Si estás pensando en irte de vacaciones este verano pero no quieres viajar lejos ni gastar mucho, Nantes es tu destino. En esta ciudad del oeste de Francia se logra una mezcla perfecta entre su historia medieval, localizada en las calles del centro, y lo último en tendencias urbanas, que se sitúa en sus reconvertidos muelles industriales y que harán las delicias de los modernos.
Si prefieres el campo, en los alrededores encontrarás pueblos con encanto y hectáreas de viñedos hasta el horizonte. Además, llegar es fácil y rápido. Compañías como Air Nostrum ofrecen vuelos asequibles, pero está tan cerca que se puede ir en coche.
¿No es suficiente? Aquí tienes cinco razones para comprarte un billete a Nantes ya.
1. SU DISTRITO 'HIPSTER'
Las dos atracciones estrella de Las Máquinas de la Isla son el Gran Eelefante, de 12 metros de altura, y el Carrusel de los Mundos Marinos, de 25.
La influencia de las fábulas de Julio Verne es clara en el diseño de Las Máquinas de la Isla pero, para resaltarla, las paredes de los talleres están cubiertas de ilustraciones de las obras del escritor, como este Nautillus.
Los estudios de grabación, salas de ensayo y de conciertos y oficinas de asesoramiento a músicos y artistas de la asociación cultural Trempolino se encuentran a la salida de los astilleros, en un viejo búnker de la Segunda Guerra Mundial. En...
Un elefante barrita y echa agua por la trompa para abrirse paso entre la multitud. Se mueve por toda la Isla de Nantes transportando viajeros por los antiguos astilleros. El billete cuesta 5,50 euros y los menores de cuatro años no pagan, pero ...
El Árbol de las Garzas medirá 35 metros de altura y 50 de diámetro y albergará cafés, jardines colgantes y paseos. Entre rama y rama, La Machine ha proyectado que dos garzas transporten pasajeros. Su prototipo aún no ha sido aprobado por e...
En la Galería de las Máquinas, que discurre paralela a la nave principal del antiguo astillero, se expone el proceso de creación de La Machine, desde bocetos a prototipos o proyectos abandonados.
En el caso de esta oruga, puede verse el proceso completado tras el boceto anterior. Permite desplazar a una persona por el raíl.
Todo el barrio está dedicado a las artes y el diseño, hasta en las fachadas, con arte urbano de todos los estilos.
Hasta 50 personas pueden montar en el elefante durante el trayecto de media hora que dura la aracción. Un guía informa durante el recorrido sobre estos animales y sobre la creación de La Machine.
Este bicho gigante transporta cuatro pasajeros por los talleres. Ellos mueven las patas, la cabeza y las mandíbulas, y dos maquinistas expertos la conducen. La Machine espera incluir varias hormigas en el Árbol de las Garzas.
Esta hormiga es el prototipo de la anterior. La maqueta mueve patas y antenas pero no se desplaza de su sitio.
Los viejos astilleros cerraron en 1987; 20 años después comenzó a andar la primera de las máquinas, con la ayuda del Gobierno central y municipal.
La galería está construida como un invernadero donde hace mucho calor. Los modelos expuestos en la galería no se pueden tocar. Entre los reconocibles, hay criaturas que, sencillamente, no existen, criaturas de ciencia ficción.
La Garza de 8 de metros de envergadura es capaz de transportar hasta cuatro personas atravesando el techo de la galería de exposición.
En la galería también hay extraños prototipos de plantas.
Entre plantas inofensivas hay algunas que no invitan a acercarse...
El carrusel es como un acuario mecánico, cada piso corresponde a un nivel del mar y cada atraccion es una criatura de ese nivel, todas mecanizadas y con posibilidades de movimiento dependiendo de cada criatura. Sólo en el tercer nivel, la Supe...
El segundo nivel del carrusel corresponde a Los Abismos. En él se encuentran las criaturas más aterradoras y es donde siempre hay que esperar más, hasta varias horas para un trayecto de sólo unos minutos. Dentro de los monstruos podrás acci...
Si te gusta la estética steampunk, la Isla de Nantes es tu sitio: allí se encuentran Las Máquinas de la Isla que ha construido la compañía La Machine, enormes autómatas inspirados en los diseños de Leonardo da Vinci y la fantasía del célebre Julio Verne, nantés de nacimiento. Estas obras de ingeniería y diseño único se fabrican en los talleres que ocupan los viejos astilleros de la ciudad. Alrededor de estas naves se encuentran los antiguos muelles industriales, donde se ha creado un barrio para hipsters: en cada esquina te topas con asociaciones culturales, escuelas superiores y empresas punteras de la innovación, el diseño y la publicidad.
