El 40% de los menores de Lorca sufrían estrés postraumático al año del terremoto
El 11 de mayo de 2011, la localidad murciana de Lorca sufrió dos terremotos de intensidad 5,1 y 4,5, que ocasionó nueve víctimas mortales e importantes daños materiales. Dos expertos de la Universidad de Murcia estudiaron la prevalencia del trastorno por estrés postraumático (TEPT) en la población menor de edad, y descubrieron que un 40% de los menores todavía sufría el trastorno un año después.
"El análisis indica que el 55% de los menores mostraba estrés postraumático al mes del terremoto, mientras que al año la prevalencia descendía al 40%", explica Concepción López Soler, investigadora de la institución murciana y coautora del estudio junto a Juan José López García.
Los resultados, publicados en la revista Gaceta Sanitaria, revelan que el 75% de los menores presentaba síntomas de reexperimentación (pensamientos recurrentes, pesadillas) al mes, y el 60% un año después.
Además, un mes después del suceso, el 42% sufría evitación de lo relacionado con la tragedia (alteraciones en la memoria y bloqueo emocional) y el 24% al año. Por su parte, el 51% manifestaba hiperactivación (dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad, problemas de concentración) al mes y el 38% al año.
Los autores sostienen que, en general, las reacciones postraumáticas tienden a disminuir con el tiempo. "Además, se han puesto en marcha tras el terremoto nuevos recursos en salud mental para atender a estas personas con estrés postraumático grave", afirma López Soler.
LOS MÁS PEQUEÑOS Y LAS NIÑAS, MÁS SENSIBLES AL TRASTORNO
Para este estudio se solicitó a los centros educativos del municipio la participación voluntaria de los escolares de 3º a 6º curso de primaria. Al mes del seísmo se evaluó el TEPT en un total de 495 menores y de 374 al año. "Es importante resaltar que los menores más pequeños y las niñas son incluso más sensibles a desarrollar esta sintomatología, lo que coincide con los resultados de otros estudios", apunta la investigadora murciana. Entre los alumnos de menos edad, el 54% de las pequeñas tenía síntomas de estrés postraumático frente al 39% de los niños.
"Las catástrofes naturales provocan en la población sensación de pérdida de la seguridad personal y peligro para la supervivencia", añade López Soler. Entre ellas, los terremotos son una de las que más alteraciones psicológicas provocan en la población y el TEPT es la reacción más asociada a condiciones adversas.
"En terremotos anteriores, la población afectada ha sido bastante variable", afirma. Así, tres años después del terremoto de Turquía de 1999, la prevalencia de TEPT fue del 59%; 18 meses después del de Cashemira (entre India y Pakistán), fue del 64,8% y diez meses después de la catástrofe de L’Aquila (Italia) en 2009, fue superior al 60%.