Naufragio en Corea del Sur: sin esperanzas de hallar con vida a los 280 desaparecidos
"Quizá no te lo pueda volver a decir nunca más. Te quiero". Uno de los estudiantes escribió a su madre este mensaje, del que publica una imagen el diario Kyunghyang. Tuvo suerte y consiguió salir de vida del buque Sewol, que naufragó a 20 kilómetros de la isla suroccidental de Byeongpyung. Se calcula que más de 280 quedaron atrapados en su interior y los familiares de los desaparecidos culpan al Gobierno de una mala gestión, mientras se investiga al capitán del barco por sus maniobras y porque según algunas informaciones fue de los primeros en abandonar el barco.
Más de 500 buzos trataron sin éxito de penetrar en la nave hundida y los trabajos quedaron suspendidos por las fuertes corrientes y la nula visibilidad de las aguas sobre el suelo fangoso donde reposa volcado el Sewol, a 30 metros de profundidad, explicó el portavoz.
La dificultad para llevar a cabo el rescate, el largo tiempo transcurrido desde el hundimiento en la mañana de este miércoles y la baja temperatura de las aguas al suroeste del país han desvanecido casi por completo las esperanzas de hallar supervivientes. Este viernes llegarán al lugar grúas marinas para tratar de remontar el ferri, del que solo emerge a la superficie una pequeña porción de la parte delantera del casco.
De los 475 pasajeros del transbordador, 179 han sido rescatados, mientras que nueve han fallecido y 287 permanecen desaparecidos, confirmó un portavoz de la Guardia Costera este jueves. Sus familiares, concentrados en un polideportivo de la cercana ciudad costera de Jindo, fueron tornando su esperanza en frustración a medida que transcurría sin avances esta tensa jornada hasta recibir con gritos y protestas al primer ministro, Chung Hong-won, y la presidenta, Park Geun-hye.
"Si hubiera sido tu hijo habrías hecho algo más", increpó al primer ministro uno de estos padres indignados, que acusan al Gobierno de gestionar mal el rescate al salvar solo a 179 pasajeros en dos largas horas de naufragio y levantar falsas esperanzas con continuos datos erróneos durante toda la jornada del miércoles.
"NOS DECÍAN QUE NOS QUEDÁRAMOS EN NUESTRO LUGAR"
Los rescatados, por su parte, han criticado lo que podría ser una grave negligencia de la tripulación del barco, que les ordenó permanecer en sus asientos en lugar de ponerse a salvo durante aproximadamente una hora tras escucharse el estruendo que dio lugar al inicio del hundimiento.
"El barco se inclinaba cada vez más, pero hubo varios mensajes por megafonía que nos decían que nos quedáramos en nuestro lugar", relató un superviviente de 17 años al diario local Hankyoreh, tras opinar que "quizá todo habría sucedido de otra manera si la gente hubiera salido más rápido".
El capitán, de 69 años, cuyo testimonio será crucial a la hora de determinar las causas del suceso, apareció brevemente con el rostro tapado ante las cámaras para pedir perdón a los pasajeros y sus familiares tras confesar sentirse "profundamente avergonzado".
El responsable del Sewol varió la ruta marcada por el Gobierno y, según la Guardia Costera, realizó un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual en la zona del incidente. Este violento giro pudo desplazar parte de la carga hacia un solo lado y finalmente volcar el buque, según expertos, aunque se sigue manejando la hipótesis inicial de que fue la colisión con una roca lo que provocó el hundimiento.
Además, la Guardia Costera investiga si el capitán fue uno de los primeros en abandonar el barco, tal y como sugieren los testimonios de algunos supervivientes.
Mientras, la sociedad surcoreana, conmocionada por el peor accidente naval en más de dos décadas, recibió una ración extra de emotividad al publicarse algunos de los mensajes de texto que víctimas y familiares intercambiaron durante el hundimiento. Otro de los pasajeros trató de tranquilizar a su padre con la frase "tengo un chaleco salvavidas", pero su nombre aparecía más tarde en la lista de los 287 que probablemente no volverán a reencontrarse con sus seres queridos.