Cinco ejemplos de localidades gobernadas por partidos políticos diferentes
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Cinco ejemplos de localidades gobernadas por partidos políticos diferentes

EDUARDO SÁNCHEZ PÉREZ

Dos están en Galicia, otras dos en el País Vasco y una más en Madrid. Aquí te presentamos cinco ejemplos de localidades gobernadas por partidos diferentes, con sus luces y sus sombras.

Cinco maneras de hacer políticas municipales que, para bien o para mal, son distintas al resto.

La estatua del Ché Guevara más grande fuera de Cuba está en Oleiros, un concello de más de 30.000 habitantes a pocos kilómetros de A Coruña. La pieza mide ocho metros de altura y preside una rotonda cercana a unas playas casi paradisiacas en una avenida a la que también da nombre el guerrillero argentino. No muy lejos de allí hay calles y plazas dedicadas a Dolores Ibarruri, Simón Bolívar, Emiliano Zapata, Gaza, Palestina, Venezuela…

El nombre del callejero, como la estatua, es una declaración de intenciones del alcalde del concello, Ángel García Seoane. Gelo, como le conoce todo el mundo en la zona, es la cabeza más visible de Alternativa dos Veciños, un partido que dirige Oleiros desde 1985. No oculta sus fuertes convicciones de izquierda y se define como “independiente castrista”. Es, de hecho, hijo adoptivo de La Habana, donde viaja con frecuencia.

Gelo desarrolla toda esa ideología en el pueblo con mayor renta per cápita por habitante de Galicia. Vecinos de Oleiros son, por ejemplo, Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega; Pablo Isla, el presidente de la empresa; o exfutbolistas del Deportivo como Donato y Fran.

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“Básicamente, lo que ha hecho este partido es garantizar a la gente un urbanismo respetuoso y tiene unos servicios públicos que sorprenden porque en temas culturales son de los mejores de Galicia. Tiene 10 bibliotecas públicas, 15 centros sociales y culturales, tres auditorios públicos…” explica Santiago Míguez, director del departamento de Sociología de la Universidad de A Coruña.

"UN AYUNTAMIENTO PROGRE"

Una vecina de Oleiros que prefiere no decir su nombre respalda esa afirmación en una conversación telefónica que se entrecorta constantemente. “Tenemos problemas de cobertura porque es un Ayuntamiento progre y aplica la ley a las empresas de telefonía y no deja que ninguna rebase las emisiones estipuladas por ley”, argumenta.

Eso, avisa, no es una crítica, pese a que se pagan “bastantes impuestos”: “Aquí se practica un urbanismo sostenible: pocas alturas, muchas zonas verdes, muchas actividades para niños, mucho cuidado de la escuela pública… Durante bastantes años las playas eran privadas, pero Gelo fue consiguiendo por método de expropiación que fueran de todos.”

De esta forma, afirman, vecinos conservadores votan a este alcalde castrista, que gana elección tras elección pese a que en el concello vence siempre el PP cuando se trata de los comicios generales. “Gelo, al garantizar todas esas condiciones de vida a una gente que aspira a ese estilo, a esas comodidades, tiene asegurada la victoria electoral”, resume Santigo Míguez.

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No muy lejos de Oleiros, también en A Coruña, está Narón, una de las diez ciudades de España que mejor ha capeado la crisis, según un reciente estudio del CSIC. El Ayuntamiento lo dirige desde hace 30 años una formación que ha ido cambiando de nombre y que ahora se agrupa bajo las siglas TEGA (Terra Galega), un partido que, dicen, no renuncia al “nacionalismo y al progresismo de izquierdas” y que gobierna con el apoyo de PSOE, BNG y Converxencia Galega.

Carlos M. Abella, socio de la empresa estratégica y de comunicación Abella y Valencia, traza una comparación con Oleiros. Dice que en ambos casos se ha apostado fuerte por políticas muy claras de inversión en infraestructuras deportivas, culturales y sociales. En el caso de Narón, afirma, esa táctica ha dado buenos frutos: ha ganado unos 10.000 habitantes desde el año 2000 hasta superar los 40.000, mientras que la vecina Ferrol ha perdido otros 10.000 hasta quedar por debajo de 70.000, devorada por la crisis del sector naval.

“Narón se está convirtiendo en el motor económico de la comarca. A partir del declive del sector naval de los 80, Ferrol ha ido en picado. Narón siempre fue el municipio al que se miraba un poco por encima del hombro desde Ferrol, algo así como el extrarradio. Y ahora las tornas están cambiando”, resume Abella.

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CON EL BASTÓN DE MANDO DESDE 1985

El alcalde de Narón, Xosé Manuel Blanco, cree que el secreto es “la continuidad del programa” de su grupo desde 1985. “Creamos un plan de urbanismo y lo hemos desarrollado. Planeamos muchísimos metros cuadrados para suelo industrial y nos decían que estábamos locos, que para qué queríamos todo eso. Pero las empresas empezaron a reestructurarse y a buscar alternativas que no fueran el naval. Todas venían a Ferrol, pero allí no había ni un solo metro cuadrado industrial y entonces tenían que venir a Narón”, recuerda.

