Cinco científicas con suerte
A Begoña Sot, licenciada en Bioquímica de 38 años, ya no le quedaban fondos para continuar con su investigación sobre las proteínas implicadas en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Los recortes del Ministerio de Economía y Competitividad en investigación y el retraso de diez meses en la convocatoria de ayudas le habían hecho temer por la continuidad de su estudio científico.
"El problema es que, si te quedas sin dinero en mitad de una investigación, luego es muy difícil retomarla. Si no obtienes resultados rápidamente las instituciones públicas y las fundaciones desconfían de tu proyecto y te quedas a la cola para conseguir financiación", cuenta a El Huffington Post.
Este noviembre Sot recibió un soplo de optimismo: ella y otras cuatro científicas españolas fueron premiadas por el Programa L'Oréal UNESCO 'For Women in Science' y becadas con 15.000 euros cada una.
"Esta ayuda me ha salvado. El Ministerio nunca ha tenido para todos y ahora mucho menos. El Gobierno pretende que compitamos a nivel europeo y nos beneficiemos de las ayudas, pero sin dinero no podemos estar a la altura", cuenta Sot, que actualmente lleva a cabo su investigación en la Fundación IMDEA-Nanociencia.
Otro de los problemas que afronta este colectivo es la presión de publicar los resultados de sus investigaciones en revistas científicas de forma periódica. "Para generar confianza sobre tus proyectos es necesario publicar, y eso también cuesta dinero, entre 1.000 y 2.000 euros", explica.
Desde 2006, este programa ha otorgado ayudas por valor de 665.000 euros a 37 científicas españolas. El objetivo es dar visibilidad a las investigadoras para que sirvan de modelo a las jóvenes que dudan a la hora de elegir una carrera científica, ya que, según datos del Ministerio de Educación, en los últimos diez años ha descendido un 27% el número de estudiantes universitarios en la rama de Ciencia. En la universidad las mujeres son mayoría (un 53% del total de alumnos), pero, una vez obtenida la licenciatura, el número de mujeres que se dedica a la investigación desciende: representan un 35% frente al 65% de hombres.
Pese a la dificultad de compatibilizar la investigación con la vida familiar, Marta Alonso, licenciada en Ciencias Biológicas y otra de las becadas, lo ha conseguido. Tiene tres hijos, trabaja más de diez horas diarias y no quiere "perder el tren de la ciencia". "Tengo casi 40 años y todavía no tengo estabilidad laboral...", confiesa.
Tras finalizar su tesis doctoral se marchó a Houston (EEUU) con un contrato que le permitió seguir formándose en virus y tumores cerebrales durante siete años en el MD Anderson Cancer Center. Volvió a España con una beca Ramón y Cajal que finaliza en 2014.
Ahora gracias a la ayuda de 15.000 euros, Alonso podrá continuar su investigación sobre tumores cerebrales infantiles. "Los recortes de las administraciones públicas han sido brutales, es imposible seguir investigando sin la ayuda de las fundaciones, sobre todo para los investigadores que están empezando, como yo". Alonso y su equipo están llevando a cabo un ensayo clínico con adultos para probar la eficacia de un virus capaz de matar células tumorales. "Hemos necesitado 13 años para poder probar nuestra investigación en humanos", detalla. Un nuevo paso que les ha costado entre 700.000 y un millón de euros.
Las otras tres investigadoras premiadas son María Ángeles Tormo, destacada por el estudio de la bacteria Staphylococcus aureus, causante de importantes infecciones tanto en humanos como en animales; Laura Herrero, que busca nuevos tratamientos para la obesidad y la diabetes tipo 2, y Reyes Benlloch, por sus estudios sobre las proteínas fotorreceptoras en plantas.
Todas son conscientes de la dificultad de seguir al pie del cañón en la ciencia, ya que han tenido que competir con otras 300 científicas que presentaron su candidatura al programa L'Oréal UNESCO, que cuenta con el aval de la Secretaría Estado de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad.