleva en paro desde 2009 y ya ha perdido toda la esperanza.
"Ves que un día, y otro, y otro, y otro... te rechazan en los trabajos porque eres mayor. Cuando pasan tres años o cuatro acabas dándote cuenta de que la búsqueda es inútil, que más vale dedicar tu tiempo a otras cosas, como cuidar a los nietos, y vivir como se pueda hasta la jubilación con el sueldo de mi mujer. Es lo que hay".