Miguel de Santiago, candidato del PP a la alcaldía, admite que la localidad tuvo un crecimiento “espectacular” con Xoan Gato, que tuvo el bastón de mando desde 1985 hasta 2009. “También era del partido de los que gobiernan ahora, pero se movía, se iba a Santiago, a Madrid, a Bruselas... y captaba inversiones, agilizaba los trámites. Creó mucho empleo y dejó unos 11 millones de euros de remanente”, admite.

Pero ahora, dice, todo ha cambiado para mal y el actual equipo de gobierno “vive de las rentas, de la herencia de Xoan Gato”. “Hace cuatro o cinco años, la inversión era de 214 euros por habitante y este año ha bajado a 24 euros. En gasto social por habitante estamos a la cola de Galicia y tenemos los impuestos más altos de la comarca”.

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El alcalde Narón, a la izquierda, junto al subdelegado del Gobierno en A Coruña.

San Sebastián se convirtió en 2011 en la primera capital de provincia de la historia gobernada por la izquierda abertzale gracias al triunfo electoral de Bildu. “Nuestra victoria reflejó que la ciudadanía estaba un poco harta de cómo se hacían las cosas, de los modelos económicos y sociales que se estaban aplicando”, explica un portavoz de EH Bildu Donostia.

Esa misma fuente subraya que, por eso, la coalición abertzale ha tratado de no repetir las mismas recetas que se aplicaban antes, durante los 20 años de gobierno del socialista Odón Elorza. “El planteamiento fue no esperar a que vinieran multinacionales, sino apoyar a las empresas pequeñas, al comercio local, sobre todo en los barrios más castigados por la crisis”, resume el portavoz de Bildu, quien asegura que lema ha sido “invertir más donde más se necesita”.

En este sentido, destaca que el Ayuntamiento ha invertido cerca de 26 millones de euros que “han ayudado a crear 3.080 empleos y 900 pequeñas empresas”, lo que ha provocado que el paro en la ciudad bajase un 3,6% en 2014, hasta el 12,7%. “Además se ha hecho una apuesta muy fuerte por las políticas sociales y se han cuadriplicado las ayudas directas que da el Consistorio. Y la situación financiera en sensiblemente mejor en 2015 que en 2011”, presumen desde Bildu.

La visión de la ciudad desde la oposición es radicalmente distinta. “Bildu propicia el aislamiento, ellos defienden una ciudad cada vez más euskaldún que identifican sólo con lo vasco”, critica Ernesto Gasco, candidato socialista a la alcaldía de San Sebastián, para quien ese modelo es “contraproducente y limita el desarrollo económico y la creación de empleo”.

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El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre

LA "POLÍTICA DE AISLAMIENTO"

Esa “política de aislamiento” se evidencia, según Gasco, en que durante la legislatura han quedado “totalmente paralizados” los proyectos que “suponían conectar a la ciudad con el resto del país”. Por ejemplo, subraya, el alcalde, Juan Karlos Izagirre, “ha mostrado su animadversión y pedido la paralización”, del tren de alta velocidad y su conexión con el resto de capitales vascas y con Madrid.

Desde Bildu aseguran que el AVE “no es un modelo adecuado” para el territorio porque “hay prioridades mucho más importantes”, pero advierten que no disponen de “instrumentos” para evitar que el proyecto se lleve adelante.

Los socialistas van más allá y aseguran que la ciudad ha retrocedido en el mantenimiento de los servicios públicos. “Hay problemas con la limpieza, el mantenimiento del asfaltado de las calles, con el alumbrado, con la limpieza (la ciudad ha perdido cinco puestos en el ránking de la OCU), con la poda de los árboles…Para Bildu son más importantes las banderas o lo folclórico que la gestión del día a día”, afirma Gascao. Una visión que no comparten en Bildu: “Donostia tiene un nivel muy muy alto de limpieza y entendemos que somos uno de los ayuntamientos del Estado que más ha apostado por los servicios públicos en plena crisis. Los Consistorios socialistas en general no lo han entendido así”.

Los socialistas dicen que, además, están muy preocupados por los proyectos para la capitalidad europea de la cultura que San Sebastián lucirá en 2016. Gascau afirma que ese es “el mayor fracaso” de Bildu: “El proyecto está totalmente paralizado. No se ha hecho ninguna campaña de márketing en el conjunto de España y ha llegado un informe de Europa en el que se señala que sólo está contratado el 35% de la programación y el 65% en el aire. De financiación privada se han conseguido cero euros en estos años”, critica.

