La Comisión Europea: "La compra masiva de deuda española sería paracetamol financiero"
Mientras que la prensa británica, y por extensión la española, hablaba de un posible 'chute' de 750.000 millones a España a través de la compra de bonos, la Comisión Europea ha afirmado este miércoles que la compra masiva de deuda española e italiana por parte del fondo de rescate de la UE sería "paracetamol financiero" y que sólo aliviaría temporalmente la tensión en los mercados sin resolver los problemas estructurales de las dos economías.
El Ejecutivo comunitario ha negado que en la cumbre del G-20 de Los Cabos (México) se haya discutido un plan de salvamento con un "rescate blando" para intervenir masivamente en el mercado de bonos, según ha publicado la prensa británica.
Una iniciativa de este tipo "sería paracetamol financiero, podría aliviar la tensión, el dolor, el malestar, pero no resuelve las causas que están en la base de los problemas estructurales de la economía italiana, española u otras", ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj.
"No sustituye a los esfuerzos de consolidación presupuestaria ni de reformas económicas que pueden reforzar la confianza a largo plazo en las economías sometidas a mayor presión de los mercados", ha resaltado Altafaj.
"NO HAY UN PLAN"
Las normas de funcionamiento del fondo de rescate de la UE contemplan la compra de deuda en el mercado secundario. Pero para ello tiene que haber una solicitud formal del Estado miembro interesado. Además, cualquier intervención está sujeta a una evaluación previa del Banco Central Europeo y exigiría condiciones de política económica.
"No tenemos conocimiento de un plan. Que haya discusiones e ideas me parece normal. Estamos hablando de algo que existe y que está previsto", ha insistido el portavoz, que ha dicho que no tiene noticias de que ningún país vaya a pedir este tipo de intervención.
El primer ministro italiano, Mario Monti, ha pedido que el fondo intervenga automáticamente en el mercado secundario de deuda cuando la prima de riesgo de los países que están haciendo reformas supere determinados umbrales. Francia apoya la idea, pero Alemania no ve con buenos ojos esta medida.
La propuesta italiana, de momento, no ha encontrado ningún respuesta en Bruselas.