Hace exactamente un año Cecilia Giménez, una pintora de Borja de 81 años, estaba en boca de todo el mundo. Nunca nadie, al menos en España, había conocido una popularidad internacional tan súbita, tan involuntaria. La más sorprendida, con mucha diferencia, era la propia Cecilia. Ella solo había querido arreglar un cuadro que adoraba.