Iceta quiere ser verbo
Cataluña puede no ser Borgen, pero Miquel Iceta está dispuesto a hacer un MacGyver. ¿Recuerdan? El nombre del protagonista que dio nombre a una serie y se convirtió en verbo, el agente secreto que resolvía todos los problemas con una inteligencia superior y amplios conocimientos técnicos. Al candidato a la presidencia de la Generalitat por el PSC no se le puede negar ni un intelecto por encima de la media que hoy pulula por la cosa pública ni una vasta intuición para la política.
Y ahora que la tensión interna dentro de los bloques en liza y los vetos entre candidatos amenazan la gobernabilidad tras el 21-D, según todas las encuestas, el primer secretario de los socialistas ha pasado de aspirar a ser la Birgitte Nyborg de la popular serie danesa Borgen, a conjurarse para ser el MacGyver de la política catalana. Lo dijo ayer en Lleida. Todo con tal de que la Generalitat no baile al ritmo de los "cuperos".
Será por aquello de que, lejos del pragmatismo danés en el que una líder del tercer partido del país puede convertirse en primera ministra, Cataluña se parece mucho más al resto de España de lo que le gustaría a algunos, y corre el riesgo de reeditar el bloqueo que mantuvo en vilo al país tras las elecciones de diciembre de 2015. Iceta se ha propuesto evitarlo y después de que Iglesias haya dicho que su único Borgen se llama Domenech, el socialista prefiere pasarse a MacGyver.
Si las encuestas aciertan y los aspirantes a la Presidencia de la Generalitat mantiene sus actuales líneas rojas, habrá que espantar el fantasma de la repetición electoral. Entre apoyar la investidura de cualquier candidato de los que apoyó el 155 y pasar de nuevo por las urnas, Podemos ya ha dicho que prefiere lo segundo. Y si hay algo que no está en duda en esta convocatoria es la masiva participación -por encima del 80%- y el papel de árbitro que todos los sondeos atribuyen a los "morados", que en Cataluña son lo mismo que los "comunes".
Por muy divididos que estén hoy los independentistas, nadie duda de que si sumaran mayoría absoluta reeditarían su alianza a pesar del manifiesto fracaso, pero los de Junqueras no dejan de perder puntos en las encuestas tras el señalamiento de Rovira como presidenciable, y los de Puigdemont ya han hecho saber que reclamarán la presidencia aún en el supuesto de que quedaran por detrás de los republicanos en número de votos o de escaños.
Para Junts Per Catalunya no hay más president legítimo que el "exiliado" tras la aplicación del 155. Así que de aquella alianza anti natura entre la izquierda republicana y la derecha catalanista no queda más que el recuerdo de una independencia fallida y las consecuencias penales que pesan sobre quienes la impulsaron. Si a ello sumamos que la CUP ha puesto como condición para prestar sus votos que el próximo "molt honrable" mantenga la vía unilateral, escenario que ha desaparecido de los discursos y los programas tanto de ERC como del Junts per Catalunya, no quedan demasiados motivos para el optimismo del cada vez más diluido bloque secesionista porque es bastante improbable que entre todos vuelvan a sumar 68 escaños.
Así las cosas y, pese a perder posiciones en el tablero, en su condición de partido bisagra Catalunya en Comú ha hecho saber que no abrirá en ningún caso la puerta de Sant Jordi ni a Puigdemont ni a Arrimadas, pero tampoco a un Iceta dispuesto a una entente cordial con un C's en auge y un PP en la irrelevancia. Domenech aspira a un tripartito con ERC y el PSC, que tampoco suma mayoría absoluta y del que reniegan tanto republicanos como socialistas. Los primeros por el aval del PSOE al 155 y los segundos, porque se han conjurado a no investir a nadie, esté en prisión o no, que haya sido impulsor, partícipe o cooperador necesario de la nefasta República del Nunca Jamás.
Seguro de que Arrimadas no tendrá más apoyos que los del PSC y el PP, Iceta aspira a que le voten los del 155 más los comunes, una hipótesis que a priori se antoja imposible, salvo que los de Pablo Iglesias convencieran a Ada Colau de las consecuencias a nivel nacional que tendría para Podemos impedir una Generalitat no nacionalista si los números lo permitieran. De momento, el secretario general de la formación morada tiene claro que en Cataluña la hoja de ruta la marca Colau y que, tras expulsar al PSC de su gobierno por su apoyo al 155, no parece que la alcaldesa de Barcelona vaya a hacer president de la Generalitat a un socialista que lleva en la frente la marca del polémico artículo de la Constitución.
El panorama se antoja muy similar al que dinamitó en marzo de 2016 la investidura de Pedro Sánchez, pero aún así Miquel Iceta se empeña en erigirse como el único aspirante capaz de alcanzar la Presidencia si no por los votos, por las alianzas post electorales. Conocido popularmente como "el carpintero" del socialismo catalán por su capacidad para arreglar problemas orgánicos, su última chanza en campaña ha sido para decir que si ha de convertirse en el McGiver de la política catalana, lo hará sin problema.
Cualidades no le faltan. Si a MacGyver le vino la fama por su habilidad para improvisar cualquier artilugio con elementos simples y variopintos, el primer secretario del PSC ha sido muñidor, dentro y fuera del socialismo, de los acuerdos políticos más inversoímiles. Como el famoso agente secreto de la serie protagonizada por Richard Dean Anderson, su arma más peligrosa es su reconocida inteligencia y su audacia para los acuerdos. Ambas cualidades le han permitido escapar de todos los peligros que ha encontrado a su paso, tengan estos que ver con las procelosas aguas del socialismo catalán o con las relaciones entre el PSC y el PSOE. Mil veces le dieron por muerto y mil veces ha resucitado porque en las batallas, como MacGyver, nunca usa armas ni mata a nadie, más bien acaba siendo amigo de sus adversarios, a los que prefiere siempre cerca de él que lejos. Lo hizo en su día con Nuria Parlón, antes con la ex ministra Chacón y antes con Pere Navarro. ¿Por qué no iba a lograrlo con Domenech?
No subestimen sus capacidades. Será un Borgen o será un MacGyver. Pero si, como le atribuyen las encuestas, su opción no deja de crecer y Ciudadanos y el PSC obtienen resultados similares, ya se las apañará para redoblar la presión sobre Arrimadas y sobre Domenech para que aparezcan ellos como responsables de una repetición electoral o de un nuevo gobierno independentista. Y en ese caso serán Rivera e Iglesias quienes tendrán que explicar por segunda vez ante sus respectivos electorados por qué impidieron de nuevo el cambio.
Si hace años que MacGyver se convirtió ya en una acepción del diccionario de Oxford, uno de los más prestigiosos del mundo en lengua inglesa, es probable que la RAE se plantee incorporar la expresión "hacer un Iceta", en el caso de que el aspirante del PSC consiguiera, tras el 21-D, llegar a la presidencia de la Generalitat.
Igual que MacGyver es para Oxford un verbo regular que en inglés significa "Make" or "repair" (an object) y en español, fabricar o reparar un objeto de forma improvisada haciendo uso de cualquier objeto que esté a mano, "Icetear" sería para nuestra Academia sinónimo de "carambola" o de lograr soluciones inimaginables. Y, entonces, como el célebre espía, el primer secretario del PSC sería también verbo.
Cosas más raras hemos visto.