Los hombres con testículos grandes tienden a ser menos paternales con sus hijos, según un estudio
Un nuevo estudio de la Universidad Emory (Atlanta) sugiere que el tamaño sí importa, pero el de los testículos. Los hombres que los tienen más grandes tienden a involucrarse menos en el cuidado de los hijos, frente a aquellos que los tienen más pequeños.
"Nuestros datos indican que la biología del humano masculino refleja una transacción entre lo que es más importante para el apareamiento y lo que inclina más hacia la crianza", comenta uno de los autores, el antropólogo James Rilling.
El estudio, publicado este lunes por el periódico Proceedings of the National Academy Sciences, pretendía esclarecer, desde un punto de vista biológico, por qué algunos padres invierten más tiempo, esfuerzo y atención que otros en la crianza de los hijos.
"Es una cuestión importante porque otros estudios han demostrado que los niños y niñas cuyos padres están más involucrados en la crianza tienen mejor desempeño social, psicológico y educativo", añade Rilling.
EL TAMAÑO DEPENDE DEL SEMEN
Los testículos son los encargados de producir semen y testosterona, aunque "el volumen se correlaciona más con el número de espermatozoides y la calidad que con los niveles de testosterona", ha matizado Jennifer Mascaró, quien dirigió el estudio.
Se sabe que los niveles más bajos de testosterona están correlacionados con una mayor participación en la crianza, y que los niveles más altos de esa hormona pronostican más divorcio y poligamia.
La muestra de la investigación se compuso de setenta hombres, padres biológicos de niños y niñas entre uno y dos años de edad, y que vivían con el pequeño y la madre biológica.
Madres y padres fueron entrevistados por separado para determinar el grado de participación del hombre en el cuidado de los hijos, en tareas como el cambio de pañales, la alimentación, el baño, o el quedarse en casa para cuidarlos cuando están enfermos.
Asimismo, a los hombres se les midió su nivel de testosterona, el volumen de los testículos y mediante una imagen funcional por resonancia magnética (MRI) se les midió la actividad cerebral cuando observaban fotos de sus hijos con expresiones de alegría, tristeza y neutrales.
LAS CONCLUSIONES
Los resultados mostraron que tanto los niveles de testosterona como el tamaño de los testículos se relacionan inversamente con la intensidad del cuidado paternal directo reportado por los padres. Además, el volumen de los testículos también se vincula con la actividad en el área tegmental ventral (VTA), una parte del cerebro asociada con la recompensa y la motivación.
Los niveles más bajos de testosterona están correlacionados con una mayor participación en la crianza, y los niveles más altos de esa hormona vaticinan más posibilidades de divorcio y poligamia.
Sin embargo, la correlación entre el tamaño de los testículos y de cuidado no era perfecta. "El hecho de haber encontrado este variación sugiere la elección personal", dice Rilling.
"También podría ser que cuando los hombres se involucran más como cuidadores, sus testículos se encogen. Las influencias ambientales pueden cambiar la biología. Sabemos, por ejemplo, que los niveles de testosterona bajan cuando los hombres se convierten en padres involucrados", añade Rilling.
Por otra parte, los autores han señalado que en los últimos cincuenta años el número de mujeres que crían a sus hijos por su cuenta ha crecido sustancialmente en Estados Unidos y que, aunque hay muchos más hogares sin padre presente, en aquellos en los que está presente, suele estar mucho más involucrado en el cuidado que en el pasado.