El metro de Moscú como nunca lo habías visto (FOTOS)
El metro de Moscú es el más utilizado del mundo. Así se explica en un artículo de Rusia Hoy. Cada día, entre las 5.30 y la 1 de la madrugada desplaza a más de nueve millones de personas. Inaugurado en plena época estalinista, a casi 80 años de su inauguración, es también una atracción turística y una metáfora del tumultuoso siglo XX ruso.
El metro es, por su propia naturaleza, un lugar en el subsuelo, algo que para los amantes de la literatura rusa podría evocar el martilleo psicológico al que nos somete Dostoievski. Pero el metro de la capital rusa es luminoso, quería demostrar la “grandeza de la vida socialista”. Se suele decir que se trata de un auténtico palacio para el pueblo.
Dmitri Berdasov es un moscovita que decidió fotografiar durante un año completo las 188 estaciones que componen la red metropolitana. Explica que fue el medio de transporte de su infancia, pero después se pasó doce años sin pisarlo. Argumenta que debido a esa distancia quizá siguió manteniendo el interés en él y que por eso se dedica ahora a fotografiarlo.
Es posible hacer muchas clasificaciones sobre las estaciones, pero a Berdasov le gusta dividirlas según su profundidad, ya que cree que es esta característica la que más acaba influyendo en ellas. Las que menos profundidad tienen suelen poseer numerosas columnas, como si fueran un ciempiés, mientras que las más profundas suelen contar con arcos y pilones.
Entre las estaciones que recomienda para los turistas se encuentran Park Pobedi, dedicada a la victoria en la Segunda Guerra Mundial, es la más profunda (está a 84 metros) y una de las más modernas (se inauguró en 2003); Vorobiovi Gori, situada encima del río Moscova, y junto al mayor parque de la ciudad. Hay una que destaca por su majestuosidad y lujo: Komsomólskaya, que tiene el nombre de las antiguas juventudes comunistas.
MÁRMOL EN EL METRO
“Una de mis favoritas es Elektrozavódskaya, construida durante la guerra, una estación de pilones al estilo soviético, con retratos de científicos y bajorrelieves de mármol blanco con estatuas de soldados, campesinos y obreros”, declara Dmitri.
Como no podía ser de otra manera, en un lugar por el que pasa tanta gente y construido hace décadas, circulan numerosas leyendas. Una de ellas cuenta que existe una línea secreta desde Kúntsevo, donde Stalin tenía su dacha, hasta el centro. También se dice que hay tramos por los que pueden circular los coches y no faltan las historias de apariciones. Se cuenta que en su interior viven cientos de perros que durante los fríos meses de invierno se calientan en el metropolitano porque es el único lugar para protegerse del intenso frío moscovita.
Como curiosidad, al buscar similitudes con el de Madrid se ha señalado que ambos cuentan con una línea de circunvalación, algo poco común en otros ciudades europeas. Las dos ciudades cuentan además con museos dedicados al metro, y los dos son poco conocidos y visitados.