No sólo Bescansa: otras diputadas del mundo que han llevado a su bebé al escaño
La diputada de Podemos Carolina Bescansa hizo un gesto muy consciente cuando llevó a su bebé a la jornada de constitución del nuevo Congreso. Consciente e inspirado: otras mujeres, de otros partidos, en otros países, también lo han hecho antes. Y es muy posible que su gesto anime a otras más a hacerlo: quizás, incluso, pronto veamos también a un diputado con su pequeño. Porque la polémica -siempre la hay- no es sólo sobre la conciliación, o la lactancia.
Una de las pioneras fue Michelle Dockrill, de Nueva Democracia, en 1998 en Canadá. El parlamento de Ottawa celebraba una votación que la entonces diputada socialdemócrata no podía perderse, así que se llevó a su bebé Kenzie, de siete meses. Al parecer, el presidente de la cámara le pidió que no volviera a hacerlo de acuerdo con la ley que impide ‘comer o traer alimentos' al parlamento canadiense. Recientemente, en 2012, otra diputada de su misma formación, Sana Hassainia, apareció en el hemiciclo con su bebé de tres meses: recibió una llamada de atención por parte del presidente por el jaleo que se montó alrededor del pequeño cuando sus colegas empezaron a hacer fotos, algo que no está permitido.
Aún hoy, el reglamento de los diputados no contempla una baja maternal o paternal; el primer ministro Justin Trudeau sí ha apostado por un parlamento que ayude a la conciliación, pero de momento se circunscribe a intentar acabar con las largas sesiones y votaciones a última hora.
En Argentina, la diputada Victoria Donda, del Frente Amplio Progresista, no sólo llevó a su bebé Trilce sino que le amamantó en su escaño. Fue en julio del pasado 2015; su gesto atrajo críticas y se convirtió en portada del sensacionalista Daily Mail en el Reino Unido. Se da la circunstancia de que la abogada y activista fue adoptada de niña y no supo hasta los 26 años quiénes eran sus verdaderos padres, que fueron secuestrados durante la dictadura argentina y figuran como ‘desaparecidos’. Poco después de su gesto, se enviaron a debate nuevas leyes para facilitar la lactancia en lugares públicos y en empresas.
Unos meses antes, en Chile, era la diputada del partido comunista Camila Vallejo quien acudía a votar un proyecto fiscal junto a su hija, de casi dos años. Varios tuits críticos -medievales, como los definieron en algún medio- del expresidente de la cámara Jorge Schaulsohn calentaron el debate sobre si una diputada puede o debe llevar a su “guagua” (bebé) al escaño:
Pero no es fácil arredar a Vallejo, líder de las protestas estudiantiles que sacudieron Chile en 2011, y la diputada más joven -tiene 27 años- de la cámara chilena:
“Resulta divertido ver a alguien acusado en la justicia por fraude, dándome consejos económico-maternales”, remató Vallejo, lo que recuerda otras guerras tuiteras de estos días en España, a propósito de las rastas, los piojos y la limpieza.
La situación en Asia es bien distinta. Nunca en el parlamento de Corea del Sur se ha visto a una diputada con su hijo; y en Japón la polémica más reciente envuelve al padre de un bebé que no ha nacido: a Kensuke Miyazaki, del Partido Liberal Demócrata, le han llovido todo tipo de críticas machistas por anunciar que piensa tomarse 21 días para cuidar de su recién nacido; una extravagancia en un país donde sólo un 2% de los padres se acogen al permiso por paternidad, que existir, existe. Críticas como las recibidas por Miyazaki de sus compañeros en la Dieta (“es un desprestigio”, “así gasta el dinero de los contribuyentes”, “que contrate una niñera”) ayudan a entender por qué.
En Europa, ha sido una diputada de Forza Italia, Licia Ronzulli, la que con más desparpajo ha protagonizado este debate… eso sí, en el parlamento Europeo. Vittoria tiene ya cinco años, y en una habitual, desde que tenía pocos meses, se los debates europeos.
En Francia, un país de la grandeur, no sólo jamás se ha visto un bebé en el hemiciclo, sino que la ropa y el peinado informal de los nuevos diputados españoles tiene boquiabierta a la clase política francesa. En pocas semanas, la Secretaria de Estado para la Digitalización, Axelle Lemaire dará a luz y no tiene intención de regresar a tiempo para defender su proyecto de ley, cuyo debate está previsto en torno a esos días. Su decisión contrasta con la de la exministra de Justicia Rachida Dati, que en 2009 se incorporó a su trabajo cinco días después de que naciera su hija Zohra, via cesárea. Lemaire ha dicho que respeta su actitud, pero la suya es radicalmente diferente: “la baja maternal no sólo es un derecho: responde a una realidad y a una necesidad fisiológica, física y psicológica, tanto para la madre como para el recién nacido”. Las posturas están tan afiladas como cuando en noviembre de 2011 Soraya Sáenz de Santamaría se saltó la baja maternal por una poderosa razón: el PP había ganado las elecciones y el presidente electo, Mariano Rajoy, le pidió que negociara el traspaso de poderes con el gobierno saliente de Zapatero.
Pero volviendo a Bescansa: en España existe otro antecedente en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. En 1991, la diputada de Izquierda Unida Ángeles Maestro, en medio de un extenuante debate sobre presupuestos, llevó a su bebé para poder amamantarle. Pero lo hizo discretamente en el despacho que le cedió Félix Pons: no quería esa foto en el escaño, le daba miedo la exposición. Poco después, un fotógrafo sí captaría esa imagen, en el Congreso del Partido Comunista, durante el discurso de su coordinador general, Julio Anguita.
Esta pieza ha sido elaborada con información de Kosuke Takahasni (HuffPost Japón), Ryan Maloney (HuffPost Canadá), Diego Iraheta (HuffPost Brasil), Gianni del Vecchio (HuffPost Italia), Dohoon Kim (HuffPost Corea), y Alexandre Boudet (HuffPost Francia).