Rolf Heuer, director del CERN: "Demasiados recortes en investigación son contraproducentes para salir de la crisis"
El director del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN, en sus siglas en inglés), Rolf Heuer, ha estado en España con la misión de evitar otra secuela de la crisis: la posible salida del país del organismo de investigación que el pasado verano descubrió el bosón de Higgs. Heuer, de 64 años, interrumpió un día de turismo en Granada -donde clausuró un curso,- para informar satisfecho de que las conversaciones con la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) están encarriladas.
En una cafetería cercana a la catedral granadina se tomó su tiempo para explicar el valor de la ciencia en los tiempos que corren –“te puede sacar de la crisis a medio plazo, y aunque no evitará la siguiente, puede moderarla”- y cómo avanzan los complejos trabajos de su laboratorio con el famoso bosón. A tres años de jubilarse, algunos de sus próximos grandes objetivos son identificar la materia oscura, avanzar en el conocimiento del origen del universo, y tender puentes entre la ciencia y la religión. También se esforzará en que el CERN, que cumple 60 años en 2014 –“se está haciendo bastante viejo, pero sigue siendo atractivo porque atrae nuevos miembros”- sea considerado por sus estados miembros como algo propio, por más que las instalaciones estén en Suiza.
“Estoy confiado y muy satisfecho”, aseguró Heuer tras mantener un primer encuentro el pasado 8 de noviembre con Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i, para hablar sobre la deuda española. España es el quinto mayor contribuyente al CERN, con un 8,11% del total, y debe más de 110 millones a la institución, como informó El Mundo. “Está claro que la situación no es buena pero estoy seguro de que lo que está en el presupuesto 2012 será transferido al CERN, lo que significa que el final de 2011 estará cubierto y parte de 2012 también”, valoró el director del CERN.
En un momento de grave penuria económica, ¿cómo se convence a un Gobierno y a la ciudadanía de que hay que invertir en algo aparentemente tan alejado de la vida cotidiana como la física de altas energías? “Está desconectado de la vida diaria, eso es cierto, pero no está desconectado del pensamiento diario. Creo que todo el mundo en algún momento se ha preguntado de dónde venimos, cómo se ha desarrollado todo; es parte de nuestra vida querer saber cómo funcionan las cosas y cómo se desarrollan”, aclara para empezar este alemán sereno, con aire de sabio. Y continúa: “No me gusta la distinción entre ciencia básica [la que busca ampliar el conocimiento científico] y aplicada”. Aunque asegura que “la ciencia aplicada es absolutamente vital porque responde y reacciona a ciertos problemas, es de la fundamental, de la Blue Sky Research, como la llaman en EEUU, de donde obtienes el conocimiento, que con frecuencia da lugar a grandes descubrimientos y avances”.
INNOVACIÓN COMO EFECTO SECUNDARIO
“El problema es que no se sabe dónde ni cuándo llegarán los descubrimientos, pero mientras tanto, se promueve la innovación”. Como ejemplo, tira de otra de las grandes aportaciones del CERN, la infraestructura básica de Internet, que fue desarrollada “porque alguien se dio cuenta de que los investigadores son muy estúpidos para comunicarse bien y hacía falta un nuevo instrumento, y una red extra”. La computación GRID, que dio lugar a La Nube, surgió también para resolver otro problema concreto: la enorme necesidad de cálculo y almacenamiento de datos de los científicos. “No puedes decirle a alguien: ¡Innova! Pero sí puedes plantearle una pregunta, y pedirle que la resuelva, que investigue. Y creo que a medio plazo, esto te saca de la crisis”.
“No quiero hablar sobre ningún país en concreto, pero en términos generales los recortes me parecen absolutamente erróneos”, responde Heuer cuando se le pide su opinión sobre el retroceso de la inversión en I+D+i en España, que en 2012 cayó en un 25% con respecto al año anterior. “Sé que todo el mundo ha gastado más de la cuenta”, pero “con un exceso de austeridad se destruye demasiado, particularmente en ciencia”.
“Es muy fácil destruir cosas, pero es muy difícil volverlas a construir”, subraya quien gestiona uno de los centros de más alto nivel mundial en Física de partículas, y avisa: “Si pierdes a los científicos, pierdes su investigación, y para recuperarla quizás debas esperar a la siguiente generación. Y creo que esto es un gran error. Hacer demasiados recortes en investigación es contraproducente para luchar contra la crisis”.
HIGGS Y OTROS BOSONES
Pocas veces un descubrimiento científico ha ocupado portadas en periódicos y lugares privilegiados en telediarios como lo hizo el pasado 4 de julio el hallazgo del bosón de Higgs, que abría la puerta a explorar ese 95% del universo que sigue siendo desconocido. Del día en que del Gran Colisionador de Hadrones salió la partícula que parece ser el Higgs, Heuer recuerda cómo le impactó ver a primera hora de la mañana a cientos de personas, sobre todo jóvenes, haciendo una enorme cola que recorría varias plantas de las instalaciones del CERN y llegaba al jardín. “La gente que esperaba ahí no tenía ninguna posibilidad de llegar al auditorio, pero aún así, ahí estaban esperando. ¡Se habían quedado toda la noche para poder entrar! En ese momento creo que me di cuenta de que teníamos entre manos algo enorme”, rememora.
Para confirmar que la partícula descubierta es efectivamente el bosón de Higgs, falta, sin embargo, una última comprobación: determinar si el valor de su spin es cero. Hasta finales de año se seguirán recogiendo datos, y quizás en febrero o marzo se pueda tener la demostración final. ¿Y si resulta que al final el bosón no es el esperado? “Será una revolución. No serían malas noticias porque en un descubrimiento como este, sea el resultado el esperado o no, estamos ante algo nuevo, un gran avance. Así que no me decepcionará que el spin sea cero, como tampoco que sea otra cosa. Lo más importante es que tenemos algo”.
El siguiente paso tras el descubrimiento de julio es armarse de “mucha paciencia”. “Pongamos como ejemplo este vaso –todo lo explica así, de forma gráfica con lo que tiene al alcance de la mano-. Produces mil vasos como este, pero uno de ellos es ligeramente diferente: tiene un pequeño arañazo. Así que tienes que examinar con una lupa los mil vasos para identificar el que tenía la marca”. Si después de todo el proceso no se obtienen los valores esperados y hay alguna desviación [el arañazo era distinto de lo previsto], “esto querrá decir que se trata de una partícula que no hemos visto hasta ahora. Así que cualquier desviación del valor esperado puede conducirnos a la física más allá de lo conocido”. Que es de lo que se trata.
PRÓXIMA MISIÓN: LA MISTERIOSA MATERIA OSCURA
Para seguir avanzando en el conocimiento del universo instantes después del Big Bang, Heuer espera trabajar con energías cada vez más altas en el acelerador. “Según Einstein, con energías más altas puedes producir partículas con mayor masa. Y se podría obtener una prueba directa de partículas de materia oscura”, una idea que le ilumina la cara.
¿Cómo se estudia algo que no se ve? “Estamos bastante seguros de que hay materia oscura en el universo. La astrofísica nos dice que tiene que haber materia oscura, pero no puede decirnos qué es. Para saber qué es, tienes que tenerla en la mano” -quien dice en la mano, dice en el colisionador de hadrones-, y eso es lo que espera que ocurra antes de jubilarse en 2015. “En los experimentos podemos ver cómo quedan las partículas [tras un complejo proceso de deconstrucción], pero falta algo que no podemos ver”. Heuer describe las mediciones y deducciones que conducirían a la prueba de que la materia oscura existe, y resume: “Suena extraño, pero puedes medir las otras partes, y en función de las propiedades que sí puedes ver, puedes concluir qué faltaba. Hay algunas leyes físicas que deben cumplirse, y en virtud de estas leyes, puedes concluir de lo que mides, lo que no mides”.
En definitiva: “Hacer que lo invisible sea visible”, y entender, al menos, un 25% más del origen del universo.
UN LENGUAJE COMÚN PARA LA RELIGIÓN Y LA CIENCIA
A Heuer le molesta profundamente, aunque ha aprendido a vivir con ello, que se llame erróneamente al bosón de Higgs “la partícula de dios”, porque nada tienen que ver el uno con el otro. ¿Qué contesta a las personas con creencias religiosas que le preguntan qué había antes del Big Bang? “Les digo que no sé qué había, porque para nosotros los físicos, el tiempo y el espacio empezaron con el Big Bang. Esa es una respuesta fácil. Pero la pregunta fascinante es la que todos hacen: ¿Qué lo provocó? ¡Yo no tengo una respuesta a eso!”
Heuer considera fundamental que filósofos, teólogos de todas las religiones y científicos hablen entre sí con más frecuencia, pero para empezar a entenderse, han comenzado antes por tratar de “llegar a un lenguaje común”. “Yo soy un científico, y si usan la palabra prueba o verdad, puedo entender algo completamente diferente. Y viceversa”.
¿Cómo se conjuga el Big Bang con crear el mundo en seis días y al séptimo descansar? “La Iglesia oficial está cambiando en la interpretación directa de la Biblia”, dice convencido el director del CERN, que hace un par de años tuvo una audiencia con el papa Benedicto XVI para hablar sobre este y otros asuntos. “Creo que también es obvio para los teólogos que tienen que adaptarse a las explicaciones científicas. Creo que el diálogo funciona, y me gustaría promoverlo”.