Bildu mantiene, sin embargo, la calma. “Bruselas ha hecho muy buena valoración de cómo va el proyecto. Faltan algunas cosas en el programa por concretar, pero es que así tiene que ser. Los plazos se están cumpliendo bien”, asegura un portavoz de la coalición, quien añade algo más sobre los cuatro años de mandato: “Ha sido una legislatura en la que no ha estado la violencia de ETA y eso ha ayudado mucho a dar algunos pasos, pero todavía falta muchísimo por hacer. Y en ese sentido sí queremos reconocer a todos. Cada uno desde su posición, todos han puesto de su parte. Algunos dicen que nosotros tenemos que hacer más, y tienen razón, otros dicen que otros tienen que hacer más, y también tienen razón. Al final la conclusión es que entre todos vamos a tener que avanzar bastante más”.

También en el País Vasco, pero en este caso en Vizcaya, está Extebarri, un municipio de cerca de 11.000 habitantes gobernado desde 1991 por un partido llamado La Voz del Pueblo (LVP) cuyos apoyos se multiplican en cada elección. En 2011 consiguieron cerca de un 63% de los votos y 10 concejales de 13.

“Obtener cada vez más votos era lógico, pues hemos pasado de tener 6.400 habitantes a superar los 11.000. Más difícil era aumentar también el porcentaje y lo hemos logrado porque los nuevos vecinos han comprobado que estamos a su servicio, que usamos el sentido común y obramos con seriedad, honestidad y cercanía. Ese es el secreto”, explica Pedro Lobato, alcalde de la localidad desde desde 1991 a 2011, que ese año cedió el testigo a Loren Oliva, también del LVP.

Lobato, que va a publicar un libro narrando su experiencia, ha asegurado alguna vez que ellos fueron, en cierta manera, los primeros indignados. Los vecinos se movilizaron a principios de los 90 contra los problemas sociales y la degradación que había causado la droga. Como no veían que el poder solucionara nada, se organizaron y crearon el partido. Y hasta ahora.

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Pedro Lobato

La Voz del Pueblo rechaza posicionarse ideológicamente porque, dicen, para gobernar la localidad no hacen falta ideologías. “¿Que ideología hay que tener para gobernar los municipios donde todos nos conocemos? Nos dedicamos a la búsqueda de la mejor gestión de nuestros recursos y a pesar de nuestras insultantes mayorías no aplicamos el rodillo y admitimos todas las aportaciones provengan de donde provengan”.

El caso de Torrelodones ha sido uno de los más mediáticos de los últimos años, especialmente tras su aparición en el programa Salvados, de La Sexta, en 2012. Una candidatura popular llamada Vecinos por Torrelodones ganó las elecciones de 2011 y saltaron a la fama por su forma de recortar: prescindieron de gastos como el que suponía tener una alfombra en las escaleras del ayuntamiento, que tenía un mantenimiento de 300 euros al mes.

“Son detalles que reflejan una manera de trabajar”, explica Ángel Guirao, concejal de comunicación, que enumera otras decisiones que tomaron: quitar una grúa que costaba 3.500 euros y que casi no se utilizaba; ahorrar en gastos de papelería; eliminar todos los cargos de confianza, que costaban un millón de euros cada cuatro años; reducir el sueldo de los políticos un 20%; rebajar el gasto en publicidad institucional de 60.000 a 6.000 euros; renunciar a la subvención municipal como partido; recortar del gasto en comidas de concejales de 240.000 a 4.000 euros...

“No parece mucho, pero son 5.000 de aquí, 3.800 de allá, 875 de otro sitios... Y al final acabas ahorrando”, subraya Guirao, quien destaca que su partido ha hecho un gobierno “más abierto”. Muestra de ello, dice, es la web de la transparencia, gestionada por la plataforma Civio y donde se comprueba el sueldo de los cargos públicos y las cuentas del ayuntamiento, que reflejan superávit todos los años salvo en 2012. “Vas por la calle, ves una marquesina y puedes mirar qué es lo que ha costado. La localidad ha cambiado más esto que si hemos hecho una rotonda o no. No inauguramos nada”, argumenta Guirao.

LAS CRÍTICAS

Pero a Vecinos por Torrelodones tampoco les faltan los críticos. “No son lo que aparentaban ser, y han defraudado a casi todos: vecinos, trabajadores municipales y comerciantes”, sentencia el responsable de un medio que cubre información local de los pueblos de la Sierra Noroeste.

Afirma que “no son ningún ejemplo de transparencia ni de honestidad, sino todo lo contrario”, que utilizan la supuesta transparencia como “herramienta de marketing” y que en la web hay información “sobreabundante e incompleta”. “Te encuentras tickets de 2 euros y muchísimos datos, pero como te propongas saber exactamente cuánto se paga a determinados proveedores, te resultará imposible averiguarlo”. Algo que, según Guirao, no es cierto.

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Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es