Pobres y ricos: aumenta la desigualdad en España

Pobres y ricos: aumenta la desigualdad en España

SASHENKA GUTIERREZ / EFE

“Siempre ha habido ricos y siempre ha habido pobres en España. Pero nunca en los últimos años la distancia entre unos y otros fue tan grande”.

Cristina Delgado y Amanda Mars alertaban esta semana en El País de una de las consecuencias más preocupantes de la crisis: España se ha convertido en el país de la UE con mayor distancia entre las rentas altas y bajas, según el coeficiente Gini, que mide la diferencia de ingresos de un país, y los datos de Eurostat, concretamente la ratio 80/20, que relaciona la población que más ingresa y la que menos, y en la que España bate récords, con un registro de 7,5 frente a Noruega, que tiene un 3,3.

Las implicaciones del crecimiento de la desigualdad es uno de los asuntos globales el tema que abordan los profesores Emilio Ontiveros y Mauro Guillén en su nuevo libro “Una nueva época. Los grandes retos del siglo XXI” (Ed. Galaxia Gutemberg, Círculo de Lectores). En él, destacan una aparente contradicción: la desigualdad entre países ha disminuido desde comienzos del siglo XXI, al tiempo que aumenta la desigualdad dentro de los países. Lo primero se justifica por el crecimiento de China, África, los ex países comunistas y América Latina: las economías emergentes han comenzado un proceso de convergencia con los países desarrollados. Pero dentro de las economías más avanzadas, se amplía la división entre ricos y pobres: la renta media del 10% de la población más rica es nueve veces la equivalente a las del 10% más pobre, y en nuestro país las desigualdades en las rentas de trabajo son mayores al promedio de la UE.

Guillén y Ontiveros constatan que las implicaciones para la geopolítica del poder de una mayor desigualdad son enormes, que exacerban las tensiones sociales y políticas, y que pueden producir cambios de régimen e intestabilidades más frecuentes. Y a la larga, puede afectar a la lucha contra la pobreza, que ha conseguido reducirse de manera significativa durante los últimos 25 años: en este tiempo ha pasado del 44% a menos del 20% en los países que no pertenecen a la OCDE. El repunte de la desigualdad, concluyen, puede frustrar los esfuerzos para reducir la pobreza.

Capítulo aparte merece otra desigualdad: la de género, que también tiene repercusiones económicas una vez reconocido el “stock de talento” que no aprovechan los países que dificultan la incorporación de la mujer al mercado laboral. El libro destaca aspectos novedosos en España, como la contribución al crecimiento económico protagonizado por las españolas gracias a la entrada masiva de emigrantes que se han dedicado a las tareas domésticas.

Puedes leer aquí íntegro el capítulo “Un mundo dispar: desigualdad y pobreza”.

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