2. UN MUSEO EN LA CALLE
Cada cierto tiempo pueden verse pasear por las calles de Nantes enormes gigantes. No vuelven a la ciudad de manera fija, pueden pasar tres, cuatro y hasta seis años sin ir al lugar que los vio nacer. Pero, cuando llegan, las calles se llenan de...
Los enormes personajes son movidos por pequeños liliputienses de la compañía callejera Royal de Luxe, que son también sus constructores.
Una multitud asiste mientras la abuela gigante se va a dormir frente a la catedral de la ciudad.
Si las aglomeraciones que siguen a los gigantes te agobian, puedes buscar las dos o tres calles que aún albergan edificios de madera de la época medieval.
El Passage Pommerayo se sitúa en el exclusivo barrio de Graslin, construido en el siglo XVIII. Alberga unas galerías comerciales a imagen y semejanza de las parisinas. Situadas entre el centro de residencias burguesas y la Bolsa, en su interio...
Para un escape rápido, siempre hay algún callejón que atraviesa los bajos de un edificio y que conecta con la calle paralela. Una vía rápida de escape que puede albergar sorpresas, como las que ofrece la Iglesia de Santa Cruz, cuya diócesi...
Nantes fue el principal puerto de esclavos de Francia. El 42% del comercio de personas del país pasaba por allí: los barcos cargados de mercancías salían del puerto rumbo a África; allí capturaban a los esclavos y se encaminaban a América...
Los dos o tres personajes de Royal de Luxe siempre se encuentran en algún momento, "duermen" en las plazas, y conducen, hablan y hasta beben.
Nantes recuerda a muchos a la ciudad italiana porque está bañada por varios ríos y afluentes y muchos habitantes tienen embarcaciones de recreo, aunque tienen prohibido navegar por el Loira por sus peligrosas corrientes.
El Castillo de los Duques de Bretaña data del siglo XV y alberga el museo de la ciudad. El foso exerior contiene agua y un paseo de césped y bancos donde se puede disfrutar de música jazz en verano y también de cine al aire libre por un prec...
La antigua fábrica de la marca de galletas y dulces Lu, con su torre art nouveau, es actualmente un centro cultural que celebra obras de teatro, conciertos, exposiciones y danza.
Si no puedes ver a los gigantes en Nantes, este año los podrás encontrar también en Liverpool (Reino unido) e Irlanda. En 2014, la abuela y el muchacho africano han caminado por la ciudad francesa, pero... ¿a quiénes encontrarás en las Isl...
Nantes y las riberas del Loira son el escenario de un proyecto artístico muy singular: L'Estuaire, una exposición permanente que recorre la ciudad y 55 kilómetros de río y que muestra todo tipo de obras de artistas internacionales. Para disfrutarlas puedes hacer la ruta en bicicleta o cogerte un barco en Nantes y acabar en el Océano Atlántico.
3. TRAS LA LÍNEA DE COLOR VERDE
Este pueblo con encanto a 35 kilómetros de Nantes está dominado por su castillo medieval y una estética que lo convierten en la Toscana francesa. En ambas orillas de los ríos que lo atraviesan se plantaron numerosas especies vegetales. Aunqu...
Hay varios sitios donde alojarse en Clisson, pero el que tiene mejores vistas es sin duda el Best Western Villa Saint Antoine: el río transcurre bajo su estructura y puede oírse desde todas las estancias. La presa que lo corta se construyó en...
El hotel también tiene magníficas vistas en la terraza del restaurante, como esta, con el puente del siglo XV y la Iglesia de Notre Dame de fondo. Frente a esta vista, podrás tomarte una copa, darte un baño en la piscina climatizada y cenar...
Este rincón de Clisson ofrece una buena vista de la iglesia de Notre Dame, que data de 1888. Copia a la iglesia romana de San Giovanni en todo excepto en la fachada, que no es de mármol. El campanario imita el estilo de la Toscana italiana, qu...
El interior de Notre Dame también intenta imitar el estilo italiano, con el techo de madera y el fresco del altar (que data de los años 30).
En las riberas del Sévre y el Moine, los ríos que rodean Clisson, había más de 40 molinos dedicados a diversos usos. Después de ser quemados hasta los cimientos por los revolucionarios franceses, se reconstruyeron con motores de vapor.
La Valléé es el mejor sitio para comer en Clisson: si no hay mucha gente, el comedor-terraza que se encuentra en la planta superior ofrece unas espectaculares vistas del pueblo.
