Puigdemont dice que la violencia "no ha sido ni será" una opción en Cataluña
Reitera que "por supuesto" se celebrará el 1-O.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha destacado este lunes en París que el recurso a la violencia "no ha sido ni será jamás" una opción y reprobó que, a su juicio, "por parte de Madrid se haga apelación a la violencia".
"La violencia no es una opción en Cataluña, nunca lo ha sido. Lo hemos mostrado al mundo durante seis años consecutivos de grandes manifestaciones con más de un millón de personas sin ningún incidente", ha dicho Puigdemont en una entrevista a la emisora pública de radio France Inter.
Para el presidente de la Generalitat, debe tomarse en cuenta "la legitimidad de los catalanes que se han expresado en las últimas elecciones en favor del derecho a decidir", algo que "en una democracia no deben regular los tribunales sino la política".
Ha insistido en que "todo está en marcha" para el referéndum unilateral convocado el próximo domingo, que, en su opinión, "por supuesto que se celebrará".
Ha explicado que entraba en sus planes "una reacción del Estado de ese nivel, aunque esté fuera de la Constitución, porque han reaccionado como si hubiera un estado de excepción".
Aunque ha considerado que "no hay que prejuzgar cuál será el resultado", ha reconocido al mismo tiempo que "entre quienes declaran que van a ir a votar, una amplia mayoría dicen que van a votar que sí".
Preguntado sobre si celebrar un referéndum declarado ilegal no es anticonstitucional, ha argumentado que "España ha firmado los tratados internacionales (...) en los que está reconocido el derecho a la autodeterminación de los pueblos", y que en caso de conflicto prevalece el derecho internacional.
Ha descalificados al Constitucional por considerar que este tribunal está "muy politizado y formado por militantes del Partido Popular", por lo que, a su juicio, "siempre va a decir lo que el Gobierno quiere que diga".
Además, ha considerado que el pacto nacido con la Carta Magna en 1978 está "acabado", sobre todo a partir de 2010, cuando el Tribunal Constitucional "cortó lo que habíamos aprobado en el Parlamento catalán y en el español y que se votó en referéndum".