Huracán Sandy: Estados Unidos afronta las consecuencias de la tormenta
Levantarse tras "una devastación inimaginable". Levantarse tras casi cuarenta muertos. Levantarse tras miles de millones en daños materiales. Levantarse después de que tu presidente diga que "aún no ha terminado". Levantarse, en definitiva, tras el paso del huracán Sandy.
Ese es el reto que ahora afrontan los habitantes de la costa este de Estados Unidos, especialmente los de los estados del noreste, desde donde sus responsables políticos expresan su desesperación. "No hay palabras para describir lo que los residentes de Nueva Jersey han vivido en las últimas horas", asegura el gobernador de ese estado, Chris Christie, quien precisamente definió las consecuencias de Sandy como de "una devastación inimaginable". De "tormenta devastadora" también la calificó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien quiso subrayar el "impacto sin precedentes" que tuvo la fuerza de la naturaleza sobre la ciudad.
Sin embargo, una de las voces más críticas ha sido la del gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, quien pidió una reconstrucción "inteligente" de los daños porque "esta ciudad no puede soportar este ritmo" de "inundaciones del siglo cada dos años". "No podemos seguir negando la realidad", añadió Cuomo en referencia al cambio climático.
El balance del paso de Sandy por Estados Unidos se mide, como casi siempre, en cifras:
MUCHO POR HACER
Pero pasado el huracán, no se ha terminado la tempestad. "La tormenta no ha acabado aún", advertía Obama desde la sede de la Cruz Roja en Washington. Y es cierto, aún queda trabajo y el huracán, tornado ya en tormenta tropical, deja sus estragos.
La amplitud de la tormenta de origen tropical, que se combinó desde el lunes con otra de origen polar en el centro de Estados Unidos, ha extendido el embate de los vientos huracanados, las lluvias intensas y las marejadas desde Nueva Inglaterra y Carolina del Sur, en las costas, hasta Michigan y Tennessee, en el Medio Oeste, un área donde viven más de 100 millones de personas.
Mientras tanto, las zonas afectadas despiertan a sus efectos. Los barrios de Manhattan y Brooklyn, en Nueva York, necesitarán entre cuatro días y una semana para recuperar por completo la electricidad, según asegura la compañía Con Edison. De hecho, la propia empresa, que suministra a la mayoría de la Gran Manzana, aún está evaluando los daños provocados por Sandy, que ha derribado árboles y generado inundaciones que han afectado a los equipos subterráneos que dan electricidad a esas zonas. Con un total de 780.000 clientes sin servicio eléctrico, la compañía ha batido su récord de cortes eléctricos registrados durante una tormenta, ya que en agosto del año pasado la tormenta tropical 'Irene' dejó sin luz a cerca de 203.000 clientes.
La firma Kinetic Analysys, dedicada a evaluar riesgos por desastres, considera que los cortes de energía eléctrica "son vastos pero menos de lo que se esperaba". "El mayor coste estará en el sistema subterráneo de Nueva York y hasta que los técnicos sean capaces de ir allí abajo y revisar las instalaciones y las redes de electricidad, no tendremos un cálculo aproximado", aseguran.
En Nueva Jersey, la producción de las refinerías se ha visto afectada y se ha recortado sustancialmente la demanda de combustibles por la suspensión de actividades comerciales y gubernamentales en la zona.
En Washington, la peor parte se la han llevado las familias que viven en los alrededores de la capital. Allí, unas 140.000 familias siguen sin luz desde el lunes. Además, hay desperfectos en multitud de viviendas, árboles caídos, calles cortadas y embarradas y semáforos que no funcionan. En la ciudad, los transportes siguen sin funcionar las oficinas del Gobierno federal están cerradas y la mayoría de comercios permanece con la persiana bajada. En algunos barrios se ven vecinos que aprovechan el día para comprar en las pocas tiendas abiertas.
Los economistas advierten de que este tipo de fenómenos meteorológicos traen consigo efectos de trastorno y de reconstrucción. "El trastorno puede durar una semana y el efecto de reconstrucción las tres o cuatro semanas siguientes. En resultados netos, el efecto de reconstrucción excede al del trastorno, aunque por poco", aseguraba por televisión Mike Englund, de una firma de Colorado.