Iván Redondo, el fichaje de Pedro Sánchez, en declive antes de tocar bola
Iván Redondo, el boyante asesor que Pedro Sánchez fichó el pasado septiembre, ha entrado en declive en Ferraz antes siquiera de ascender al estrellato. Según fuentes del PSOE, "es más lo que él vende que lo que en realidad hace". Niegan que tenga algo que ver con las medidas de Sánchez y sus estrategias. O que le haya escrito un solo discurso.
La irritación perceptible en el entorno de Pedro Sánchez tiene bastante que ver con la idea, cada vez más extendida, de que este asesor manda mucho en él. Esa impresión se ha trasladado al área económica y entre el empresariado, donde se atribuye a la influencia de Iván Redondo sobre Sánchez -redondismo lo llaman los directores de comunicación económica- casi tanto poder como el de Pedro Arriola -el conocido arriolismo- sobre Mariano Rajoy.
Con esta creencia, los mismos círculos devalúan medidas anunciadas por Sánchez, como el impuesto a la banca, quitándoles credibilidad. Defienden que son titulares para compensar el apoyo del secretario general del PSOE a Rajoy en Cataluña, todo dentro de la estrategia recomendada por Redondo. Aunque para tal análisis no se necesiten lumbreras.
En el ámbito político, sin embargo, el fichaje hizo que en el PP y Ciudadanos, los partidos que anteriormente habían contado con sus servicios, se llevaran las manos a la cabeza. "¿En serio está asesorando a Sánchez? –preguntaba entonces un dirigente popular-. ¿Pero no se ha enterado de los desastres que montó en esta casa?". Los desastres a los que se refería eran la campaña de Xavier García-Albiol en 2007 que prometía limpiar Badalona de inmigrantes. "Consiguió visibilidad pero le ha perseguido todo este tiempo e ideológicamente ha resultado un techo", afirma un asesor de Moncloa, que tampoco se explica el fichaje.
Tras una campaña que cabreó a una parte del PP, Basagoiti requirió sus servicios en el País Vasco, para el que ideó el concepto de política pop con actuaciones en directo de grupos en los mítines, como vía de acercamiento a los jóvenes. De ahí lo contrató Monago en Extremadura y acabó formando parte del gobierno de la Junta, como gurú todopoderoso. "Dejó de ser un consultor independiente. Mira qué bien terminó Monago con sus ocurrencias", dice con sorna el dirigente popular.
Por eso el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, exclamó "y lo que nos quedará por ver", cuando supo de la noticia del nuevo fichaje de Pedro Sánchez el pasado mes de septiembre. En su web y en sus blogs --The War Room en Expansión y Moncloa Confidencial en El Mundo- el asesor vasco, con madre del PNV y hermanos de todo el arco político, según confiesa a Pablo Iglesias en "La Tuerka", presume a menudo de haber hecho presidente a Monago. Y su firma se define como la "primera consultora política en España por resultados", afirmación que produce una cierta hilaridad entre sus colegas.
Las razones por las que Redondo ha entrado en declive en Ferraz no están muy claras, aunque sí que dejan entrever el malestar que produce la forma en que él vende su colaboración con Sánchez. "Ni el equipo económico le ha mirado nunca con buenos ojos, ni en el de comunicación tiene influencia. Habla con ellos, pero nada más. Jamás ha tenido despacho en Ferraz, ni siquiera se ha pensado en ello", afirman las mismas fuentes próximas a Sánchez. Es de sobra conocido que Adriana Lastra, la mano derecha de Sánchez, nunca le ha hecho mucho caso, e incluso lo mira desde una cierta altura, mientras que en el Grupo Parlamentario ni pincha ni corta.
Entonces ¿quién se lo recomendó a Pedro Sánchez? En Ferraz aseguran no saberlo, no tener ni idea. Y defienden que fue el mismo Iván Redondo quien a menudo llamó a Sánchez durante la campaña de las primarias, porque le interesaba el proceso y le comentaba temas.
El hecho es que el asesor de Pedro Sánchez no sólo trabajó para el PP -durante años, su principal cliente- sino que, al menos durante seis meses, estuvo también con Ciudadanos. En el partido de Albert Rivera reconocen que buscaban lo imposible, un tipo de asesor político que parecer no existir. Tenían ciertas expectativas por lo bien que se vende, pero la colaboración no cuajó. Ni al presidente ni a su equipo les resultó de gran utilidad.
Por contra, en una entrevista que le hizo Pablo Iglesias para su programa "La Tuerka", y si las apariencias no engañan, el secretario general de Podemos y Redondo, salieron encantados el uno con el otro, a mayor gloria de ambos. Allí se miden su altura intelectual -Freud a Marx o Nietzsche- parecen autores con los que ambos duermen y conocen hasta la última línea de su obra, por no hablar de lo corta que se queda para Redondo la definición de spin doctor -asesor político- porque él es más, es un estratega. De "culto, sensible y rápido" le tilda el secretario general de Podemos, lamentando que haya trabajado para sus adversarios. Y Redondo rectifica los halagos, negando que fuera el empollón en los jesuitas, solo "estaba entre el 5% de los mejores".
Aunque el encuentro tuvo lugar en 2016, nada impide que ahora, cuando parece que en el PSOE no se le valora suficiente, vuelva a reencontrarse con su admirador Pablo Iglesias. Además de discutir sobre cuánto se aprende en la series de televisión sobre política, podrán abordar cómo remontar la caída libre en Podemos.