Este restaurante tiene platos muy exóticos, pero para probar algo auténticamente francés lo bueno es pedir pato: ya sea como primero, en una bandejita con foie gras cocinado de cinco maneras diferentes (incluso a la crema catalana), o como se...
Todas las casas de Clisson que se renuevan tienen que poner por ley ventanas, contraventanas, balcones y persianas verdes o rojizas, para conservar el aspecto del pueblo.
El mercado conserva el techo de madera del siglo XVII. Es uno de los más altos de Francia, y se encuentra en un pueblo tan pequeño por el deseo del duque de Bretaña de prestigiarse. Los viernes, decenas de puestos se distribuyen bajo su techo...
El castillo de Clisson se encontraba, en la Edad Media, en la frontera del reino de Bretaña, escenario clave de las guerras franco-inglesas de la época. La mayor parte de su estructura data del siglo XIII.
El interior del castillo fue reformado en el siglo XV para albergar a las tropas del duque de Bretaña. Construyó tres torres en vez de una (como era la costumbre) y levantó dos enormes chimeneas donde, cuenta la leyenda, se podía cocinar dos...
El lema de los duques de Clisson era "Pour ce qu'il me plaît" (por lo que me gusta). Durante la Guerra de la Vendée, que enfrentó a partidarios y opositores de la Revolución francesa, la ciudad y su castillo fueron quemados por rechazar la r...
De noche, alrededor del castillo, hay multitud de gatos y de sillas para sentarse y contemplar las luces de los edificios emblemáticos del pueblo. En el patio hay un pino de 200 años que plantó el escultor François-Frédéric Lemot, responsa...
Lemot demolió el antiguo barrio de la Trinidad en el siglo XIX, y en su lugar levantó un parque romántico, mezclando los estilos de la Toscana que tanto admiraba. En el parque pueden encontrarse jardines italianos, franceses e ingleses.
En lo alto de una colina levantó un templo donde se expusieron las obras de uno de sus grandes amigos, un embajador coleccionista de arte. El edificio clásico también albergó una escuela de música. Actualmente es un museo local y todas las ...
Las construcciones del parque se hicieron con ladrillos finos que se mezclan bien con la vegetación, baratos pero muy estéticos y típicos de la Toscana. Dentro de todos los edificios se realizan exposiciones de arte contemporáneo gratuitas.
La villa de Lemot se diseñó como un edificio toscano pero lo acabó su hijo, que se desvió del proyecto original hacia un estilo de villa noble romana. La familia habitaba la casa un mes al año.
El viaducto de Clisson se levantó en 1841 para facilitar el paso de los turistas llegados al pueblo tras la renovación que llevó a cabo Lemot. Por debajo parece una catedral gótica.
El Château de l'Oiselinière, a las afueras de Clisson, es lugar de productores de vino desde el siglo XVII. Hace ocho años cambió de propiedad, pero no de labor: producir Muscadet, el vino de los Países del Loira. Además de tener viñedos,...
El patio trasero del Château alberga una pérgola, un jardín de rosas salpicado de mesitas y una galería de bustos de hombres ilustres.
El Château tiene cuatro habitaciones rústicas para huéspedes con bañeras antiguas y duchas de pizarra. Este es uno de los rincones donde disfrutar el desayuno.
Los nuevo dueños del Château han montado una galería-museo con todas las herramientas antiguas que encontraron en sus almacenes, acumuladas tras tres siglos de producción de vino.
Si lo tuyo es más el turismo urbano, mira al suelo: una línea verde atraviesa toda la ciudad y te guía por Le Voyage à Nantes, un recorrido cultural por lo más significativo de la ciudad de Nantes. En las calles puede que te topes con una abuela gigante perseguida por las masas. Para esquivar las multitudes, siempre puedes entrar en alguno de los numerosos centros culturales o museos que hay por la ciudad.
4. LA BEURRE, LA TARTE, LAS CREPES...
Nantes se encuentra en los Países del Loira, una de las regiones francesas más potentes en la industria agroalimentaria. Los alimentos de productores locales se pueden consumir en los restaurantes de Les tables de Nantes, una guía gastronómica de la capital y su entorno. Y, comas donde comas, bebe Muscadet, el vino blanco de la zona.
5. RINCONES 'A LA TOSCANA'
En el interior de los Países del Loira hallarás la auténtica Francia: kilómetros de viñedos y pueblecitos llenos de encanto. Clisson lo tiene todo: un castillo medieval, dos ríos que atraviesan todo el casco urbano, un parque romántico y palacetes clásicos que recuerdan, intencionadamente, a la Toscana.
Para saber todo lo que te ofrecen los Países del Loira, descárgate esta app e interactúa con tu recorrido.