El partido que gobierna continúa explicándose a sí mismo que "las encuestas de intención de voto esconden mucho voto oculto". Con una explicación tan sencilla es más fácil seguir gobernando al margen de la calle, incluso en contra de los derechos más elementales de los ciudadanos.
La libertad de expresión, noviolenta y cívicamente ejercida en la vía pública está por encima de la potestad sancionadora de los poderes públicos, dado que la libertad es uno de los valores superiores y la seguridad jurídica uno de los principios configuradores del Estado de Derecho.
El ministro de Interior ha optado por poner nombre a una ley a costa de ensombrecer la democracia. Nosotros preferimos llamarla Ley Mordaza porque lo que pretende es amordazar a quien resulte incómodo con el poder, aunque lo manifieste de forma pacífica e imaginativa.
Estamos recordando, porque a algunos políticos se les olvida, que la Democracia es mucho más que acudir a votar cada cuatro años o participar en manifestaciones autorizadas, necesarias, pero no únicas y excluyentes de otras formas de protesta pacífica que fortalecen a la ciudadanía.
Llama la atención que entre las detenciones de la operación Araña que ha puesto en marcha la Guardia Civil y el juez Eloy Moreno no se encuentre ningún vinculado a amenazas filonazis o de exaltación de la violencia vinculados a la extrema derecha, e incluso a miembros de NNGG.
¿Por qué surgen las dudas sobre si la tardanza en intervenir fue premeditada? Porque como el propio Cosidó ha reivindicado, la labor de información de los infiltrados en los grupos violentos es clave. Gracias a ellos, el mando conoce en todo momento la situación de los violentos.