En huelga de hambre por un país sin violencia machista: "Llevan 12 años puteándonos así"
Gloria, Susana, Martina, Sara, Celia y Sonia llevan ocho días en huelga de hambre. Desde la puerta del Sol de Madrid, cuna de la indignación ciudadana desde el movimiento 15-M, reclaman un pacto de Estado contra la violencia machista, que se especialice la ley para cada tipo de maltrato y que se contemple la figura del "feminicidio". De momento, no tienen respuesta de las instituciones. Únicamente una una carpa de verano que les ha prestado el Ayuntamiento de Madrid.
Este viernes, la puerta del Sol ha amanecido por octavo día consecutivo con muchos zapatos rojos y esquelas de las últimas víctimas de violencia machista. Las ocho mujeres que llevaban en huelga de hambre desde el jueves pasado ahora son seis, ya que dos de sus compañeras han tenido que abandonarla por diferentes motivos. Pero eso no las quita fuerzas. Tras ocho días sin dar bocado a un alimento sólido, están cansadas pero con mucha energía: "No nos vamos a mover de aquí".
Foto: Carlos Pina
Varias personas se acercan a la caseta desplegada para firmar la petición en la que piden que se asuman las 25 reivindicaciones que proponen de cara a un pacto de Estado contra la violencia machista. Rosa es una víctima de maltrato que ronda los 50 años y ha venido de Barcelona para unirse a ellas en su lucha hasta el próximo lunes: "Me enteré por las redes sociales y decidí venir sin pensármelo". Las mujeres aprovechan para dar un mensaje a los ciudadanos: "Gracias. Sin su ayuda no habría sido lo mismo". Desde que las redes y distintos medios se hicieron eco de su presencia en Sol, han recibido apoyo y ayuda de muchas personas que pasan por allí. "Hemos vivido momentos muy emotivos a nivel personal".
Foto: Carlos Pina
Entre ellas está Gloria Vázquez, una de las portavoces de la asociación Ve la luz, a la que pertenecen todas ellas. Lleva, como el resto de sus compañeras, una camiseta en la que se lee "no al maltrato". Están sentadas tras el stand en el que colocan parte de las cosas que les han llevado los ciudadanos de Madrid: flores, libros, material para las firmas, café... Una madre se acerca con su hija a ofrecerles una manta que trae de su casa. La niña tiende el brazo y les regala un dibujo que ellas agradecen y colocan sobre la mesa. Son las 10 de la mañana y ya están a tope con la organización del día: concentración y cacerolada a las seis de la tarde mientras esperan a los autobuses que llegarán de otros lugares de España para apoyarlas.
LAS REIVINDICACIONES
Proponen un manifiesto que comprende diversas medidas para garantizar la protección en el marco de la violencia de género. Entre los puntos clave de su petición está contemplar la figura de "feminicidio" o proporcionar a las víctimas de violencia de género las mismas ayudas que reciben las víctimas de terrorismo. "Queremos que esto se modifique en la ley, llevan 12 años puteándonos así", asegura Vázquez.
Foto: Carlos Pina
Las grandes instituciones han hecho caso omiso a las mujeres de Sol. Hasta ahora, sólo han recibido la visita de algunos políticos, como la vicealcaldesa de Madrid, Marta Higueras, y la diputada socialista Ángeles Álvarez. "Pero vienen en calidad de personas, no de políticos", matiza Vázquez. Desde el Ayuntamiento les han proporcionado una carpa de verano y unas hamacas, "pero cuando llovió nos empapamos". Cuando se quejaron de la situación, desde el Ayuntamiento les respondieron que no podían hacer nada más. "Se llevaron nuestra ropa y carpa para traerlas secas, pero cuando se la pedimos nos la trajeron igual de mojadas", señala.
Foto: Carlos Pina
Higueras insistió a las mujeres en que debían dormir en un albergue municipal. "Se creen que he venido de Galicia hasta aquí para dormir en un albergue, yo de aquí no me muevo", explica Vázquez, que critica que llevan tiempo esperando al Samur Social para que les haga todas las pruebas requeridas en una huelga de hambre: "Nos dijeron que orinasemos para darles muestras y aún no se han pasado a por ellas". Expresa también su desilusión con las instituciones políticas: "No ha habido ningún cambio en la política, tanto que nos decían que iba a haberlo. Sigue siendo la vieja política", lamenta.
Foto: Carlos Pina
A la caseta se acercan todo tipo de personas. "Los hombres mayores vienen a firmar por sus hijas y nietas, independientemente de cómo hayan vivido ellos", señala una mujer de la Asamblea de Rivas que viene a visitar a las huelguistas. Otras jóvenes han acampado junto a ellas en el centro de Madrid. Pero a muchos les extraña que no haya "explotado" como el 15-M. Una señora responde en alto a esta pregunta mientras mira los nombres de las asesinadas en las esquelas del suelo: "Nosotras no importamos tanto".
Foto: Carlos Pina
Las ojeras y la cara cansada son evidentes en estas mujeres que llevan meses preparándose para la huelga. Han aguantado frío, lluvia y humedad pero no piensan rendirse. A la pregunta de cuánto tiempo prevén quedarse en la puerta del Sol, la respuesta es contundente: "No pensamos movernos de aquí. Ellos deciden a cuántas mujeres quieren recordar el próximo 8 de marzo", el Día de la Mujer.