Secuelas del 25-S: "A pesar de las cargas policiales, volveremos a rodear el Congreso"
La indignación de miles de personas concentradas a pocos metros del Congreso de los Diputados se transformó pronto en una auténtica batalla campal. La contundente respuesta de la Policía a las provocaciones de una minoría de violentos convirtió el céntrico Paseo del Prado de Madrid, y sus calles aledañas, en una ratonera donde huían de los porrazos miles de manifestantes.
Hasta las 18 horas, la normalidad y el tono reivindicativo estaban marcando la jornada de protesta '25-S Rodea el Congreso'. En la plaza de las Cortes se iban intercalando gritos dirigidos contra la Cámara Baja del estilo "¡el próximo parado, que sea un diputado!" o "¡Hijos de Fabra!", con otros más irónicos como "¡los de la porra, en Navidad no cobran!", que hicieron cambiar por un momento el rostro tenso de alguno de los agentes que bloqueaban el acceso a la carrera de San Jerónimo. También se silbaba a cualquier vehículo de alta gama que entraba o salía del cordón policial, aunque fueran vacíos o transportaran a ciudadanos con muy pocas pintas de diputado.
Entre esos manifestantes se encontraba Luisa, una mujer de 54 años, madre de dos hijos veinteañeros en paro, que acudía a la protesta porque está "muy harta de todos los políticos". "Yo he votado de todos los colores, y todos me han defraudado, porque sólo miran por sus intereses y no por el pueblo", relataba apostada en primera fila frente a las vallas de seguridad. A esa hora, todavía algunas personas -trabajadores del Congreso, residentes de la zona o huéspedes de los hoteles- podían cruzar el control policial. A otros, como a la diputada de UPyD Irene Lozano, les venció más su curiosidad periodística y decidió hacer el recorrido inverso, paseándose entre los manifestantes que coreaban gritos contra sus señorías, sin que ninguno llegara a reconocerla.
NEPTUNO, UNA RATONERA PARA LOS MANIFESTANTES
La situación comenzó a tensarse cuando pasadas las 18 horas, los agentes antidisturbios cerraron completamente el acceso a la carrera San Jerónimo y reforzaron el vallado de seguridad. La gente pudo ocupar toda la plaza de las Cortes y miles de manifestantes bajaban por el paseo del Prado desde Cibeles. A los cánticos y gritos de protestas se sumó el lanzamiento simbólico de frisbee y de otros objetos más contundentes, como latas y botellas, contra los antidisturbios. Sin embargo, lo que desencadenó la primera carga fue la retirada de una de las vallas de contención por parte de un equipo de televisión que quería cruzar al otro lado del cordón de seguridad. Algunos de los manifestantes impidieron a los agentes volver a cerrarlo, lo que provocó la carga policial y la detención de varias jóvenes, que fueron introducidas en 'lecheras'.
A partir de ese momento, los porrazos, las detenciones arrastrando a manifestantes por el suelo o pisándoles el cuello con la rodilla, y las carreras atropelladas se sucedieron por toda la plaza de Neptuno. Pasadas las 20 horas, los antidisturbios decidieron formarse y avanzar hacia la fuente principal de la glorieta, donde dispararon pelotas de goma y provocaron momentos de pánico en personas que estaban muy alejadas del lugar desde donde se habían lanzado objetos. Algunas tuvieron que resguardarse en el hall del hotel NH Paseo del Prado o en el interior de la cafetería VIPS. Otras muchas corrieron por las calles adyacentes, aunque se encontraron con que estaban cortadas por los antidisturbios, obligándoles a regresar al Paseo del Prado, convertido ya en una auténtica ratonera donde se cruzaban los disparos de la policía con los adoquines lanzados por algunos violentos.
Resguardados en una cafetería, Leandro comentaba con un grupo de personas muy alteradas que todo esto "es una estrategia de la delegada del Gobierno para justificar lo de que queríamos dar un golpe de Estado", recordando las polémicas declaraciones que hizo Cristina Cifuentes antes del inicio de la marcha. El hombre trataba de tranquilizar a una mujer, que no paraba de llorar, en el quicio de la puerta.
A los pocos minutos, y desde la altura del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, se pudo ver como los antidisturbios estaban apostados en esa misma puerta, mientras les llovían adoquines y palos. En ese momento, uno de los agentes dio dos pasos al frente, apuntó y disparó directamente contra un fotógrafo, identificado con un chaleco naranja fosforescente, que cayó al suelo y tuvo que ser retirado de la calzada por sus propios compañeros.
"AQUÍ VOLVEREMOS MAÑANA, PORQUE ESA CASA ES NUESTRA"
Las carreras se siguieron sucediendo, buscando la salida de la plaza de Atocha. Cientos de manifestantes callejeaban, aunque se encontraban con las barreras de agentes que impedían el paso, o reanudaban la carrera, porque los antidisturbios cargaron hasta la calle de Atocha, la glorieta Emperador Carlos V -donde habían sillas de terrazas, contenedores de basura y escombros de obra esparcidos por la calzada-, incluso dentro de los andenes de Renfe de la estación. El balance, a medianoche, era de 64 personas heridas -27 agentes-, de las cuáles 28 habían tenido que ser trasladadas a hospitales y uno estaba en estado grave, con una lesión medular. Además, la Policía había detenido a 33 personas.
En las escaleras de la boca de metro de Atocha, Susana -estudiante de LADE en la Universidad Carlos III de Madrid- se relajaba de tantas carreras mientras cenaba una hamburguesa. A ella no le habían golpeado, "pero sí a varios colegas y a mucha gente que estaba cerca de mí en Neptuno y en la calle de Atocha". La chica no perdía ojo al grupo de antidisturbios que siguía apostado al otro lado de la glorieta. "Los maderos han reventado a propósito la marcha, para dar la imagen de que somos un grupo de radicales antisistema y que la gente tenga miedo a salir a la calle a protestar. Pues lo tienen claro, porque mañana estaremos de nuevo ante el Congreso, porque esa dicen que es nuestra casa y tenemos derecho a reformarla". Esa es la misma decisión que, finalmente, adoptó para hoy la Coordinadora 25-S. A las 19.00 horas de este miércoles y a las 18:00 horas del sábado tratarán de nuevo de rodear el Congreso de los Diputados.