¿Por qué indigna tanto el 'caso Bárcenas'?
El secretario general del PP andaluz, José Luis Sanz, se mostró "sorprendido" por la "indignación" que provoca entre la población el caso Bárcenas y no otros casos de corrupción, aludiendo de forma implícita a los ERE fraudulentos del PSOE de Andalucía.
Su reacción se produjo después de que su sede en Sevilla amaneciera llena de pintadas tras las masivas manifestaciones del 19 de julio contra la corrupción en el Gobierno.
¿Están realmente más indignados los españoles por el caso Bárcenas que por otros casos de corrupción? Sociólogos y politólogos consultados por El Huffington Post coinciden en que sí, aunque lo atribuyen a distintas razones.
Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid y expresidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, considera que "la indignación popular por la corrupción es mayor que nunca por el 'y tú más' con que la clase política aborda el tema, que 'enmierda' el sistema. Pero el caso Bárcenas es de una naturaleza más escandalosa".
Fermín Bouza, catedrático de Sociología en la Complutense especializado en Opinión Pública, coincide: "Es inútil comparar cualquier otro caso de corrupción al de Bárcenas. La población tiene mucho olfato para estas cosas. Está en juego el interés público, y lo que más le importa a la gente es que el presidente del país pueda estar involucrado".
DISTINTOS GRADOS
Vallespín detecta dos tipos de corrupción: "Está la de los pillos que se aprovechan por interés propio de su posición para obtener beneficio personal, que es el caso de los EREs de Andalucía o el caso Gürtel; y luego está la corrupción institucionalizada dentro de un partido". A este último pertenece, a su juicio, el caso Bárcenas.
Bouza va más allá, y cree que la sociedad tiene miedo a que exista una "contaminación" e "infección" del Estado, y por ello percibe el caso del extesorero popular como "algo más que corrupción". Pero en su opinión, la razón principal de que indignen más los papeles de Bárcenas es que alcanzan a los representantes nacionales, "mientras que los ERE, por ejemplo, son un problema autonómico".
El profesor de la UNED y Doctor en Ciencias Políticas Jaime Pastor cree que influye que otros casos de corrupción no afectan a un partido entero, como sí ocurre el del extesorero popular. "Y el retraso del presidente en dar su versión sólo ha aumentado la preocupación e indignación ciudadana", argumenta.
Vallespín compara el caso Bárcenas al caso Filesa, que noqueó al PSOE de Felipe González a finales de los 80. No es el único. Pastor también menciona las similitudes entre ambos casos, incluido el "fuego amigo" que está recibiendo el Gobierno de un medio tradicionalmente afín: ahora El Mundo, entonces El País.
Bouza defiende el tratamiento periodístico de la corrupción, que considera "igualitario", opinión que no comparte igual el sociólogo Amando de Miguel, para quien la cobertura mediática es la principal razón de que el caso Bárcenas indigne más a la ciudadanía.
"Los medios de izquierda en España son dominantes; en los pocos conservadores que hay también se encuentran personas de izquierda, cosa que a la inversa no sucede", cree De Miguel, catedrático de Sociología de la Complutense. "El ejemplo es Televisión Española: el Gobierno ha nombrado al presidente, pero la cadena es de izquierdas".
MEDIOS DE IZQUIERDA
De Miguel, colaborador y tertuliano habitual de programas como El gato al agua y medios como Libertad Digital, se identifica como conservador, pero no adscrito a ningún partido. "Eso en España es raro. La alineación política de cada medio con un partido concreto es la norma. En otros países hay cierta tendencia, pero la línea editorial no está tan claramente alineada a la de un partido".
Esa polarización, para De Miguel, es fundamental para entender que "el caso Bárcenas, como es del PP, recibe más cobertura". "Es un problema de la influencia de los medios. La opinión pública española es más de izquierdas, y sin embargo el Gobierno es de derechas. La opinión se deja guiar, pero en el momento de votar no influyen los medios", aduce.
El sociólogo conservador afirma que la falta de una fuerte sociedad civil en España es la causa de esa gran influencia de los medios en la opinión pública, sobre todo de las televisiones.
Vallespín detecta otra razón para la mayor indignación ciudadana; una "moral escandinava" que se está asentando en la población española. "Enjuiciamos cosas que antes no nos parecían tan mal. Es algo bueno derivado de la crisis, un puristanismo institucional que, lógicamente, afecta más al Gobierno", opina.
Pastor, en cambio, apunta a otra causa derivada también de los problemas económicos: "En un contexto de crisis y recortes, casos como el de Bárcenas indignan más por el agravio comparativo que siente la población".
La exigencia de sacrificios a la ciudadanía por parte del Gobierno cuando su partido tiene "esa magnitud de dinero" desvela un "doble rasero" para población y clase política, en opinión de Pastor. "Estricto y exigente para los ciudadanos, con la regañina de haber vivido 'por encima de nuestras posibilidades', cuando en realidad parece que quienes lo han hecho son los grandes partidos", opina.
El tiempo dirá las consecuencias que tendrán los papeles de Bárcenas para el PP. Hasta entonces, la sociedad española hierve cada vez que se remueven las turbias aguas que opacan la financiación de los partidos.