Solbes: "Me arrepiento de haberme presentado a las elecciones de 2008"
Pedro Solbes, ministro de Economía y Hacienda con Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, tiene varias certezas. La primera: dar su consentimiento para formar parte del Gobierno en la segunda legislatura de Zapatero fue un tremendo error: “Me arrepiento”, ha señalado durante la presentación de sus memorias, Recuerdos (Ediciones Deusto). La segunda, que su libro no es “sobre Zapatero” y, la tercera, que tampoco es sobre la crisis.
La salida de los centros de poder no le ha cambiado un ápice. Mantiene su voz de tono bajo — a veces un simple susurro—, y las exposiciones larguísimas atestadas de palabras medidas. Asegura que el ejercicio de evocación que ha emprendido no estaba contemplado cuando dejó el Gobierno. Hace dos años cambió de opinión: “Quise contar la experiencia de un funcionario”, ha señalado. Se trata de una “visión parcial” de la etapa que le tocó vivir, a los mandos de la economía española en la época de mayores turbulencias económicas en periodo democrático.
Pedro Solbes estaba convencido de que las diferencias en materia económica con Zapatero había llegado a tal punto que hacía insostenible su permanencia en el Ejecutivo al terminar la primera Legislatura. Sólo tras participar en una reunión en Washington en la que se percata del alcance de la crisis económica que está por llegar, decide no arrojar la toalla: “Mi marcha podría haber sido mal percibida en el contexto internacional en un momento en que las cosas empezaban a ir mal para la economía española”, se ha justificado.
Funcionario que nunca ha tenido “carné de partido alguno”, Solbes dedica alguna de las páginas de su libro a entonar el mea culpa. “Muchas de las decisiones que tomamos en su momento no fueron las óptimas”, ha reconocido durante la rueda de prensa de Recuerdos, celebrada en Madrid.
LAS DISCREPANCIAS
Errores que, defiende ahora Solbes, intentó enmendar. Por ejemplo proponiendo a Zapatero, en las Navidades de 2008, elaborar un documento “no oficial” con las medidas a adoptar para paliar el embate de la crisis. Siempre entendido en el contexto de las diferencias existentes entre un presidente del Gobierno más favorable a las medidas económicas “expansivas” y un Ministro de Economía y Hacienda defensor de “medidas restrictivas”.
Solbes asegura que entregó el documento el 8 de enero (“Insisto, no oficial, lo que los británicos definirían de non paper”) en el que plantea, entre otras medidas, la eliminación de las ayuda del cheque-bebé o de los 400 euros. “Algunas las adoptó mi sucesora [Elena Salgado], otras las puso en marcha Zapatero en mayo de 2010 y otras no se pusieron en marcha nunca”, ha señalado.
Según el relato de Solbes, no recibió respuesta a su documento hasta “dos o tres semanas más tarde”. “La percepción del documento no era la misma en Zapatero que en mí. Me dice que no está de acuerdo con lo que planteo”, evoca. Con la perspectiva que da el tiempo, Solbes dice ahora que si se hubieran tomado en consideración sus medidas, “hubiéramos ganado un año” en la lucha contra la crisis, ha señalado pese a reconocer que, en algunos momentos, su visión sobre la coyuntura económica “fue excesivamente optimista”.
La existencia o no de ese documento —fuentes cercanas a Zapatero sostienen que no les consta dichos papeles— apunta a convertirse en la manzana de la discordia entre Solbes y Zapatero, que la semana próxima publicará también un libro sobre su visión de la crisis. El exministro se limita a reconocer que mantiene “cierta buena relación” con el expresidente pese a mantener con él “discrepancias importantes” en la segunda Legislatura. Sin ser la más importante, Solbes ha recordado que cualquier Gobierno “es de coalición”, formado por un lado por el Ministro de Economía y, por otro, del resto de ministros, “cuya tarea es gastar”, El presidente, ha recordado, siempre tiene que estar del titular de Economía. Algo que no se produjo con Zapatero, quien siempre optó por situarse en un término medio que no contribuía a facilitar la tarea.
Solbes se niega a valorar la tarea de Luis de Guindos o Cristobal Montoro, aunque sí coincide con ellos en que “hemos tocado fondo”.