Entrevista a Pablo Soto: "Torrents.com es como Google, un buscador de enlaces"

Entrevista a Pablo Soto: "Torrents.com es como Google, un buscador de enlaces"

TORRENTS.MS

Pablo Soto es de esos programadores de los que pueden abundar en Estados Unidos, pero en España estamos escasos de ellos. Pionero del intercambio de archivos, se pasó los primeros años del siglo en aquél país participando de la creación de un movimiento, el del P2P, que puso patas arriba a toda la industria cultural. Ahora vuelve a la carga con torrents.com, un buscador de enlaces a prueba de leyes Sinde o Wert.

“Podíamos hacer el mayor buscador de enlaces dentro de una página con el nombre de dominio torrents.com”, imaginaba Soto hace ahora algo más de un año. Es el sueño de cualquier emprendedor, tener un buen producto con el mejor escaparate. Es como si un portal deportivo se hiciera con el dominio futbol.com o un contador de historias consiguiera el cuentos.com.

En esas se vio Soto cuando un valenciano le felicitó por Facebook poco después de que, en diciembre de 2011, la Justicia le absolviera en una demanda que Promusicae, la patronal de las discográficas, en la que le pedían 13 millones de euros por una infracción de la propiedad intelectual y competencia desleal que el juez rechazó de plano. Para éste, Soto sólo era un creador de tecnología.

Aquel valenciano simpatizante del intercambio libre de cultura tiene un apellido tan habitual en aquellas tierras como en el mundo del P2P: Torrents. Javier, que así se llama, había comprado el dominio torrents.com hacía más de una década por si algún día se animaba a hacerse su página personal. “Nunca se había planteado venderlo”, comenta Soto. Pero enseguida se pusieron a negociar.

El creador de programas P2P muy populares en la era de Napster, como ManolitoP2P, Blubster o Piolet, consiguió en una ronda de inversión el dinero necesario para comprarle a Torrents su dominio por apenas 70.000 euros y poner a trabajar a su equipo de programadores para crear la nueva galaxia Torrents: un buscador, un programa y un portal de noticias.

El primero, Torrents.fm, es un buscador de enlaces que ya tiene indexados más de 31 millones de archivos de todo tipo, desde películas hasta juegos pasando por software. “Se basa en el trabajo que ya teníamos hecho con Foofind”, explica Soto. Éste último buscador, que aún sigue activo, contó con una ayuda y un préstamo de 1,6 millones de euros por parte del Ministerio de Industria para su desarrollo.

La segunda parte del proyecto lanzado el jueves es Torrents.com. Con un dominio tan potente e internacional, Soto lo ha convertido en un sitio de noticias relacionadas con estrenos y novedades culturales. En una especie de guiño a la industria cultural, casi les está invitando a subirse a un tren que llevan años intentando descarrilar pero, por ahora, la está arrollando. De hecho, Soto está en negociaciones con algún que otro gran productor cinematográfico y, asegura, habrá noticias pronto.

Y la tercera pata es Torrent.ms, el programa para descargar y compartir archivos. “Está hecho para que tu madre o la mía puedan usarlo”, afirma. Y es cierto. Tras un simple clic para instalarlo, no hay que hacer nada más, ni abrir puertos en el ordenador ni cambiar algo en la configuración. Sólo ponerse a buscar y descargar. El programa y su uso son completamente gratuitos, pero Soto ya está trabajando para que, siguiendo el modelo fremium de muchos juegos móviles, poder añadirle extras de pago, como un analizador de archivos o un antivirus.

A PRUEBA DE LEYES SINDE-WERT

Soto, que lleva una década viéndoselas con la industria de contenidos, confiesa que al mismo tiempo que ellos programaban, sus abogados iban analizando su trabajo para que estuviera a salvo de alguna posible demanda. “Torrents cumple mucho más de lo que pide la ley”, asegura. Así, aunque el suyo es un buscador y no una página de enlaces, incluye un par de mecanismos para que cualquier propietario de derechos pueda pedir la retirada de algún enlace.

“Somos lo más parecido a Google. Esto es un motor de búsqueda donde cada particular pone lo que quiere. Si hay algo que no quieren que esté, pues que nos lo digan y lo retiramos”, aclara el programador español.

Aún así, sabe que no le van a dejar trabajar en paz tampoco ahora. “Dudo que nos dejen. La industria cultural ha demandado a todo lo que oliera a intercambio de cultura. De hecho, tienen el litigio como negocio”.