Poco les enseñamos a los niños del respeto que se merecen ellos, y en muchas ocasiones los adultos tratamos a los niños con un exceso de poder, desde arriba, y poco respeto, por su tiempo libre, por sus necesidades de juego y descanso. Para mí, los deberes se han convertido en una intromisión de la escuela en el hogar, a veces llegan a ser tan excesivos que resultan irrespetuosos.