La mayoría del G20 rechaza la idea de Obama de intervenir en Siria
Obama y su idea de un ataque "limitado" al régimen sirio de Al Assad se quedan cada vez más solos. Al margen del ya conocido apoyo del presidente francés, François Hollande, el resto de países reunidos en el G20 rechazan la vía militar sin el consenso de la ONU y abogan por la política.
Según el jefe de gabinete del presidente ruso, Vladimir Putin, "una clara mayoría" de los líderes reunidos en la reunión que ayer jueves comenzó en San Petersburgo "se muestra a favor de una solución del problema sirio por medios pacíficos".
Pese a que en la reunión no estaba previsto que se abordara este asunto, Putin sí quiso plantearlo durante la cena que los líderes compartieron tras la primera reunión. "Varios de los participantes me han pedido que se les dé la posibilidad de discutir otros temas muy importantes y graves de política internacional que no figuraban en un primer momento en nuestro plan, en particular, la situación en Siria", dijo el presidente ruso al inaugurar la cita.
En ese encuentro, según un portavoz del Kremlin, se confirmó las divergencias sobre Siria y "las fuerzas estuvieron divididas casi a partes iguales".
"LA GUERRA NO ES UNA SOLUCIÓN"
Rusia y China se oponen categóricamente a una acción militar contra Siria que no cuente con el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU y consideran que el Congreso estadounidense no tiene poder para autorizar un ataque contra Damasco.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró la posición rusa de que las pruebas esgrimidas por Washington para acusar a las tropas sirias de haber empleado armas químicas "no son en absoluto convincentes", pese a que el primer ministro británico, David Cameron, asegura tener pruebas que demuestran que se usó gas sarín, aunque sin especificar la autoría.
Desde la Cancillería china, su portavoz, Qin Gang, subrayó que "la guerra no es una solución para Siria. La vía política es la única posible".
La relevancia que ha adquirido esta cumbre como último recurso para evitar un ataque de castigo contra Damasco de imprevisibles consecuencias quedó de manifiesto con el anuncio del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de que su representante especial para Siria, Lajdar Brahimi, viajaba a San Petersburgo para sumarse a la reunión.
"En momentos en que el mundo está centrado en la preocupación acerca del posible empleo de armas químicas en Siria, debemos empujar más fuerte para que una Conferencia Internacional sobre Siria tenga lugar en Ginebra", dijo Ban, según su portavoz. "Una solución política es la única forma de poner fin al derramamiento de sangre en Siria", agregó el secretario general.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, también insistió en que se debe esperar el informe de los inspectores de la ONU que han investigado sobre el terreno el uso de armas químicas en Siria. Van Rompuy dio credibilidad a los informes de inteligencia de algunos países que acusan al régimen de Al Asad de haber empleado dichas armas, y lo calificó de "atroz crimen contra la humanidad", pero expresó su confianza en que el secretario general de la ONU, comparta con los líderes lo antes posible los resultados preliminares del informe de los inspectores.
El presidente europeo reconoció que, si bien algunos miembros de la UE comparten la necesidad de castigar al régimen sirio, "en estos momentos, sólo un país, Francia", estaría dispuesto a tomar parte en una acción militar.
El presidente francés, François Hollande, que se ha convertido en el principal apoyo de Obama ante una eventual intervención, tiene previsto mantener una reunión bilateral con el inquilino de la Casa Blanca mañana, segundo y último día de la cumbre de países industrializados y emergentes.
PIERDE APOYOS EN CASA
A la soledad de Obama en San Petersburgo se une la falta de apoyo en Estados Unidos, donde según el diario Politico, si se produjera una votación sobre Siria, el presidente la perdería.
Obama decidió no atacar Siria sin antes lograr el permiso del Congreso, algo que podría hacer perfectamente como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Sin embargo, la jugada le puede salir mal al presidente estadounidense, cada vez más solo ante la intervención.