Tratado sobre el Comercio de Armas: aprobado en una votación histórica en la Asamblea General de la ONU
En una votación histórica, la Asamblea General de la ONU ha aprobado por mayoría el primer Tratado sobre el Comercio de Armas poniendo fin a unas negociaciones que comenzaron hace más de una década.
La resolución, presentada por Costa Rica después de que tres países bloquearan la semana pasada la posibilidad de que el tratado fuera adoptado por consenso, fue aprobada por 154 votos a favor, tres en contra y 23 abstenciones.
¿QUIÉN HA VOTADO A FAVOR Y EN CONTRA?
EN CONTRA: Los tres países que votaron en contra fueron Siria, Corea del Norte e Irán, los mismos que la semana pasada impidieron a última hora que el nuevo tratado fuera adoptado por consenso.
A FAVOR: El texto fue finalmente patrocinado por más de un centenar de naciones, incluido EEUU, el mayor exportador de armas del mundo, y por los veintisiete países de la Unión Europea (UE), entre otros.
En el caso de Pakistán, uno de los países cuya posición era ambigua antes de la votación, anunció finalmente su decisión de apoyar el nuevo tratado, aunque antes defendió la importancia de respetar el "consenso" en la ONU.
ABSTENCIONES: Los representantes de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela finalmente decidieron abstenerse al considerar que el tratado "privilegia" a los países exportadores y es susceptible de ser "manipulado políticamente".
Esos cinco países consideraron que el tratado "no es equilibrado", no incluye una mención expresa a la prohibición de transferir armas a grupos armados no estatales e incluye algunas "deficiencias" que les impiden votar a favor de su aprobación.
También optaron por la abstención Rusia, India, China, Egipto, Indonesia o Sudán, entre otros, aunque en la mayoría de los casos dejaron la puerta abierta a sumarse en el futuro.
LA IMPORTANCIA DEL TRATADO
La transcendencia de este Tratado radica en que, aunque resulte difícil de creer, hasta ahora el comercio de armas no estaba regulado adecuadamente a nivel internacional.
El documento impondrá requerimientos vinculantes a las naciones para que revisen todos los contratos de armamento para garantizar que las municiones no serán utilizadas en países sometidos a embargo, en abusos de los Derechos Humanos, terrorismo o violaciones del Derecho Internacional Humanitario.
Numerosas ONGs han presionado durante años para que se alcanzara este acuerdo tras denunciar que amparado bajo la falta de regulación, el comercio de armas causa millones de víctimas.
El punto central del tratado es establecer las condiciones internacionales para el comercio de armas convencionales ligeras y pesadas, un negocio que mueve cada año 70.000 millones de dólares.
Se establecen unas normas mínimas que afectarán al comercio de armas ligeras, pero también al de carros de combate y navíos de guerra.