Roberto Rivas, el 'bombero antidesahucios': "Acciones como la mía deberían ser de lo más común"
Roberto Rivas tuvo claro desde niño que su vocación era ayudar a los demás. Por eso se hizo bombero. Y, también por eso, en febrero de 2013 se negó a participar en el desahucio de Aurelia Rey, una octogenaria de A Coruña que sobrevive con una pensión de 356 euros y a la que iban a echar de su casa por no pagar dos meses de alquiler.
La Policía pidió a los bomberos que rompieran la cadena que cerraba la puerta de la casa de la anciana. Pero Roberto no estaba dispuesto a pasar por ahí. Dio un 'NO' rotundo, con mayúsculas. Y no se quedó ahí: quiso mostrar su hartazgo, así que agarró un cartel de Stop Desahucios, lo agitó con rabia y lo colocó en la parte delantera del camión.
Aquella imagen se convirtió en un símbolo y le ha valido una multa de 600 euros por una supuesta alteración del orden público. Pero el dinero no siempre lo es todo. Ese gesto valió la pena ayudó a que Aurelia no fuera desahuciada. La presión social logró parar la sentencia y se consiguió un acuerdo con los caseros para retirar toda denuncia. Luego, se le proporcionó un piso de alquiler social.
Roberto, que lleva trabajando "muchos años" en los movimientos sociales de A Coruña, insiste en que él no quiere protagonismo porque sus objetivos deben carecer de cualquier rostro personal. Pero ahora los focos han vuelto al centrarse en él. La semana pasada se encadenó junto a otros dos activistas al tejado de la casa de una familia a punto de ser desahuciada en A Coruña. Sus compañeros bomberos se negaron a participar en el desalojo y la policía tuvo que alquilar una grúa para llegar a los activistas.
Además, Roberto ha iniciado una campaña con el objetivo de recaudar fondos para pagar las multas que la policía impuso a ocho personas en el desahucio de 2013. Ha abierto una cuenta (cuyo número puedes ver en el vídeo de arriba) en la banca ética Fiare: deben reunir 7.000 euros y, de momento, sólo han conseguido la mitad.
Muchos le consideran ya un símbolo de la lucha antidesahucios y otros un héroe. ¿Cómo se ve usted?
¿Cómo me voy a aceptar como héroe o como reflejo de algo o de alguien si no creo en esos símbolos? Los héroes de verdad son las personas anónimas que trabajan por los demás sin esperar nada a cambio. Estamos rodeados de gente buena que hacen unas cosas increíbles. Acciones como la mía deberían ser de lo más común.
Su ejemplo se está extendiendo, también entre sus compañeros. La semana pasada los bomberos de A Coruña se negaron a colaborar en un desahucio…
Si de algo me siento orgulloso es de eso y del apoyo que he recibido de mis compañeros. De las palabras se pasaron a los hechos. La Policía requirió de nuevo a los bomberos y la gente que estaba de guardia se negó por unanimidad. Es un orgullo inmenso que los compañeros apoyen todo lo que venimos defendiendo muchos: que dentro de nuestras tareas como bomberos no está la de participar en desahucios. A pesar de que, seguramente, habrá represalias.
Usted mismo sufrió las consecuencias por negarse a cortar aquella cadena en la casa de Aurelia Rey. Le han condenado a pagar una multa de 600 euros...
Ha sido un proceso totalmente partidista y cobarde desde el principio hasta el final. A mí se me acusó de alterar el orden público incitando a las masas. Creo que fue un castigo por negarme a colaborar en los desahucios. Como no han podido sancionarme por negarme a colaborar, porque no está dentro de nuestras funciones como bomberos hacerlo, le han dado la vuelta con inmensa cobardía y han dicho que por levantar el cartel de Stop Desahucios alteré a las personas que estaban allí y que por eso no pudieron realizar el desahucio.
Pero no ha recurrido esa sentencia. ¿Por qué?
Porque durante todo el proceso se ha demostrado que hay una orden dada desde arriba para castigarme por lo que hice. De nada valen todos los documentos que hemos entregado, los testigos… ante una presunción de veracidad de un atestado policial. Hubo dos atestados: el primero, el día de los hechos, en el que no constaba que yo hubiese alterado el orden, y mes y pico después aparecen todos estas incongruencias. Ante eso hay poco que hacer.
(Sigue leyendo después del vídeo...)
¿Y no quería usted a alterar a las masas mostrando aquel cartel?
Yo quería mostrar que ese trabajo no lo hacen los bomberos y, en un momento dado, llegué a pensar que, aunque no fuese mi intención, podía haber alterado a la gente. Pero no fue así porque después pasaron dos horas y hubo una segunda dotación de bomberos que sí cortó la cadena y fue en ese momento cuando la gente se alborotó y la comisión judicial decidió no entrar en la vivienda. Todo esto se omite en el juicio.
¿Quién cree usted que alteró a la gente aquel día?
Estas leyes tan injustas que expulsan de una vivienda a las personas que viven allí con una violencia brutal y desmedida. No hay nada que incite más a las masas que esta injusticia social. La legalidad no tiene nada que ver con la justicia. Lo que hoy es justo siempre es justo, dentro de 20 años y hace 30 años. Pero las leyes varían en función de quién nos gobierna.
(Sigue leyendo después de la imagen...)
¿Qué leyes son, en su opinión, injustas?
Es increíble que vivamos día a día una corrupción tan terrible en todo el país al mismo tiempo que hay una exclusión social terrible. Las injusticias están a la orden del día con todo, con trámites tan simples como pagar el recibo de la luz, que no sabes qué coño te cobran.
¿Ve posible que algún día algún policía siga su ejemplo y también diga ‘no’?
Tengo esa esperanza. Entiendo que tienen un régimen disciplinario diferente, que tienen que obedecer las órdenes de los de arriba… pero no me vale esa disculpa. Ese ‘no puedo hacer nada más’ es demagogia pura y dura porque se pueden hacer muchísimas cosas si no crees en eso que estás haciendo. Y no ser sólo un servil lacayo de los gobiernos. Un policía puede actuar en un dispositivo de mil maneras y muchas veces ves que se enseñan con la gente.
Visto con perspectiva, si ahora le llamasen para participar en otro desahucio, ¿qué haría?
Creo que los jefes ya no me van a llamar. Soy fiel a mis principios. No creo que sean nuestras funciones y el día que lo sean yo seré cualquier otra cosa menos bombero. Con todo el dolor de mi corazón porque me encanta mi profesión.