La escasez alcanza a la Iglesia venezolana, que se queda sin vino de misa
La escasez de productos básicos en Venezuela ha llegado a la Iglesia Católica, que este lunes ha asegurado que sus reservas de vino para celebrar misa están al límite porque su único proveedor nacional tiene problemas para elaborarlo.
"Las reservas se están acabando", indicó este lunes a Efe el arzobispo de Coro (oeste) y presidente de la comisión de medios de comunicación social de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Lucker.
El prelado señaló que el problema comenzó cuando Bodegas Pomar, subsidiaria de Empresas Polar, notificó recientemente al Episcopado que ya no podría seguir proveyéndole el vino necesario para la liturgia porque es difícil conseguir los ingredientes para producirlo.
Lucker afirmó que Pomar es el único fabricante de vino en Venezuela y que "sustituirlo no es fácil", especialmente por los costos.
"Tendríamos que importarlo, pero no tenemos los dólares para eso", explicó el arzobispo, que no descartó que la Iglesia acuda al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, para solicitar divisas con el fin de traer directamente el vino.
ESCASEZ DE PRODUCTOS EN EL PAÍS
Lucker alertó de que las reservas de vino que ahora tiene la Iglesia alcanzan para "dos meses", y recalcó que en la Eucaristía se utiliza un mosto solo "de uva, sin aditivos", por lo que es un producto que no se consigue en cualquier bodega.
Venezuela pasa por una etapa de escasez de productos básicos que alcanzó su pico máximo con las recientes dificultades para conseguir bienes como papel higiénico.
El presidente, Nicolás Maduro, ha reconocido que la economía atraviesa un "desabastecimiento agudo", ante lo que anunció nuevas importaciones masivas y prometió agilizar la lenta asignación de divisas indispensable para importar y contemplada en el sistema de control de cambios que rige desde hace una década.
El Gobierno atribuye la escasez a un plan de la oposición porque asegura que acapara y hace desaparecer productos para derrocarlo, mientras sectores empresariales y también la oposición política la considera consecuencia de políticas como el control de precios, de cambios y otras que espanta a los inversores.
En concreto, el empresariado asegura que el desabastecimiento se debe al control de cambios vigente en el país desde hace una década y a la inestabilidad política que ahuyenta la inversión. Para estimular la producción, el Gobierno ha incrementado un 20% los precios máximos de venta de productos como el pollo, la carne de vacuno y todos los lácteos, una medida solicitada por los productores de alimentos. Los precios de los principales artículos de primera necesidad son regulados por el Estado.