Mundial de balonmano 2013: España gana a Dinamarca en la final (35-19) y se proclama campeona del mundo
Victor Tomás, Viran Morros, Julen Aginagalde, Joan Cañellas, Gedeón Guardiola y José Manuel Sierra son algunos de los nombres que desde este domingo han pasado a la historia del balonmano español. Los hispanos, como se ha querido bautizar esta generación de balonmanistas españoles, han arrollado a la todopoderosa Dinamarca (35-19) y han ganado el Mundial de Balonmano del que, precisamente, eran anfitriones.
Con esta victoria, esta generación coloca su nombre junto a los recordados Mateo Garralda, Iker Romero, Joseja Hombrados, Demetrio Lozano o Rolando Uríos, que en 2005 se llevaron el Mundial en Túnez (el único de España hasta ahora) tras vencer a Croacia (40-34). La selección se saca, de esta forma, la espina clavada en los Juegos Olímpicos de Londres, donde no pudieron pasar del sexto puesto, y vuelve a poner a la Roja en lo más alto del balonmano, después de que en 2007 y 2009 la selección terminase los Mundiales en séptimo y decimotercer puesto, respectivamente. En el último, en 2011, ya consiguieron el bronce.
Al frente del equipo está Valero Rivera, un técnico que ha sido discutido desde su llegada en 2008 a la selección y que, curiosamente, suspendía balonmano en sus tiempos de estudiante de Ciencias de la Educación Física porque sus ideas se consideraban demasiado rompedoras.
Rompedor fue, precisamente, el juego de la selección frente a Dinamarca este domingo en el Palau Sant Jordi de Barcelona. España hizo una primera parte prácticamente perfecta en la que desarboló por completo a su rival, uno de los equipos más potentes, nada menos que la actual campeona de Europa y subcampeona mundial y con algunos de los mejores jugadores del mundo en sus filas. España disfrutó de la primera parte, las sonrisas en las caras de muchos jugadores, y llegaron al descanso con ocho goles de ventaja (18-10).
Tras el descanso, y lejos de reaccionar, Dinamarca continuó incapaz de entrar en el partido, sorprendida por la voracidad de España, un torbellino en ataque y un muro en defensa (el portero Sterbik lo paró todo) que logró completar el mejor partido de todo el campeonato para conseguir una victoria clarísima en su propia casa. El mundo del balonmano, a sus pies.