¿Quieres una excusa (saludable) para ir al karaoke? Aquí van 20
Has vuelto a ver (500) días juntos y ahora mismo te mueres de ganas de ir a un karaoke. Tu reacción es totalmente comprensible: ahora lo que te toca es convencer a tus amigos de que te acompañen en esa travesía. Puede que no tengas que insistir demasiado porque son de los que enloquecen con un micrófono en la mano, pero si se te presenta como una tarea complicada tampoco te desesperares.
Aquí tienes 20 razones para convencerles empezando porque, como decían en la antigua Grecia, la música tiene facultades mágicas.
- El karaoke es un buen sitio para ligar. Mira sino los ojos con que miraba Zooey Deschanell a Joseph Gordon-Levitt en esta escena. ¿Habrían pasado 500 días juntos si Tom no hubiese subido al escenario a interpretar a The Pixies?
- Cantar mejora el estado de ánimo porque libera endorfinas y oxitocina. La primera es conocida como la hormona de la felicidad (también lo consigues comiendo chocolate) y la segunda tiene un papel antiestresante ya que mitiga los sentimientos de depresión y soledad.
- Vivirás tu momento estrella, pero con público. Porque después de tanto ensayar cogiendo el cepillo del pelo, el mando de la tele o el móvil cuando suena en la radio una de tus canciones favoritas, toca demostrar tus habilidades ante un público de verdad y utilizando un micrófono de verdad. Puede ser tu gran noche...
- Además de cantar, en el karaoke también se puede hablar. Esto no ocurre en las discotecas donde no te queda otra que limitarte a bailar o más bien moverte estilo péndulo al ritmo que marcan los de tu alrededor.
- Al cantar masajeamos el intestino. Sí, has leído bien. Cantar (en la ducha, en el karaoke o en una cena de amigos) ayuda a combatir algunos problemas de estómago. Gertraud Berka-Schmid, psicoterapeuta y profesora de la Universidad de Música y Arte de Viena, sostiene que al hacerlo se requiere una respiración abdominal que funciona como masaje para el intestino y otros músculos, incluido el corazón.
- Nunca volverás con la moral con los suelos, porque siempre hay alguien que canta peor que tú.
- Es bueno para los pulmones. Una vez que los locales se han quedado libres de humo, ya solo queda la ventaja que ofrece el cante. Un estudio de la Universidad Canterbury Christ Church en Reino Unido confirmó recientemente que cantar puede ayudar a las personas con problemas de respiración, especialmente si se hace de forma regular. Ellos recomiendan unirse a un coro.
- Coger el micrófono ayuda a estar más sano porque cantar refuerza las defensas del organismo. Según la Universidad de Frankfurt, esta actividad aumenta las concentraciones de inmunoglobulina A, una proteína denominada anticuerpo que ayuda a combatir infecciones. A esto se une que también aumenta la oxigenación en la sangre lo cual conlleva una optimización del sistema inmunológico, según el Instituto de Educación de la Universidad de Londres.
- Cualquier baile será celebrado. No hay pista de baile, hay mesas con sillones, una barra y un escenario en el que basta con contonearse hacia los lados para salir del paso. Así lo hacen casi todos por eso si te lanzas a bailar puedes recibir aplausos y vítores y hasta salir por la puerta grande.
- El karaoke contribuye a la socialización. Primero porque allí hablas con tus amigos, segundo porque invita a hacerlo con desconocidos/as y tercero porque la música es una herramienta de integración social. Esto es porque contribuye a desarrollar sentido de unidad, colectividad, pertenencia, disciplina, eleva la autoestima y el fortalecimiento de los valores morales.
- Esa noche dormirás mejor. Y esto no tiene que ver solo con el hecho de que ir a un karaoke implica trasnochar. Aunque no lo des todo, seguro que te acuestas pasada la una de la madrugada. Lo decimos porque cantar puede resolver algunos trastornos de sueño, en gran medida porque libera tensiones.
- Los vídeos enganchan. Vale que cantantes, grupos, etc. se lo curran preparando vídeos para sus temas, pero la realidad es que nunca serán tan comentados como los de las pantallas del karaoke. Prueba a sentarte en un sofá con tus amigos y mirar a la pantalla. Sabrás a lo que nos referimos.
- Te asegurarás cantar, lo hagas bien o mal. Con tu consumición va un papelito y eres tú quien decide si lo rellena escribiendo un tema o prefiere quedarse apoltronado en la barra. Aquí no te rechazarán como cuando intentaste unirte al coro del cole o ser cantante de aquel grupo. El NO está descartado.
- Cantar en grupo es más beneficioso que hacerlo solo en casa. Stefan Koelsch, doctor en neurociencia, músico y psicólogo, neurobiólogo y sociólogo en la Freie Universität de Berlín, explicaba en una entrevista a Eduard Punset que "cuando la gente compone música en común, se lo pasa bien, disfruta estando con los demás y disfruta comunicándose con los otros”. Esto es más fácil que ocurra en el karaoke que en tu casa, aunque también puedes unirte a un coro o desgallitarte en un viaje en coche con amigos.
- Siempre hay algo que puedes cantar. En el menú de canciones hay un poco de todo y es imposible que no conozcas alguno de los temas que ahí aparecen. No aceptes la excusa "no sé ninguna canción" porque todos hemos visto las galas de fin de año y hemos escuchado a Pimpinela con el Vete y pega la vuelta o el Bailar pegados de Sergio Dalma.
- Al salir te sentirás más joven. Y no porque la gente que vaya sea mayor (eso es más propio de un piano-bar) sino porque cantar es bueno para ello. Al hacerlo ejercitamos las cuerdas vocales y las mantenemos más jóvenes. Este beneficio se nota también durante la vejez.
- Es bueno para la espalda, siempre y cuando te animes a cantar. Para hacerlo bien es necesario estar de pie y derecho (mirar cómo se colocan en los coros para hacerte a la idea), de esta forma conseguirás que se proyecte bien la voz y llegue a todo el local. La postura resulta imprescindible si quieres hacer de Raphael o Nino Bravo.
- Los sofás. Es el único sitio donde encontrarás esos asientos de skay, que se debaten entre ser modernos o deprimentes.
- Recibirás un subidón de autoestima. Porque nadie te ha impedido cantar, has demostrado todo lo que has ensayado durante meses en la ducha, porque has visto que hay gente que lo hace peor que tú y porque además música es un activador de nuestro ánimo. Santiago Rojas, autor del libro Anímate, sostiene que no basta con oírla: "Si escuchas música, te anima un poquito; si la bailas, te anima más; si la bailas y la cantas, te anima plenamente”.
- Y porque Ryan Gosling también va