La ONG que busca a soldados israelíes por el mundo para llevarles ante la justicia
Una inocente foto de vacaciones o un vídeo en un medio de comunicación son los puntos habituales de partida con los que trabaja la Fundación belga Hind Rajab.
Una inocente foto de vacaciones o un vídeo en un medio de comunicación son los puntos habituales de partida. Cuando la Fundación Hind Rajab detecta que un soldado israelí presuntamente involucrado en crímenes de guerra en Gaza ha salido del país, pone en marcha su maquinaria para conseguir que rinda cuentas ante la justicia incluso a miles de kilómetros.
Casi una treintena de soldados israelíes enfrentan casos legales iniciados por esta ONG con sede en Bélgica y bautizada en honor de la niña palestina de cinco años que murió en Gaza después de que el ejército israelí asesinara a toda su familia en el coche en el que viajaban y matara también a los sanitarios que habían acudido a tratar de salvar su vida.
La conversación de la pequeña con los servicios de emergencia, que fue grabada y salió a la luz, dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo del sufrimiento civil en Palestina por el que esta fundación busca justicia en tribunales de otros países.
"Sólo nos basamos en datos públicos. La mayoría de ellos está en las redes sociales y publicado por los propios soldados. Tenemos un equipo de investigación que trabaja increíblemente rápido", explica a EFE una portavoz de la Fundación Hind Rajab (HRF) en conversación telefónica.
Aunque la organización nació en julio pasado, uno de los casos más mediáticos ha sido el del reservista Yuval Vagdani, que según esta fundación publicó en redes sociales vídeos y fotos que le mostraban destruyendo domicilios de civiles y estaba de vacaciones en Brasil estas Navidades cuando la abogada de HRF Maira Pinheiro le denunció ante la justicia brasileña.
En este caso, explica la portavoz, el "chivatazo" de dónde se encontraba el reservista llegó a la fundación a través del dueño del edificio que había destruido, pero de la misma manera que los propios soldados publican en sus redes sociales imágenes y vídeos de las operaciones en Gaza que podrían eventualmente incriminarles, también lo hacen de sus vacaciones en el extranjero.
HRF basa su labor en el principio de justicia universal, el cual establece que existen crímenes tan graves que cualquier país tiene la autoridad para llevar a los perpetradores ante la justicia.
La idea es que los países signatarios del Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la Corte Penal Internacional (CPI) al que se han adherido 125 naciones, deben dar seguimiento a las demandas por crímenes internacionales, como los de guerra o lesa humanidad. La CPI, sin embargo, se enfoca en procesar a máximos responsables de esos crímenes, como es el caso de Benjamin Netanyahu, dejando fuera a soldados de rango menor.
Por el momento, ninguna de las acciones de HRF ha culminado en la detención de un soldado; en el caso del reservista de vacaciones en Brasil, las autoridades consulares israelíes se pusieron en marcha para sacarle del país en un periplo que le llevó vía Argentina y después a Estados Unidos antes de llegar a Israel.
A raíz de este incidente, el Ejército israelí ha ordenado a sus soldados no mostrar su cara ni su nombre en los medios de comunicación: sólo podrán aparecer en grabaciones dando la espalda, con la cara oscurecida, e identificados únicamente con la primera inicial de su nombre. Además, ningún militar, de ningún rango, podrá aparecer vinculado a cualquier operación en la que haya participado.
"Nos lo tomamos como una confesión. Tienen miedo de algo, porque si no lo tuvieran simplemente irían al juicio y limpiarían su nombre y su honor. Pero no es el caso", apuntó la portavoz de HRF.
La fundación no revela el presupuesto con el que cuenta en sus primeros meses de vida ni tampoco cuáles son sus fuentes de financiación, pero aseguran que se trata de particulares que efectúan donaciones, generalmente de una cantidad reducida, y nunca otras organizaciones o administraciones públicas.
Por el momento, HRF ha iniciado 27 casos (no todos ellos públicos, para evitar alertar a los denunciados) en una docena de países y promete seguir honrando la memoria de Hind Rajab "exigiendo responsabilidades a los responsables y arrojando luz sobre la verdad del genocidio que se está cometiendo en Gaza". "Nos negamos a que la historia de Hind sea olvidada o desestimada; su historia es la de todas las víctimas de este genocidio", aseguran.