Pamies y Ballesteros seguirán en sus puestos porque la sentencia sobre Faisán no es firme

Pamies y Ballesteros seguirán en sus puestos porque la sentencia sobre Faisán no es firme

EFE

Los condenados por el caso Faisán, el ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés y el inspector jefe José María Ballestero, seguirán en sus destinos actuales, ya que la sentencia dictada contra ellos no es firme porque la recurrirán al Tribunal Supremo.

Pamiés seguirá, por tanto, como comisario provincial de Huesca y Ballesteros como inspector jefe de la sección de Extranjería de La Rioja, han informado a Efe fuentes policiales.

Las mismas fuentes han explicado que dado que la sentencia que los ha condenado puede recurrirse en casación ante el alto tribunal, algo que ya han anunciado los policías, no se les puede aplicar ninguna de las medidas disciplinarias que contempla la ley para los policías que son condenados.

Además de la pena de prisión, ambos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) han sido sentenciados a cuatro años de inhabilitación.

Los dos policías han sido condenados por revelación de secretos por el chivatazo a ETA en el bar Faisán, que frustró una operación en 2006, pero han sido absueltos de delito de colaboración con organización terrorista por el que también fueron acusados por el fiscal.

¿QUÉ DICE LA LEY?

La ley orgánica 4/2010, de 20 de mayo, del Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía, contempla como falta muy grave haber sido condenado en virtud de sentencia firme por un delito doloso relacionado con el servicio o que cause grave daño a la Administración o a las personas.

Las sanciones que pueden imponerse por la comisión de faltas muy graves son la separación del servicio, la suspensión de funciones desde tres meses y un día hasta un máximo de seis años y el traslado forzoso.

La sección tercera de la Sala de lo Penal ha absuelto a los policías del delito de colaboración terrorista al entender que el chivatazo no fue una "acción directa de los acusados para favorecer una actuación puntual" de la banda, sino que la intención era "no entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA".

La sentencia considera probado que Pamiés fue quien, el 4 de mayo de 2006, dio el chivatazo al dueño del bar Faisán, Joseba Elosua, que tiró por tierra una operación contra la red de extorsión de ETA, y que lo hizo con la "colaboración imprescindible" de Ballesteros.