Nueva temporada en el Teatro Real: Woody Allen, Carmen Maura y la vuelta a la tradición
¿Debe un teatro de ópera representar los títulos más clásicos sin asumir riesgos o dar un paso hacia lo desconocido con apuestas nunca vistas? El nuevo director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, cree que, antes de optar por la "transgresión", hay que rendirle homenaje a la "tradición". Y en ese convencimiento se inscribe la próxima temporada de ópera, que ha sido presentada este lunes en Madrid.
Desde septiembre se podrán ver en el coliseo madrileño obras como Las bodas de fígaro, de Wolfang Amadeus Mozart, La Traviata de Giuseppe Verdi o Fidelio, de Ludwig van Beethoven. Y por el teatro desfilarán Woody Allen, que será el director de escena de Gianni Schicchi, de Giacomo Puccini, Plácido Domingo para protagonizar la misma ópera o dirigir la orquesta en Goyescas, de Enrique Granados, o Carmen Maura para un papel menor en La hija del regimiento, de Gaetano Donizetti.
La presentación de Matabosch era muy esperada, ya que su nombramiento en septiembre hizo que terminara de golpe el mandato del anterior responsable, el belga Gerard Mortier, un heterodoxo director artístico que nunca convenció al público más conservador.
Aunque Matabosch ha negado desde un principio la ruptura con el anterior período, ha elegido como primera ópera una producción de Las bodas de Fígaro que ya se ha representado en el teatro en dos ocasiones en los últimos años. Es decir, poco riesgo y un título que gustará a los habituales de la ópera.
"El Teatro Real debe tener memoria", ha dicho Matabosch, porque "sólo un arte que reconoce la tradición es capaz de crear". "La transgresión presupone una tradición" que romper, ha abundado en una reflexión muy preparada por el nuevo director artístico.
DOS ESTRENOS ABSOLUTOS
Los dos estrenos absolutos (con música nueva) son en realidad con dos encargos de Mortier: El público, una adaptación de la inconclusa obra de Federico García Lorca, y La ciudad de las mentiras, sobre la ciudad soñada por el escritor Juan Carlos Onetti. Los otros grandes platos de la temporada son Muerte en Venecia, de Benjamin Britten, y Hänsel y Gretel, del discípulo de Wagner Engelbert Humperdinck.
Esa apuesta por la tradición ha engrasado también la colaboración con instituciones como el Museo del Prado, el Museo Nacional del Romanticismo, la Fundación Juan March, la Residencia de Estudiantes, la Fundación García Lorca, la Biblioteca Nacional o el Instituto Cervantes, que organizarán actividades paralelas a la temporada.
El teatro busca "que la ópera deje de ser una afición y pase a ser un hábito en una persona culta", según Matabosch, que compara a la ópera con una película, una exposición, la lectura de un libro o una conferencia.
Los precios de la ópera, sin embargo, seguirán en su mayoría al alcance de el que de verdad quiera invertir en ello. El Teatro ha rebajado sus precios en los últimos años con abonos más baratos y descuentos para los menores de 30 años. Ahora habrá un descuento "joven plus", destinado a los espectadores de entre 30 y 35 años. Las tarifas para una representación estarán desde los 381 euros, la mejor localidad en día de estreno, y los 10 de la butaca con mala visibilidad en otra función. En cuanto a los abonos, oscilan desde los 3.410 euros a los 40, respectivamente.