Estos son los rasgos para detectar a una persona con altas capacidades
Los estudios más recientes en esta materia se alejan del baremo "rígido".
La Asociación Española de Superdotados (AEST) recoge que, aunque siempre se ha asociado esta condición al cociente intelectual de las personas, a día de hoy los expertos en diagnósticos tienen en cuenta otros factores, como el estilo de aprendizaje o la creatividad de la persona.
En este sentido, la misma organización asegura que los estudios más recientes en esta materia se alejan de este baremo "rígido" y se empiezan a referir a los pequeños con altas capacidades como aquellos que poseen "una capacidad de aprendizaje muy superior y una forma de aprender radicalmente distinta".
Por ejemplo, según El Confidencial los estudios que han llevado a cabo Ogurlu y Özbey sugieren que hay rasgos como la amabilidad o la extroversión que están relacionados con esa condición.
Mientras que otras investigaciones, como la del Davidson Institute, concluyen que las personas con altas capacidades suelen contar con una combinación de rasgos entre los que se incluyen visión intuitiva sobre algunos conceptos básicos, interés por lo complejo o una rápida comprensión.
Sintetizando, estos son algunos rasgos que definen a las personas de altas capacidades, de acuerdo a estudios recientes que ha recogido el ya citado medio digital:
- Sensibilidad y empatía. Las personas de altas capacidades pueden ser más sensibles que el resto de su entorno, por lo que es probable que perciban algunas emociones o interacciones que a ojos de los demás pasen desapercibidas.
- Rápido aprendizaje. Suelen ser personas con capacidad de asimilar rápidamente los conceptos y aprender de manera más rápida nueva información.
- Pensamiento divergente. Otro rasgo es que se trata de personas que perciben conexiones que otros no. Asimismo, suelen poder abordar los problemas desde prismas múltiples.
- Multitud de intereses. Se suele tratar de personas que tienen un profundo interés por explorar y comprender mejor su entorno.
- Necesidad de desafío. Las rutinas tienden a resultarles aburridas, dado que no plantean ningún tipo de desafío para las personas de altas capacidades.
